28 abril, 2008

Aparecen las primeras señales de que lo peor de la crisis financiera ya pasó

Por Tom Lauricella y Liz Rappaport

A lo largo y ancho de Wall Street, el pánico que durante meses arruinó los mercados de bonos y acciones muestra signos de estar cediendo. Las señales, aunque tentativas, indican que lo peor de la crisis financiera ya pasó.

En las últimas dos semanas, se ha producido una reversión radical en la tendencia en varios mercados, incluyendo muchos donde los inversionistas habían buscado refugio de la tormenta.

De mantenerse, la tendencia podría marcar un paso preliminar pero importante de lo que podría ser una larga convalecencia para los mercados financieros y la economía de Estados Unidos.

El precio de los bonos del Tesoro de EE.UU., considerados de bajo riesgo, ha caído abruptamente y su rendimiento ha subido, una señal de que la profunda aversión al riesgo de los inversionistas podría estarse calmando. El precio del oro, que se había disparado a un récord de más de US$1.000 la onza, ha descendido a menos de US$900 la onza.

Los inversionistas han vuelto a optar por las apuestas más riesgosas que abandonaron a principios de año, como los bonos de empresas. La semana pasada, por ejemplo, se emitió un volumen récord de US$40.100 millones en deuda nueva, incluyendo bonos de empresas atribuladas como Citigroup Inc. y Merrill Lynch & Co. Al mismo tiempo, la prima de riesgo que los inversionistas exigen a la deuda corporativa —incluyendo los bonos basura de peor calidad —también está bajando, a medida que los temores se disipan.

No es la primera vez en los últimos meses que los inversionistas creen que la marea está bajando. En octubre pasado, los precios de las acciones alcanzaron niveles récord y los inversionistas volvieron también a áreas más riesgosas de los mercados de bonos sólo para sufrir dolorosas pérdidas en las semanas siguientes.

De todos modos, algunos se están preguntando si la fase más reciente de zozobras, cuando Bear Stearns estuvo a punto de colapsar antes de que J.P. Morgan Chase & Co. apareciera para rescatarlo, y la Reserva Federal anunció medidas extremas, marcó un punto de inflexión.

"Nos dimos cuenta de que la Fed iba a prevenir un derrumbe de los mercados, mantener su estabilidad y, de forma lenta pero segura, devolverles la buena salud", dice Daniel Shackelford, gestor de portafolio para T. Rowe Price Group Inc. Por lo tanto, "el mercado ha vuelto a asumir riesgos".

Todavía quedan importantes interrogantes. El mercado de préstamos a corto plazo entre bancos sigue siendo muy frágil.

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Otros mercados para instrumentos de deuda complejos —como los CDO (obligaciones de deuda colateralizada)— han sido profundamente dañados por la crisis. Los bancos y las casas de corretaje todavía tienen en sus portafolios enormes deudas de mala calidad que aún pueden provocarles pérdidas. "Todavía nos esperan tiempos difíciles", dice Alex Roever, estratega de crédito para J.P. Morgan Chase & Co.

A su vez, el mercado inmobiliario estadounidense, que gatilló la crisis, no da señales de haber tocado fondo.

Por si esto fuera poco, la contracción del consumo se podría estar acelerando en momentos en que los estadounidenses sienten los efectos del alza en los precios del combustible, el descenso en el valor de sus propiedades y el deterioro del mercado laboral.

"El truco para los inversionistas es darse cuenta de si lo que están viendo es un espejismo", afirma Jason DeSena Trennert, estratega jefe de inversión para Strategas Research Partners. Trennert dice que los beneficios ofrecidos por los US$100.000 millones del programa de estímulo del gobierno, a punto de entrar en la economía, podrían evaporarse rápidamente.

El ánimo en el mercado empezó a mejorar poco después de que la Fed ayudara a orquestar la adquisición de Bear Stearns por parte de J.P. Morgan, el mes pasado. Entonces, "parecía que todo el barrio estaba a punto de incendiarse", dice Trennert. Pero las agresivas iniciativas de la Fed para facilitar préstamos de corto plazo a los bancos de inversión ayudaron a despejar el miedo de que el sistema financiero colapsara.

Hasta ahora, la economía de EE.UU. parece más fuerte de lo que muchos esperaban. Los economistas proyectan una expansión anualizada de 0,5% en el primer trimestre, un indicio de una economía que avanza a paso de tortuga pero que no ha colapsado.

El Departamento de Comercio revelará esta semana su estimación inicial del crecimiento del Producto Interno Bruto durante el primer trimestre.

Uno de los beneficiarios del mejor ánimo del mercado es Cadbury Schweppes PLC. La empresa británica divulgó el mes pasado la escisión de su filial estadounidense de bebidas Dr. Pepper Snapple Group Inc.

El negocio valorado en unos US$1.700 millones atrajo el viernes ofertas por un total de US$15.000 millones, aseguró una fuente cercana.

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