09 abril, 2008

Los cazadores mineros peinan el norte de Perú en busca de cobre

Por Robert Guy Matthews, El Peón, Perú

El año pasado, Tom Albanese, presidente ejecutivo de Rio Tinto, envió un correo electrónico a sus exploradores de minerales y metales en todo el mundo. El mensaje: aceleren el paso.

A miles de kilómetros de distancia, Torsten Danne captó el mensaje. Con la ayuda de dos guías, caballos, burros, un perro y varios kilos de equipo, Danne lleva los últimos años buscando cobre en esta remota región de los Andes peruanos. "La presión diaria es mucho mayor que antes", reconoce Danne, quien pasa sus días escudriñando el sedimento de los ríos y picando rocas.

Danne y miles de exploradores como él son los cimientos de una industria minera global que lucha por satisfacer el auge de la demanda mundial. Impulsado por China y otras economías emergentes, el mundo clama por minerales y metales para construir desde sistemas de alcantarillados a plantas eléctricas.

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Eso ejerce una gran presión sobre los geólogos, ingenieros y exploradores tipo Indiana Jones que tienen la misión de hallar las nuevas grandes reservas. Por si la presión de Rio Tinto fuera poca, BHP Billiton lanzó una oferta hostil por la minera valorada en US$147.000 millones.

Albanese dice que espera eludir a BHP captando más reservas rápidamente. Eso podría elevar el patrimonio neto de Rio Tinto, o al menos persuadir a BHP para que eleve su oferta. Albanese ha contratado a más exploradores y los ha despachado a lugares como el sur de África, Siberia y Perú. La compañía emplea a unos 950 exploradores en todo el mundo y está invirtiendo casi 15% más en exploración que hace cinco años. Los nuevos hallazgos deben ser "lo suficientemente grandes para movilizarnos", dice Albanese.

Las mineras globales intentan compensar un largo período de baja inversión en la búsqueda de nuevas minas. Pero dado que puede tomar años encontrar y poner en marcha una nueva mina, hay ciertas dudas sobre si ya es demasiado tarde para entrar en la carrera, y si los precios de esas materias primas seguirán subiendo indefinidamente. Los precios podrían caer si Estados Unidos entra en una recesión prolongada y la demanda por materiales de construcción e infraestructura caen.

Para muchos analistas, los commodities están lejos de tocar techo porque China, en especial, está creciendo muy rápido. Los precios del mineral de hierro para entrega inmediata alcanzaron entre US$200 y US$225 la tonelada a fines de 2007 y se han mantenido de US$10 a $20 por encima de ese monto este año. El viernes, los contratos de cobre para entrega en mayo subieron 5,3 centavos para cerrar en US$3,95 la libra en la división Comex de la Bolsa Mercantil de Nueva York.

Marius Kloppers, presidente ejecutivo de BHP Billiton, dice que su compañía ha elevado su presupuesto de exploración en 15% en los últimos cinco años, con la esperanza de atraer a los principales exploradores del mundo. BHP, que emplea a unos 1.100 exploradores, está rondando a Rio Tinto, en parte para combinar sus esfuerzos de exploración.

La minera anglo-suiza Xstrata PLC invirtió US$250 millones en 2006 en la búsqueda de nuevas minas, cuatro veces más que hace cinco años . "La industria subinvirtió por años", resalta Thras Moraitis, director de estrategia de Xstrata. "Ahora necesitamos apostar más dinero".

Como con el crudo, la mayoría de las reservas accesibles, en las que los minerales están cerca de la superficie y son relativamente fáciles de extraer, ya han sido encontradas. Las reservas restantes están a mayores profundidades y su extracción es más costosa. Además, a menudo se encuentran en países políticamente inestables o con infraestructura vieja o inadecuada. Los apagones eléctricos en partes de Rusia, África y Sudamérica suelen interrumpir el descubrimiento y flujo de minerales de la tierra a los puertos o fábricas.

Antes de perforar

Antes de enviar a un equipo de exploradores a un área remota, Rio Tinto usa imágenes satelitales de la corteza terrestre para buscar formaciones rocosas que indiquen la existencia de depósitos minerales. Una vez que identifica un punto, la empresa pide permiso del gobierno para explorar. Rio Tinto recibió la aprobación para su mayor proyecto de cobre en Perú, en un área llamada La Granja, en diciembre de 2005, tras acceder a pagarle al Estado US$22 millones, además de la inversión de US$60 millones en el proyecto. Rio Tinto también financia programas sociales en el país y contrata mano de obra local.

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Durante las negociaciones, envió a un equipo para que les explicara a los habitantes de La Granja el trabajo que harían los exploradores. Rio Tinto dice que esas misiones de buena voluntad se han convertido en pieza clave del proceso de exploración. Hace unos 10 años, exploradores que trabajaban para una minera hoy desaparecida fueron tomados rehenes por una tribu en el sur de Perú y liberados sólo después de que se pagó un rescate.

Danne, un geólogo alemán de 43 años y que habla tres idiomas, se unió a Rio Tinto hace unos años como jefe de la exploración en la Granja, contiguo a El Peón. Dice que ya encontró rastros de cobre en El Peón, pero aún no ha podido determinar dónde está la mayor concentración o de dónde sería más rápido extraerlo. No sugiere una perforación a la ligera. A Rio Tinto le cuesta unos US$100 perforar un metro y las mineras usualmente deben perforar hasta 975 metros para calcular cuán grande o profunda puede ser una reserva.

A mediados de 2007, Danne recomendó que Rio perforara una remota formación rocosa a unos kilómetros de La Granja. Dice que las señales eran prometedoras: había cobre incrustado en las rocas y el lugar quedaba tan alto en las montañas que parecía a salvo de las corrientes y deslizamientos de rocas que mueven y desprenden el cobre de su depósito original.

Tenía razón. Había más cobre. Pero la vena del metal se secaba unos siete metros más abajo.

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