Patrullaje. Un agente del Sheriff revisa la documentación de Ismael Dávalos, un integrante de la pandilla Florencia 13, (AP)
En EU. Negros en la mira de pandillas
Investigación revela que los delincuentes latinos buscaban víctimas afroamericanas
Una investigación que se realizó durante tres años sobre una de las más crueles pandillas latinas del condado Los Ángeles reveló algunas conclusiones escalofriantes: en su macabro objetivo de "limpieza" del vecindario de soplones y pandillas rivales, los miembros de Florencia 13 en ocasiones disparaban a algunas personas simplemente porque eran afroamericanas.
Hubo 20 asesinatos en los más de 80 tiroteos en alborotos en el violento vecindario Florence-Firestone. Incluso en la zona en la que la violencia de pandillas ha sido común durante décadas, el alcance y la ferocidad fueron extraordinarios.
Lee Baca, sheriff del condado Los Ángeles, dijo que las autoridades descubrieron casos en los que los líderes de la pandilla establecían como víctimas a delincuentes afroamericanos y cuando las víctimas no podían ser localizadas decían, "Bien, entonces disparen sobre cualquier negro que vean".
"En determinados casos, algunos asesinos estaban motivados simplemente para matar una persona negra", dijo Baca.
Funcionarios federales, estatales y locales trabajaron juntos para presentar cargos contra 102 hombres vinculados a Florencia 13 por delito organizado, conspiración para asesinar, posesión de armas, tráfico de drogas y otros delitos. Los fiscales federales aseguraron que en términos de personas contra las que se presentaron cargos se trata del mayor caso relacionado con una pandilla del Sur de California.
Con más de 80 de esas personas procesadas detenidas actualmente, las autoridades esperan haber golpeado duramente a la pandilla, conocida también como F13.
Pero matar a F13 no será fácil. Ha sobrevivido durante décadas y se cree que tiene aproximadamente dos mil miembros.
El grupo se extiende por Nevada, Arizona y en prisiones, donde los fiscales aseguran que los líderes encarcelados asociados con la mafia mexicana dieron órdenes de atacar a gángster afroamericanos.
El nombre de la pandilla proviene del vecindario que es su baluarte y de la decimotercera letra del alfabeto, la M, que representa los vínculos de la pandilla con la mafia mexicana.
Según el procesamiento, Arturo Castellanos, líder de F13, envió indicaciones en 2004 desde la prisión fortificada Pelican Bay State Prison de que quería que sus soldados de la calle comenzaran la "limpieza" de Florence-Firestone de gángster negros, especialmente de East Coast Crips, y de soplones.
Ansiosos por cumplir con la orden, sus súbditos comenzaron a disparar, en ocasiones indiscriminadamente, según los fiscales federales.
En uno de los casos, los miembros de F13 se encontraron con un hombre afroamericano en una parada de autobús, gritaron "cheese toast" y dispararon. "Cheese toast" es una manera despectiva de nombrar a East Coast Crips, dijo Kevin S. Rosenberg, fiscal del Departamento de Justicia.
Aparentemente dispararon sobre la víctima al azar debido al color de su piel, dijo Rosenberg. El hombre sufrió varias heridas, pero sobrevivió.
Los Ángeles ha sufrido la violencia de pandillas durante años. El resto del país comenzó a ser consciente de la situación a fines de la década de 1980 y comienzos de 1990, cuando se enfrentaron Crips y Bloods, ambas pandillas negras.
Desde entonces, las pandillas de latinos aumentaron su influencia a medida que la población hispana crecía.
Algunos vecindarios tradicionalmente afroamericanos en el sur de Los Ángeles como Florence-Firestone ahora son en su mayoría latinos y pandillas como F13 son las que mandan en las calles.
Los asesinatos raciales han estado vinculados a otras pandillas latinas además de F13.
El año pasado, cuatro miembros de The Avenues, una pandilla de la zona de Highland Park al este del centro de Los Ángeles, fueron condenados por crímenes de odio por matar a un hombre negro en lo que los fiscales describieron como una campaña para expulsar a los negros del vecindario.
El pasado enero, las autoridades anunciaron medidas enérgicas para la pandilla 204th Street luego del asesinato de una joven afroamericana de 14 años.
Adam Torres, detective de pandillas del Departamento del Sheriff del Condado Los Ángeles cuya ronda incluye Florence-Firestone, dijo que la violencia se da en ambos sentidos.
Durante una reciente patrulla en el lado este del vecindario, señaló una pared de bloques acribillada con agujeros de bala. Torres dijo que Crips continúa controlando esa zona y que cualquier hispano en ese lugar corre riesgo de que le disparen.
Aun así, George Tita, criminólogo de la Universidad de California, Irving, dijo que los asesinatos de pandillas por motivos raciales son una excepción. Los latinos y los afroamericanos tienen probabilidades mucho más altas de ser asesinados por alguien de su propia raza.
"No se ven grandes guerras negras-café, ya sea dentro del contexto de pandillas o fuera de ese contexto", dijo Tita.
En Florence-Firestone, las pruebas de la influencia de F13 son fáciles de encontrar.
Hay flechas con pintura en aerosol sobre la pared de una tienda de licores que marcan los límites de la pandilla y un grafiti advierte a los rivales que se mantengan alejados. Cuadrillas de limpieza cubren la inscripción con pintura beige. En algunas paredes reciben inscripciones con tanta frecuencia que la pintura forma capas de seis pulgadas.
Los residentes del vecindario se rehúsan a hablar sobre las pandillas por temor a acabar siendo sus víctimas. Aun así, hay señales esperanzadoras.
Los asesinatos en el vecindario cayeron de 43 en 2005 a 19 en 2006, dijo Baca. La cantidad fue la misma hasta el 24 de diciembre.
José García, que trabaja en una tienda de alimentos para animales, nota la diferencia. Las puertas de seguridad de metal de la tienda no están cubiertas por graffiti con tanta frecuencia y no ha escuchado un disparo en dos meses.
"Antes solía ser al menos una o dos veces por semana", dijo
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