Desde el
arranque se desplaza y redefine la obsesiva agenda de seguridad; a
ustedes compete organizarse, nosotros colaboraremos con las definiciones
de los mexicanos. Migración: vistos los fracasos anteriores, lo mejor
que México puede hacer es no presionar. El intento de injerencia
perjudica a las causas comunes. No hay evasión, armas ilegales sobre la
mesa, consumo de drogas en el origen. Consecuencia: tráfico imparable,
violencia sin control al sur. Los dos países saben lo que deben hacer.
Mejor mirar al futuro. EE.UU. y México como principales socios
comerciales de Norteamérica con evidentes beneficios mutuos. En minutos y
de manera coordinada los presidentes cambiaron radicalmente la trama
que envenenó la relación.
Migración y seguridad siempre estuvieron presentes en los encuentros,
pero Obama y Peña Nieto lograron ampliar el horizonte. Competitividad
como reto común en un mundo más global, estrechar vínculos entre las dos
sociedades, liderazgo regional y global, intercambio comercial pero con
miras al bienestar. De Hidalgo a Paz, del Himno Nacional al México
lindo y querido, las palabras de Obama en el Museo de Antropología eran
impensables hace dos décadas. Modernidad interior dijo Paz, recordó
Obama, ese es el reto y ustedes, se dirigió a los jóvenes, son esa
modernidad. La otrora palabra maldita -modernidad- ahora recibió
ovaciones. Es hora de dejar nuestros prejuicios, de los dos lados. De
ahí al México de las clases medias en formación, que miran al pasado y
se autodefinen como tales, todo ocurre en una sociedad que enfrenta
muchos retos. Pero para Obama es claro: México emerge. Las democracias
de los dos lados de la frontera siempre serán perfectibles. En una
oración Obama desplazó la soberbia democrática que tanto daño causó a la
relación.
El discurso es excepcional. La relación entre las dos naciones tiene que
ser definida no por las amenazas que enfrentamos, sino por las
oportunidades mutuas que podemos crear. "Somos dos socios iguales, dos
naciones soberanas que tienen que trabajar juntas a favor del interés
común y del respeto común". Obama no elude los problemas como la
extorsión para abrir negocios, la "mordida", pero el tono es diferente.
Se deben abrir oportunidades aquí en el País que ustedes aman. De allí
al reconocimiento de las extraordinarias aportaciones a los Estados
Unidos de los migrantes y de los descendientes de migrantes. ¿Cuándo
hubiéramos esperado escuchar eso? Añade que no estaría en la presidencia
si no fuera por el apoyo de los hispánicos. Y regresa al problema de la
inmigración: "los inmigrantes siempre han sido el motor de nuestra
economía", por ello una reforma de "sentido común" que no separe
familias, que abra un sendero a los ilegales para adquirir la
ciudadanía, ir paso a paso.
El futuro fue el tema central: estudiantes de Estados Unidos en America
Latina y viceversa; Asociación Transpacífica para ganar los mercados
emergentes de Asia; garantizar el abasto energético pero en un escenario
diferente -en poco tiempo ellos serán autosuficientes y nosotros
entraremos en crisis- Obama se refirió a la energía limpia, al
fantástico potencial que las condiciones geográficas y la tecnología
pueden traer a la región, a la reducción de las emisiones de carbón. De
allí la necesidad de proyectos comunes en ciencia y tecnología, para que
México pueda educar creadores. Finaliza dirigiéndose a los jóvenes,
ustedes son el sueño e invoca a Amado Nervo, ustedes pueden hacer sus
sueños realidad, pero ese futuro hay que conquistarlo. Este es su
momento y en esa conquista no olviden que su principal socio es su
vecino más cercano y el amigo más fuerte.
El escepticismo alrededor de los actos diplomáticos es natural. Pero es
obligado decantar los logros. Cuando México decidió ir a la búsqueda del
TLC con los EE.UU. muchos criticaron la iniciativa de Salinas. Los
miedos y prejuicios eran enormes, la potencia nos devoraría, el
empresariado nacional desaparecería, seríamos incapaces de competir con
ellos. Hoy, menos de 20 años después, somos uno de los tres principales
socios comerciales. Las exportaciones rebasan lo inimaginable, (más de
1,000 mdd. al día). Los efectos benéficos de la apertura los vive el
consumidor a diario. La formación de clases medias es inexplicable sin
esa apertura. El efecto modernizador de la apertura ha sido económico,
jurídico, informativo, tecnológico, social. Los retos y trabas siguen
siendo muchos pero México no podría aspirar a ser una de las principales
potencias económicas sin la apertura comercial iniciada hace tres
décadas.
Obama y Peña Nieto, sus diplomacias, hicieron una gran labor, relanzaron
la relación al futuro, rompieron dos candados, el todo o nada en
migración y el de la violencia como tema único. Introdujeron educación,
ciencia, energía limpia y esperanza. Diplomacia pura, el arte de lograr
objetivos comenzando por lo palabra. Fue un éxito, todo en menos de 23
horas. |
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