13 mayo, 2013

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

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CATÓN >>DE POLÍTICA Y COSAS PEORES
Mi amigo sufre en silencio. Calladamente sufre. Yo lo miro y veo en él la imagen de la desolación. Mi amigo tiene un hijo que deben andar por los 35 años. Vive en la casa de sus padres. Dice que es estudiante, pero desde hace mucho tiempo no pisa un salón de clases. Justifica su existencia asistiendo a toda suerte de marchas, plantones, algaradas y manifestaciones. Tiene en su cuarto posters de gran tamaño de Villa, Zapata y -por supuesto- el Che. Tiene también, enmarcada, una fotografía de periódico donde aparecen dos o tres centenares de muchachos en un mitin en la Estela de la Luz. Con plumón rojo hizo un círculo para señalar su rostro, apenas visible entre la multitud. Sobre el círculo puso esta palabra: "Yo". Dice que es un rebelde, un revolucionario, y asegura que Enrique Peña Nieto no es el Presidente de México. Llega tarde a dormir, y se levanta tarde. Habla de los males de la sociedad, pero no se prepara ni hace nada para remediarlos. Desayuna, come y cena a costa de sus padres -los dos trabajan para mantener la casa y para mantenerlo a él-, pero denuncia con acritud a los parásitos de la nación. Ahora estoy con mi amigo en el café donde nos reunimos de vez en cuando para saber de nuestras vidas. Él me ha contado todo eso, y luego se ha sumido en un hosco silencio. Me pregunta de pronto: "¿Recuerdas la película 'Cuando los hijos se van'?". "Sí, la recuerdo". "¿Verdad que es una película muy triste?". "Tristísima. Para llorar". "Bueno -masculla mi amigo con rencorosa voz-. Pues es más triste cuando los hijos no se van". Mi amigo sufre en silencio. Y yo no puedo hacer otra cosa más que acompañarlo en su sentimiento.


¡Vaya manera, columnista inane, de empezar la semana laboral! Con una historia al parecer sacada de la vida real -le da cierto aire a Turguenev o Chejov, toda proporción guardada-, que de seguro pondrá un velo de tristeza en la República. ¿Quién eres tú para andar por ahí poniendo velos de tristeza? Te expones a que las personas decentes te señalen con el dedo cuando vayas por la calle y digan con acento de acrimonia: "Miren: ése anda por ahí poniendo velos de tristeza". ¡Ea, cíñete a los estrechos límites de tu caletre y narra algunos lenes chascarrillos que disipen la calígine que con tu narración has puesto en la temperie de este día! Ah, y otra cosa: ni de lejos compares tus fútiles relatos con los gloriosos de Turguenev o Chejov. Más respeto... Susiflor regresó a su casa y le contó a su madre que esa noche, al terminar el baile, había tenido trato íntimo con varón. Su galán de turno la condujo en coche al solitario paraje llamado El Ensalivadero, y en el asiento trasero del vehículo consumó con ella el sempiterno rito natural. "¡Mano Poderosa! -clamó la señora, que aún usaba las jaculatorias aprendidas en el Colegio de las Agnesianas-. ¿Significa eso que has perdido la virginidad?". "¡Ay, mami! -responde con impaciencia Susiflor-. ¡Pues también dónde la ponen!". (¿Y en qué otra parte querías que la pusieran, insensata? ¿En el cerebelo, acaso? ¿En el píloro, o en algún otro sitio de difícil acceso? La providencia del sabio relojero hizo que la virginidad se encuentre precisamente donde se pueda perder. Un lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar). Doña Macalota, la esposa de don Chinguetas, se veía feliz esa mañana. "¿Por qué tan contenta?" -le preguntó una amiga. Respondió ella: "Mi esposo se sometió a una dieta rigurosa, y en una semana perdió 2 kilos". "¿Y eso te alegra tanto?" -se extrañó la otra. "Sí -contesta doña Macalota-. He calculado que, a ese ritmo, ¡en 45 semanas desaparecerá completamente!". Meñico Maldotado, infeliz joven con quien se mostró avara la naturaleza en la parte correspondiente a la entrepierna, contrajo matrimonio con Pirulina, muchacha sabidora de la vida. Ella le encargó a su mamá que le pusiera en su maleta de viaje una bata larga y bien planchada. La señora, en las prisas y nervios de la boda, olvidó el encargo, y sólo a última hora pudo ponerle una bata muy corta y sin planchar. Se llegó la hora de la noche nupcial. Meñico, lleno de cortedad -dicho sea sin intención segunda-, le dijo a su flamante desposada que iría al baño a ducharse y a disponerse para la ocasión. "Pero no vayas a mirar" -le suplicó. Pirulina también empezó a prepararse. Abrió la maleta, y lo primero que vio en ella fue la bata que su mamá le había puesto. Al verla exclamó desolada: "¡Ay! ¡Está demasiado pequeña, y arrugada!". "¿Lo ves? -le dijo con mucho sentimiento Meñico desde el interior del baño-. ¡Te pedí que no miraras!"... FIN.
Mirador
Afa
El jardín está loco de colores.
En él hay tantas flores que ni siquiera sé el nombre de algunas. Las bautizo a mi antojo con nombres peregrinos: "Encanto de la doncella"; "Farol de Italia"; "Romero del Perú"...
Salgo por la mañana y me asalta esa locura colorida. Acá el azul indeciso de los plúmbagos; allá el naranja encendido de los geranios; más allá el blanco, y el rojo, y el amarillo, y el rosa de las rosas...
En mi jardín hay una pequeña imagen hecha en bronce de San Francisco de Asís. Yo tengo para mí que por las noches, cuando dormimos todos, el Poverello les predica a las flores y las incita a dar su color y su perfume. Vale decir su amor. Y ellas oyen la prédica del santo, y cuando llega el día nos entregan toda su amorosa plenitud.
Quizá también a mí me predica San Panchito. Yo, necio, no lo escucho.
¡Hasta mañana!...
Manganitas
Armando Fuentes Aguirra
"... Surge en Oaxaca nuevo grupo opositor...".
No ha de llamar la atención,
ni debe haber quien se asombre
de que ese estado tan pobre
sea rico en oposición.

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