03 junio, 2013

Ecuador: Apertura o proteccionismo

por Gabriela Calderón de Burgos

Gabriela Calderón es editora de ElCato.org, investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador).
No es una exageración decir que la elección entre unirse a la Alianza del Pacífico o al Mercosur equivale a elegir entre la apertura comercial o el proteccionismo, respectivamente. Aunque el gobierno ha anunciado la intención de lograr un acuerdo comercial con la Unión Europea (¡al fin!), lo que puede indicar cierta inclinación hacia una apertura comercial, el mensaje es confuso porque al mismo tiempo muestra un interés por unirse al Mercosur.


Mercosur, bloque donde evidentemente Argentina y Brasil imponen la agenda, se ha vuelto sinónimo de proteccionismo. El bloque impone a sus miembros un Arancel Externo Común (AEC) que en muchos casos supera el arancel aplicado de sus potenciales miembros y que ha sido una de las tantas trabas que han impedido que Mercosur logre firmar un acuerdo comercial con la UE. Es difícil concebir que el bloque permita que Ecuador se vuelva un miembro pleno sin atarse al AEC y de ser así Bernardo Acosta estima que se encarecerían las materias primas que importan los productores ecuatorianos, ya que 91% de estas importaciones están gravadas con un AEC que va desde 2% hasta 26%.1 
Más de una década lleva Mercosur negociando con la UE sin éxito y solo ha logrado firmar tres acuerdos comerciales desde 1991 (con Israel, Egipto y la Autoridad Palestina).2 En cambio, los países de la Alianza del Pacífico individualmente lograron un acuerdo con la Unión Europea y EE.UU. Adicionalmente, Chile y Perú ya tienen un TLC con China. La Alianza del Pacífico se dio después de la apertura, no antes como sucedió en el caso de Mercosur y como estos países lograron el éxito negociando por si solos o incluso liberalizando el comercio unilateralmente como lo hicieron Chile y Perú, entonces no se han impuesto ataduras como un AEC o la prohibición de negociar TLCs por cuenta propia.
A los países pequeños como Ecuador, Paraguay y Uruguay les cuesta mucho más el proteccionismo que a las economías grandes como Argentina y Brasil. La ventaja que tiene Ecuador por ahora como miembro observador de Mercosur es que no tenemos las ataduras que sí tienen países como Paraguay y Uruguay. La semana pasada ambas naciones se convirtieron en miembros observadores de la Alianza del Pacífico e inmediatamente el alto representante de Mercosur, el brasileño Ivan Ramalho, saltó declarando que no pueden aspirar a convertirse miembros plenos dado que “Solamente el bloque puede hacer un acuerdo, como está previsto en la normativa del Mercosur”.3 
A Ecuador le conviene seguir el ejemplo de países como Chile o Perú, que se han mantenido como miembros observadores del Mercosur y han logrado liberalizar gran parte de su comercio con este bloque sin estar sometidos a sus ataduras. De esta manera, el 98% del comercio entre Chile y el bloque es libre de aranceles,4 cifra que llegará a 100% en 2014 y desde 2012 el 100% de los productos peruanos ingresan sin aranceles a Argentina y Brasil.5
Si la idea es abrirle las puertas a los productos ecuatorianos en la mayor cantidad posible de mercados, no es necesario ni deseable atarse a la muralla de Mercosur. Peor aún hoy, que Ecuador es el único país en la cuenca del Pacífico que no ha logrado acuerdos comerciales con sus principales socios comerciales.

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