25 mayo, 2013

Además de partido, en el PAN, ¡divididos!



Además de partido, en el PAN, ¡divididos!

Rencillas, ofensas y la lucha por el control y el presupuesto del partido continuarán, y es muy posible que crezcan y se ahonden
Abelardo Martín M.
Uno de los distintivos predominantes de la democracia es la diversidad de opiniones, el disenso, más que el consenso, pero una cosa es la divergencia y otra, muy diferente, es la división, el encono y el ánimo de revancha o de venganza.
El sistema político mexicano presume ser democrático a partir de que Vicente Fox Quesada ganó la Presidencia de la República para el Partido Acción Nacional, organismo político que no nada más es partido, sino que está fracturado, dividido y pulverizado.


La llegada del nuevo coordinador de los senadores panistas, Jorge Luis Preciado Rodríguez, un personaje sin prosapia ni alcurnia partidista, con el único aval o bendición del presidente nacional panista, Gustavo Madero, cuyas motivaciones, aparentemente, son los ánimos de revancha y venganza contra el ex presidente Felipe Calderón, amenaza con enconar y profundizar la división, y desvelar presuntos abusos de poder y hasta posibles actos de corrupción.

De entrada, el nuevo coordinar tiene el ánimo de acabar con asesorías y contratos que protege el coordinador depuesto, Ernesto Cordero. Se ha especulado, en algunos medios, acerca de que esto afectaría al cuñado del ex presidente Calderón, Juan Ignacio Zavala, quien ha sido mencionado como "asesor" con un sueldo de 76,000 pesos, poco para quien se encargó de las grandes estrategias políticas del último gobierno panista, pero mucho para los millones de mexicanos que perciben salario mínimo, los desempleados o los pobres.

El conflicto interno panista es de tal dimensión y gravedad que el propio Diego Fernández de Cevallos, símbolo de la lucha por lograr el poder, calificó esta situación como "una vergüenza, y creo que los panistas del país, sobre todo los dirigentes, deben tomar conciencia de que esto no puede continuar así y que debe haber responsabilidad, talento, mesura y mucha generosidad".

Estos atributos que tanto se buscaron se perdieron cuando los panistas tomaron el gobierno. Hoy, según el “Jefe Diego”, vuelven a hacer falta no para conquistar el poder, sino para lograr la sobrevivencia como partido.

Hay quienes creen que la discordia al interior panista la desató el Pacto aún vigente, suscrito por los partidos políticos a iniciativa de la actual administración del Presidente Enrique Peña Nieto.

Se afirma que el calderonismo pretendió no sólo apropiarse del PAN, sino bloquear todo tipo de acuerdos en los que el senador Ernesto Cordero sería eficiente operador para tal fin, en tanto que Madero tiene una idea diferente respecto al papel del PAN como oposición constructiva. 

Ahí fue cuando se decidió el destino del senador Cordero y, con él, el de familiares, amigos y simpatizantes del calderonismo.

El Pacto como pretexto para viejos o nuevos pleitos, aunque el propio Presidente ya dio por concluida la vida útil de ese instrumento político.

El Presidente Peña Nieto afirmó que el Pacto por México es un instrumento que no está diseñado para ser permanente y que una vez abordados los 95 temas que lo integran dejaría de tener efecto.

En Querétaro, Peña Nieto sostuvo: "El Pacto por México es un vehículo; insisto, no es algo que esté diseñado para ser algo permanente; es un vehículo acordado por las fuerzas políticas, con una agenda determinada, con una agenda específica de temas en los que se ha comprometido la voluntad para encontrar coincidencias, puntos de acuerdo y asegurarnos que esas acciones se lleven a cabo".

No más.

En el PAN, mientras tanto, las rencillas, ofensas y la lucha por el control y el presupuesto del partido (máis partido que nunca) continuarán, y es muy posible que crezcan y se ahonden.

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