El ex presidente
Calderón está fuera de forma
o de plano perdió su antigua puntería de apache: dos recientes mensajes suyos a través de
Twitter son una invitación a que se le recuerden dos de sus grandes deudas
como mandatario: la inseguridad y el PAN.
Dice en uno de ellos
que la inseguridad en Michoacán no se va a solucionar mientras los gobiernos
locales no depuren policías y ministerios públicos, que están penetrados por
el crimen.
Tal vez el asunto
sea más complejo que eso, pero en todo caso hay que preguntarle ¿por qué no
actuó para remediarlo en seis años en que estuvo al frente del Ejecutivo
Federal?
En Michoacán comenzó
la “guerra contra el narco”. Y terminó el gobierno con un desastre mayúsculo
precisamente en ese estado, donde ni siquiera pudieron apaciguar Apatzingán.
Si en Michoacán
había algunos municipios con focos rojos al iniciarse el gobierno de Felipe
Calderón, al concluir su mandato entregó una entidad sin ley, bañada en sangre.
El final del sexenio
de Felipe Calderón estuvo marcado por la existencia de millones de ciudadanos
indefensos ante una maquinaria criminal que no sólo trafica con droga, sino
que secuestra, mata, y cobra derechos por trabajar y por vivir.
Cuando en Michoacán
quiso encarcelar a autoridades municipales por estar “al servicio del narco”,
o “coludidas” con bandas criminales, lo hicieron mal, porque capturaron a inocentes o no tuvieron la
capacidad de probar sus acusaciones.
Al hermano del
gobernador Godoy, detenido luego de sus probados vínculos con Los Caballeros
Templarios, lo dejaron ir dos veces.
No es, pues, el ex
presidente Calderón el más autorizado para dar consejos en torno a Michoacán.
Y al PAN tampoco le
puede decir que “los asuntos internos se ventilan internamente. Cuando los
presidentes preservábamos esa regla, el partido avanzó notablemente”.
El PAN fue un desastre de principio a fin durante su sexenio.
Empezó con la
expulsión de Manuel Espino, presidente del partido en la elección de 2006,
por tener expresiones públicas mucho menos agresivas que las de Ernesto Cordero y el grupo
de “calderonistas” contra el actual
líder del PAN.
El entonces
Presidente Calderón quitó y puso presidentes del partido a su antojo.
Su antiguo enojo
contra Santiago Creel, su competidor en la elección interna por la
candidatura presidencial, lo
resolvió quitando a Creel
de la coordinación de los senadores panistas.
Perdió las
elecciones federales intermedias. Perdió la elección presidencial.
Y su gobierno fue
tan “discreto” para tratar los problemas internos del partido, que mandó a la
PGR a catear el rancho San Cristóbal, de Vicente Fox, su adversario político
dentro del PAN.
Hay otros temas en
los que el ex presidente tiene mucho que aportar, pero en seguridad y conducción del PAN, no
está su fuerte. |
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