27 mayo, 2013

Los panistas tocan la lira

Los panistas tocan la lira

Pablo Hiriart
La crisis en el PAN nos recuerda lo importante que es ese partido para México.

Sin un partido de derecha democrática, como ha sido Acción Nacional en la mayor parte de su historia, el tablero político estará desequilibrado.

Para llegar a la descomposición en que se encuentra ahora el PAN, todos pusieron de su parte.

Tienen responsabilidad Madero, Cordero —y los que se han nucleado en torno suyo—, y todos los que se marginaron para no ensuciarse las manos.


Lo que parece que no han entendido, es que de esta crisis panista sólo pueden salir con Madero, con Cordero y con los cuadros emblemáticos de ese partido que se han mantenido al margen.


Al PAN no lo va a rescatar el grupo calderonista, como dice proponérselo, pero será imposible hacerlo sin ellos.


Cordero estiró demasiado la liga en su relación con el presidente del partido.


Eso le puede servir en lo personal, le ayuda a posicionarse al interior del PAN, pero el espectáculo ha sido bochornoso.


Al retar a Madero con una reforma política en paralelo a la que el dirigente nacional negociaba, Ernesto Cordero obligó al líder panista a retirarlo de la coordinación de la bancada en el Senado.


La retahíla de groserías que lanzaron contra Madero en las redes sociales los personajes más visibles de la corriente que apoya a Cordero, fue otro acto de altanería que abonó a la crisis del PAN.


Madero pateó el pesebre en forma artera al poner a un coordinador de la bancada que no tiene el respaldo de prácticamente nadie en el Senado.


Impuso a Jorge Luis Preciado, aún en contra de la voluntad de los que estaban con él. Pudo elegir a personas con prendas políticas e intelectuales, como Romero Hicks o Vega Casillas. Pero en lugar de tender puentes, los dinamitó.


Así el PAN no va a llegar a ninguna parte. Tal vez podrá tener algunos triunfos en algunas elecciones locales, por los aciertos de sus candidatos, pero dejará de pesar en el tablero nacional.


Estábamos acostumbrados a las “tribus” dentro del PRD, que han hecho de él un partido poco confiable, que no da certezas para llegar a acuerdos políticos.


Lo que no habíamos visto es que el PAN se fraccionara en tribus.


Un PAN dividido, con peso decreciente, es malo para el país.


Vienen reformas torales para el país, como son la hacendaria, la política y la energética. ¿Con quién va a negociar el gobierno esas reformas? ¿Con Madero y Preciado, que sólo tienen seis votos en el Senado?


¿O lo va a hacer con Cordero, que no está en la mesa de acuerdos? Y ante la emergencia, los personajes centrales del panismo toman distancia. Tocan la lira.


Diego no interviene, Fox está en el rancho, Luis H. Álvarez hace mutis, Calderón manda recados en 140 caracteres, Josefina desaparece, Germán Martínez escribe de vez en cuando.


Y entre todos ellos tienen que rescatar al PAN. Pero parece que no quieren.



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