23 mayo, 2013

Los mensajes de Felipe Calderón



Los mensajes de Felipe Calderón

Pablo Hiriart

El ex presidente Calderón está fuera de forma o de plano perdió su antigua puntería de apache: dos recientes mensajes suyos a través de Twitter son una invitación a que se le recuerden dos de sus grandes deudas como mandatario: la inseguridad y el PAN.

Dice en uno de ellos que la inseguridad en Michoacán no se va a solucionar mientras los gobiernos locales no depuren policías y ministerios públicos, que están penetrados por el crimen.

Tal vez el asunto sea más complejo que eso, pero en todo caso hay que preguntarle ¿por qué no actuó para remediarlo en seis años en que estuvo al frente del Ejecutivo Federal?


En Michoacán comenzó la “guerra contra el narco”. Y terminó el gobierno con un desastre mayúsculo precisamente en ese estado, donde ni siquiera pudieron apaciguar Apatzingán.


Si en Michoacán había algunos municipios con focos rojos al iniciarse el gobierno de Felipe Calderón, al concluir su mandato entregó una entidad sin ley, bañada en sangre.


El final del sexenio de Felipe Calderón estuvo marcado por la existencia de millones de ciudadanos indefensos ante una maquinaria criminal que no sólo trafica con droga, sino que secuestra, mata, y cobra derechos por trabajar y por vivir.


Cuando en Michoacán quiso encarcelar a autoridades municipales por estar “al servicio del narco”, o “coludidas” con bandas criminales, lo hicieron mal, porque capturaron a inocentes o no tuvieron la capacidad de probar sus acusaciones.


Al hermano del gobernador Godoy, detenido luego de sus probados vínculos con Los Caballeros Templarios, lo dejaron ir dos veces.


No es, pues, el ex presidente Calderón el más autorizado para dar consejos en torno a Michoacán.


Y al PAN tampoco le puede decir que “los asuntos internos se ventilan internamente. Cuando los presidentes preservábamos esa regla, el partido avanzó notablemente”.


El PAN fue un desastre de principio a fin durante su sexenio.


Empezó con la expulsión de Manuel Espino, presidente del partido en la elección de 2006, por tener expresiones públicas mucho menos agresivas que las de Ernesto Cordero y el grupo de “calderonistas” contra el actual líder del PAN.


El entonces Presidente Calderón quitó y puso presidentes del partido a su antojo.


Su antiguo enojo contra Santiago Creel, su competidor en la elección interna por la candidatura presidencial, lo resolvió quitando a Creel de la coordinación de los senadores panistas.


Perdió las elecciones federales intermedias. Perdió la elección presidencial.


Y su gobierno fue tan “discreto” para tratar los problemas internos del partido, que mandó a la PGR a catear el rancho San Cristóbal, de Vicente Fox, su adversario político dentro del PAN.


Hay otros temas en los que el ex presidente tiene mucho que aportar, pero en seguridad y conducción del PAN, no está su fuerte.

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