Hace treinta años, el presidente Ronald Reagan presentó su visión
para reducir el peligro de una guerra nuclear al lanzar la Iniciativa de
Defensa Estratégica (IDE).
El representante Doug Lamborn (R-CO), miembro del Comité de Servicios
Armados de la Cámara de Representantes, continúa hoy en día dedicado a
promover esa visión en el Congreso. Lamborn, copresidente del Grupo de
Defensa Antimisiles, se inspiró en el liderazgo de Reagan con el
objetivo de proteger la paz mediante un fuerte programa de defensa
antimisiles y le recordó a la nación en un artículo de la web Politico que hay crecientes riesgos para la seguridad nacional debido a la proliferación nuclear y del número de misiles.
Sin embargo, ya es tarde para actuar.
Reagan argumentaba que un escudo defensivo como el IDE (una combinación
de sistemas con base tanto en tierra como en el espacio) ciertamente
libraría al mundo de una vez por todas de los misiles nucleares.
La administración Obama ha incrementado la defensa antimisiles a la
vez que, de forma simultánea, recortaba la financiación del programa Standard Missile-3,
a pesar de la retórica beligerante y las pruebas nucleares y de misiles
llevadas a cabo por Corea del Norte. Es importante recordar que se
trata de un cambio en la tendencia de la política de actuación seguida
hasta ahora por la administración. En 2009, Obama presionó con
vehemencia en favor de la reducción presupuestaria de la defensa
antimisiles y redujo de 44 a 30 el número de misiles interceptores de la
Defensa Terrestre de Medio Alcance (GMD) planeado por la administración
Bush. Y a pesar de volver a emplazar 14 interceptores en Alaska, Obama
continúa reduciendo el programa de defensa antimisiles de Estados
Unidos. Sin embargo, los misiles norcoreanos no son la única amenaza
para la seguridad nacional de Estados Unidos.
En un momento en el que sólo hacen falta 33 minutos para que un misil
alcance Estados Unidos desde cualquier lugar del mundo, sería una
locura reducir la defensa antimisiles. Hoy en día los críticos aún
acusan a la defensa antimisiles de ser una fantasía, algo imposible de
lograr y que probablemente nunca funcione. Aunque en tiempos de Reagan
la IDE fue denominada peyorativamente como la “Guerra de las Galaxias”,
ahora se tilda a la defensa antimisiles como obsoleta reliquia de la
Guerra Fría. Pero simplemente ese no es el caso.
Incluso después de la caída de la Unión Soviética, los enemigos de
Estados Unidos siguen actuando. Los misiles de Corea del Norte pueden
alcanzar suelo americano. Irán continúa llevando a cabo su programa
nuclear y “podría desarrollar y probar un misil balístico
intercontinental (ICBM) capaz de alcanzar Estados Unidos hacia 2015”. Y
China está desarrollando una nueva generación de ICBM y misiles lanzados
desde submarinos.
Sus detractores han argumentado desde la época de Reagan que la
defensa estratégica podría ser el detonante de un primer ataque, pero no
hay mayor salvaguarda para la democracia y la libertad que una defensa
fuerte. Como tan bien expresó Reagan, “Mantenemos la paz mediante
nuestra fortaleza; la debilidad sólo invita a la agresión”. Estados
Unidos tiene la obligación de mantener esa fortaleza frente a aquellos
que amenacen nuestra libertad y la de nuestros aliados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario