03 mayo, 2013

Impuestos, impuestos y nada más que impuestos

Fernando Díaz Villanueva - Negocios

La única receta que conoce el Gobierno es exprimir a los contribuyentes. Esta es su gran reforma estructural y la que más perdurará en el tiempo.
La batería de reformas que el Gobierno pasó una semana anunciando resultó al final ser una batería de impuestos, de cuatro impuestos para ser más exactos. Las reformas se quedaron en lo que suelen quedarse cuando el que Gobierna es registrador y la que vicegobierna abogada del Estado. En resumen, más Estado, más complicaciones y muchas promesas vacías de que todo va a ir muy bien, apoyándose en la peregrina excusa de que todo ha ido demasiado mal hasta ahora y, claro, en algún momento tendrá que cambiar la tendencia.

Pero, entremos en materia. ¿Qué va a reformar el Gobierno a partir de hoy? Nada o aproximadamente nada. Dicen que la administración pública sufrirá una reestructuración, pero, a partir de ahí, nada más. No hablan de cantidades ni de calidades. Mejor será ahorrarse la letra de la ley, esa que tanto le gusta a Soraya, y suponer que la reestructuración de marras será quitar recursos a un escalón de la administración (probablemente los ayuntamientos), para dárselos al escalón inmediatamente superior (seguramente las autonomías).

Los que no pueden y no van a faltar son los recursos. Ya sea vía endeudamiento exterior o vía impuestos, al Estado no le va a faltar el combustible para seguir haciendo la vida imposible a empresas y particulares. Luego, en el camino, redistribuirá una parte entre afines, clientes y empresarios sablistas de esos que se pegan al poder para sacar tajada. Vamos, como con Zapatero pero sin Zapatero.

Quedamos a la espera de ver cómo reacciona Oli Rehn y, especialmente, ese inversor desconfiado a quien tanto teme el Tesoro. Casi puedo garantizar que el tetramartillazo plurifiscal del viernes no gustó al primero y no gustará nada a los segundos. España ha enfilado ya la vía griega para hundirse en la miseria y todo lo que cabe esperar es que, más pronto que tarde, empiecen los disturbios y comience el baile de primeros ministros. Culparán a la "austeridad" del rajoyato y lo que venga será malo sí, pero una inevitable consecuencia de la insensatez de este Gobierno de Montoros y Sorayas que creen que van a gobernar para siempre.

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