04 abril, 2013

Cambio de opinión sobre la defensa antimisiles: Mejor tarde que nunca

La decisión de la administración Obama de volver a emplazar 44 misiles interceptores terrestres (GBI), después de haber reducido su número durante su primer mandato, es una respuesta necesaria pero insuficiente ante la amenaza que representan los misiles balísticos norcoreanos.
Las pruebas con misiles balísticos y la belicosa retórica de Corea del Norte dieron lugar a que la administración ampliase el programa de Defensa Terrestre de Medio Alcance (GMD). Esta decisión revierte una de tantas reducciones de la defensa antimisiles de Estados Unidos llevadas a cabo por esta administración.


La administración Obama ha cancelado algunos de los programas de defensa antimisiles más prometedores, incluido el Interceptor Múltiple, el Interceptor de Energía Cinética o el Láser Aerotransportado. En 2009, Obama canceló el plan de la administración Bush para desplegar defensas antimisiles en Polonia y Chequia, que habrían protegido a Estados Unidos y a sus aliados de los misiles balísticos iraníes.
La reinstalación de los misiles GBI es una noticia bien recibida, pero que debería hacer que la administración se pensase dos veces todas sus reducciones de la defensa antimisiles.
Y aunque es esencial centrar la atención en la mejora de las capacidades de la defensa antimisiles, esta debería estar balanceada con el desarrollo futuro de un programa para una defensa antimisiles integral y escalonada. Justo la semana pasada, el general Charles Jacoby, jefe del Comando Norte, afirmó en una sesión previa a la reunión del Comité de Servicios Armados del Senado que se deberían aumentar las capacidades de Estados Unidos, debido a que Irán está “desarrollando sus capacidades más rápidamente de lo que inicialmente se había calculado”. El general Robert Kehler, jefe del Comando Estratégico de Estados Unidos, también declaró recientemente ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes que “con el nivel actual de nuestras capacidades, el sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos sólo es suficiente frente a un ataque limitado”.
El presidente redujo en miles de millones de dólares la financiación de los programas de defensa antimisiles desde que llegó al cargo, a pesar de que las capacidades de los misiles balísticos continúan aumentado en todo el mundo. Es esencial que Estados Unidos potencie su programa para una defensa antimisiles balísticos integral y escalonada.

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