09 abril, 2008

Las empresas de EE.UU. se preparan para defender el TLC con Colombia

Por Greg Hitt

WASHINGTON — Los grupos empresariales y sindicales se preparan para una batalla acerca de la aprobación del tratado de libre comercio entre Colombia y Estados Unidos luego de que el presidente George W. Bush le diera el lunes al Congreso 90 días para aprobar o rechazar el pacto. El plazo deja poco tiempo para que defensores y detractores del acuerdo persuadan a los legisladores. El tratado con Colombia se ha transformado en una prueba crucial de los límites de la globalización y el libre comercio en un Congreso estadounidense dominado por el Partido Demócrata.

Los defensores del acuerdo dijeron el martes que ya están movilizándose. Se cree que empresas como Citigroup Inc., Caterpillar Inc. y Wal-Mart Stores Inc., que se beneficiarían del libre comercio con Colombia y otros países, estarán en la vanguardia de la lucha, así como grandes gremios empresariales como la Asociación Nacional de Manufactureros y la Cámara de Comercio de EE.UU.

El esfuerzo podría involucrar a cientos de compañías que tratan de contrarrestar el escepticismo frente al comercio que impera entre los líderes demócratas y abrir el espacio político para que suficientes demócratas se unan a los legisladores republicanos y se pronuncien en favor del acuerdo.

"Este acuerdo es demasiado importante como para no considerarlo y es demasiado importante como para no aprobarlo", dijo Douglas Goudie, director de comercio internacional de la Asociación Nacional de Manufactureros, la cual representa a más de 10.000 compañías estadounidenses.

Wal-Mart incrementó su presencia en Centroamérica después de que entró en vigencia el Acuerdo de Libre Comercio de América Central, o Cafta, y espera avances similares en Colombia. Citigroup también quiere fortalecer sus operaciones de banca de empresas, de inversión y minorista en Colombia.

Pero el lobby en favor del pacto también involucra a firmas pequeñas, como el fabricante de flotadores industriales Quality Float Works Inc., que espera expandir su alcance internacional.

La dueña de Quality Float, Sandy Westlund-Deenihan, dice que ya ha conversado con la representante de su distrito y espera hablar con otros legisladores la próxima semana. "No somos General Motors, somos una empresa pequeña", dice Westlund-Deenihan. "Sólo quiero que sepan que somos un pequeño negocio que apoya el libre comercio".

Para las empresas de EE.UU., la lucha va más allá de los US$18.000 millones en intercambio comercial anual entre EE.UU. y Colombia. La oposición al acuerdo refleja un amplio malestar con el impacto del libre comercio sobre los trabajadores y sus salarios, el cual podría amenazar otras iniciativas, incluyendo un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur.

El libre comercio es uno de los temas más controvertidos de la campaña presidencial. Los dos aspirantes demócratas a la Casa Blanca, Hillary Clinton y Barack Obama, han dicho que se oponen al tratado con Colombia.

En un guiño a los demócratas, el presidente Bush ha señalado su disposición a aumentar la asistencia a los trabajadores que pierdan empleos debido a la competencia global.

Para la Casa Blanca, mucho dependerá de cuánto estén dispuestos a luchar los líderes demócratas. Aquellos que respaldan al acuerdo esperan que los demócratas dejen a un lado su furia ante la forma en la que Bush ha manejado el acuerdo y no se opongan activamente a la medida cuando se presente.

"El liderazgo demócrata tiene que dejar que los miembros de la cámara voten en conciencia", dice William Rhodes, vicepresidente de Citigroup y presidente de la junta del Consejo de las Américas, el grupo de negocios que promueve el comercio y la democracia en el hemisferio occidental. "Puede que haya suficientes demócratas para que se apruebe, si les permiten votar por su cuenta".

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