La Cámara descarrila el TLC con Colombia
PABLO BACHELET / The Miami Herald
WASHINGTON
Un posible acuerdo de libre comercio con Colombia se esfumó a causa de la política presidencial de los demócra- tas y los temores a los problemas económicos. La Cámara de Representantes le envió al gobierno de George Bush una agria derrota en una cuestión que se había descrito como crucial para los intereses de Estados Unidos.
La votación de la Cámara de Representantes, 224-195, mayormente partidista, dejó sólo una leve esperanza de que el acuerdo de libre comercio con Colombia volverá a discutirse después de la elección presidencial en noviembre o antes de que el próximo presidente asuma su cargo en enero.
El acuerdo colombiano es modesto comparado con otros tratados comerciales tales como el TLC (Tratado de Libre Comercio de Norteamérica). Pero se discutió en medio de una campaña presidencial, en la que ambos candidatos demócratas lo han rechazado marcadamente y el público no ha mostrado entusiasmo tampoco. El acuerdo también se vio perjudicado por la baja popularidad y la condición de presidente saliente de Bush, su mayor partidario, además de la actitud de los sindicatos laborales de EEUU hacia la violencia sufrida por miembros de sindicatos en Colombia.
Incluso republicanos que simpatizaban con esto, tales como Richard Lugar, de Indiana, miembro de mayor rango de su partido en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, expresaron dudas sobre las instan- cias del ejecutivo, y anotaron las "políticamente inhóspitas circunstancias''. Lugar exhortó a Bush a "colaborar con el gobierno colombiano para demostrar adelanto tangible en cuanto a las prácticas laborales en ese país''.
La Casa Blanca representó el acuerdo de libre comercio como necesario para respaldar al presidente colombiano Alvaro Uribe, un firme aliado de EEUU, y como oportunidad de suministrar miles de empleos de exportación abriendo el segundo mercado más populoso de Sudamérica a más artículos y servicios estadounidenses.
La Comisión Internacional de Comercio de EEUU (ITC) calculó que las exportaciones de este país a Colombia aumentarían en $1,100 millones si se aprobaba la gestión.
En un lúgubre pronunciamiento después de la votación, Bush se refirió al voto como "desafortunado y sin precedentes, dañino para nuestra economía, nuestra seguridad nacional y nuestras relaciones con un importante aliado''.
Los dirigentes comerciales de Colombia expresaron indignación por el trato recibido por su país por parte del Congreso, ahora controlado por los demócratas.
"Colombia es uno de los pocos países amigos que tienen en Latinoamérica, y esto es una bofetada'', dijo Ricardo Tribin, presidente de la Cámara de Comercio Colombiano-Americana de Miami. "El Con- greso de EEUU nos abandona en medio de leones como Venezuela, Ecuador y Nicaragua''.
Bush intentó usar una cláusula ‘‘de curso rápido'' que habría obligado al Congreso a votar con res- pecto al acuerdo en 90 días.
Pero eso fracasó cuando la presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi le pidió a la cámara que eli- minara la cláusula, algo sin precedentes en los 34 años en que ésta ha existido.
En el debate de dicha cámara, los demócratas enfocaron más las dificultades económicas y menos los previos temores por la muerte de miembros de sindicatos en Colombia. Dijeron que es la rama legisla- tiva la que determina cuándo y cómo se aprueban los tratados comerciales. Pelosi dijo que el asunto puede volver a discutirse en un futuro.
Los funcionarios colombianos argumentaron que el acuerdo atraería más inversiones extranjeras al hacer permanente su acceso al mercado estadounidense. Un estudio realizado el año pasado por dos universidades colombianas calcula que el rechazo del tratado comercial el podría costar a Colombia 460,000 empleos.
Muchos miembros de la comunidad empresarial colombiana de la Florida dijeron que esperaban que sus empresas sufrirían si el acuerdo no se aprobaba.
Jorge Barragan, dueño de la compañía Franchises and Strategies, con base en Fort Lauderdale, dice que tiene más de 15 clientes, todos ellos marcas de comidas o servicios de EEUU interesados en hacer negocios con Colombia, que ahora han aplazado sus planes.
Barragan dice que las medidas temporales que le han otorgado a Colombia estatus comercial favorable hasta fines de año no bastan para convencer a esas compañías de que inviertan en Colombia.
Sólo 10 demócratas se sumaron a los 185 republicanos para votar en contra de la gestión, entre ellos los representantes floridanos Allen Boyd de Tallahassee y Tim Mahoney de Palm Beach. Ambos representan distritos agrícolas de tendencia republicana
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