11 junio, 2013

“Ni yates ni aviones, vivo cómodamente…”

Francisco Garfias
Ulises Ramírez pidió replica. Es un derecho. Jura que no tiene los montones de propiedades que se le atribuyen. 
“Ni yates ni aviones, vivo cómodamente…”
Los ojos irritados de Ulises Ramírez reflejaban falta de descanso. El rostro del coordinador de la bancada del PAN en el Congreso del Estado de México era reflejo de la angustia que vive. Su nombre aparece en la lista de políticos señalados por “enriquecimiento inexplicable”.
Aquí mismo escribimos un texto el sábado pasado bajo el título de “un panista acorralado”. Recogimos las acusaciones que le hacen correligionarios suyos —Noé Aguilar y Enrique Vargas— por la presunta venta de candidaturas. A millón de pesos cada una.
Ramírez pidió replica. Es un derecho.

De entrada, jura que no tiene aviones ni yates ni los montones de propiedades que se le atribuyen. Tampoco colecciones de Botero ni de nadie de ese tamaño. Hasta el manejo de un prostíbulo le sacaron por allí.
Le preguntamos a cuánto asciende su fortuna. “Tengo para vivir cómodamente. Nada más”, repuso. No especificó cantidades.
Ulises mostró las escrituras de un terreno en Ciudad Satélite, valuado supuestamente en tres millones de dólares. Dicen que lo vendió a un delincuente preso. “Está en mi declaración patrimonial. No lo vendí. Lo tengo rentado. Todo es legal”, asevera el mexiquense. Jura que cuando lo adquirió tuvo que pedir un crédito hipotecario por tres millones 500 mil pesos a Banamex para completar la compra.
El diputado mexiquense atribuye los ataques en su contra a los Bravo Boys. “Están molestos porque les gané”, dice. Asegura que el proceso interno para renovar la dirigencia nacional del PAN tiene mucho que ver también. “Mi cercanía con Madero los incomoda”, subraya.
El panista presume otro documento. Un oficio del Órgano Superior
 de Fiscalización del Estado de México que declara “limpia” su gestión como alcalde de Tlalnepantla (2003-2006).
Notamos la angustia en su cara. Se lo hicimos notar: “¿Tú no estarías así?”, reviró el diputado. Presentarlo como un hombre muy rico lo convierte —a él y a su familia— en potencial blanco de la delincuencia.
Ulises se hizo acompañar de Gabriela Gamboa, a quien presenta como “actriz principal de esa novela”. La mujer es una de las diputadas locales del azul en el Estado de México que supuestamente pagó el millón por la curul. Ella y otros seis legisladores mandaron sendas cartas al CEN del PAN negando las acusaciones.
Gabriela dice que el escándalo tronó a partir de que editaron una conversación privada en Blackberry con su hoy adversario, el diputado Enrique Vargas. “Le quitaron muchas cosas.”, recalca. “Él, Vargas, es el que manipula todo. Me siento triste. Creí que era mi amigo”, lamenta.
Gamboa tiene 42 años. Es madre soltera. Dos adolescentes y un bebé. Recientemente tuvo un embarazo de alto riesgo. “Aun así fui amenazada por Enrique. Me dijo: ‘No sabes con quién te estás metiendo’”, acusó la legisladora mexiquense. Ofreció abrir sus cuentas para demostrar la falsedad de los señalamientos. ¿Millón de pesos? “No manejo esas cantidades”, dijo.
■El maderista Ulises Ramírez, por cierto, se sentó con el calderonista Roberto Gil en el restaurante del hotel Four Seasons. Platicaron aislados a lo largo de 45 minutos. El mexiquense traía la encomienda de proponer a Ernesto Cordero y al propio Gil sentarse a dialogar con Madero.
La respuesta de Gil fue positiva. “Juntos o separados, como él quiera”. La única condición es que sea un diálogo leal y en beneficio del partido. “Hay amigos panistas a los que no veo hace meses: Madero y Molinar”, comentó, en corto, el calderonista. “Voy a hacer que los vea esta semana”, aseveró Ramírez.
La sensatez parece llegar por fin al blanquiazul.
■El que no se midió fue el presidente del PRI-DF, Cuauhtémoc Gutiérrez. Irritado por un reportaje sobre el manejo de la basura, actividad con la que se le vincula, le mandó una estridente carta, membretada con el logotipo del PRI, al joven periodista Manuel López San Martín.
No sólo lo califica de “imberbe muchacho” y de hacer “estúpidas aseveraciones”, sino que lo reta a resolver su problema personal “en las instancias que quieras y cuando lo consideres necesario, para que no utilices el pretexto de que no doy entrevistas”.
Van otros dos párrafos de la grosera misiva que no necesitan mayor comentario:
“…Todas tus aseveraciones las tendrás que probar en los tribunales porque, te informo que en las oficinas del Movimiento Territorial donde, afirmas, se siguen observando edecanes, están ocupadas por el dirigente de esa organización del partido. Tal parece que para ti, edecanes es sinónimo de prostitución.
“Si ese fuera el caso, los medios en que participas tendrían que explicar la presencia de atractivas mujeres de las que, especulamos, que para poder ocupar esos espacios tendrían que ofrecer otros servicios a productores y directores…”.
¿El PRI estará de acuerdo con estos señalamientos? ¿César Camacho no tendrá nada que decir de tan misóginos comentarios?

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