¿Terminó el sueño europeo y comienza la pesadilla?
Por Fernando Savater
Clarín
Los sueños, según nos enseñó Freud, se encargan de satisfacer imaginariamente nuestros deseos inconscientes para asegurar nuestro descanso nocturno. Son un mecanismo narcótico que de vez en cuando desembocan en pesadillas que nos desasosiegan.
A muchos europeístas convictos y confesos que hemos siempre creído que España era el problema y Europa la solución, a quienes hemos apoyado la fallida constitución europea pese a lo mucho que difería de nuestros mejores anhelos, a los defensores de la Unión Europea a pesar de Kosovo y del resto de los pesares... se nos está poniendo cada vez más difícil conservar la placidez de nuestro sueño.
Queremos dormir a despecho de los truenos, como pedía el desdichado y culpable Macbeth: pero resulta cada vez más difícil y muchos tememos que el sueño acabe convirtiéndose en pesadilla.
Por ejemplo, los universitarios hemos soñado durante muchos años con recuperar aquella facilidad de intercambio académico y generalizada complicidad científica que suponemos que existió en los tiempos medievales y renacentistas. Cuando profesores y estudiantes iban de una sede sapiencial a otra sin más requisitos que el afán de conocimiento y sin necesitar otra legua que el latín. De acuerdo, es una ilusión, pero recuerden que hablo de un sueño compartido. A partir de las directrices pautadas en Bolonia, los estudios universitarios tienden a homogeneizarse, pero más bien hacia abajo que hacia arriba. Las carreras se abrevian y se centran cada vez más en lo rentable, la empresa privada se convierte en un múltiple mecenas que recompensará sólo aquellos aprendizajes con aplicaciones prácticas inmediatas, las humanidades de escasa lógica mercantil y la ciencia teórica se ven amenazadas por una lenta eutanasia pragmática.
Aún peores auspicios rodean a la cuestión candente de la inmigración. Sin duda no es tema que pueda resolverse meramente con buena voluntad humanitaria: hay que acabar con las mafias que se aprovechan de los vacíos legales, el descontrol de los flujos migratorios se convierte en pábulo de los peores movimientos xenófobos, la protección social de los que se incorporan a nuestros países es un beneficio que exige requisitos legales y sobre todo laborales. Pero tampoco puede llamarse verdaderamente solución (como no sea en el sentido de aquella nefasta "solución final" que los nazis aplicaron a los judíos) a medidas que ignoren la solidaridad humanista. Los inmigrantes fueron exprimidos cuando producían beneficios de los que apenas disfrutaban y ahora que llega la crisis económica nos los sacudimos de encima sin miramientos. Si ya hay en el mundo setecientos millones de famélicos, por que no añadir otros ocho más.
Lo grave no son las medidas concretas y siempre discutibles que vayan a tomarse sino la actitud general de la mayoría de los países europeos.
El sueño europeo no fue sólo el de la prosperidad sino el de ciertos valores que buscaban repartir una riqueza no meramente crematística ni utilitaria. ¿Comienza la pesadilla?
La campaña antihispana en TV
Por Andrés Oppenheimer
El Nuevo Herald
¡Bravo! Un nuevo estudio revela el ejercicio de un periodismo irresponsable y la propagación sistemática de mitos peligrosos por parte de algunos conductores de televisión de cable, como Lou Dobbs, de CNN, y Bill O'Reilly, de Fox News, que han construido sus carreras en base a la critica a los inmigrantes hispanos indocumentados y sus países de origen.
Y, lo que es una noticia igualmente buena, el probable candidato presidencial demócrata Barack Obama me dijo en una entrevista que comparte la preocupación ''por el tenor antiinmigrante que he visto en algunos programas'' de telelevisión que contribuyen a crear un clima de odio hacia los hispanos.
El estudio, realizado por un grupo llamado Media Matters Action Network, dice que Dobbs, O'Reilly y Glenn Beck, de CNN, alientan constantemente el odio, el resentimiento y algunos mitos ``aparentemente destinados a crear una histeria colectiva contra los inmigrantes''.
Entre los mitos infundidos en estos programas están las ideas de que los inmigrantes hispanos son responsables por una ola de crímenes en Estados Unidos; que los inmigrantes no pagan impuestos y usan servicios públicos; que los mexicanos están conspirando para apoderarse de los Estados Unidos y que los inmigrantes indocumentados están trayendo la lepra al país.
Por medio de la repetición, ``emitiendo docenas y docenas de segmentos sobre casos individuales en los que un inmigrante indocumentado comete un delito, Dobbs, O'Reilly y Beck alientan la errónea percepción de que estos inmigrantes son responsables por una exagerada proporción de los delitos que se cometen en Estados Unidos, dice el estudio.
El año pasado, Dobbs puso al aire segmentos que relacionaban el delito con la inmigración ilegal en 94 episodios de su programa, O'Reilly lo hizo en 66 programas, y Beck en 29, según el estudio.
De hecho, varios trabajos demuestran que en general los inmigrantes cometen menos delitos que la población en general, dice el estudio. Según las últimas cifras del departamento de Justicia, los presos sin documentos de ciudadanía representan el 5.9 por ciento de la población carcelaria federal y estatal, o sea mucho menos que el 11.7 por ciento de la población estadounidense procedente de otros países.
Con respecto a los impuestos y los servicios públicos, Dobbs emitió historias que sugerían que los inmigrantes indocumentados son una carga para la sociedad estadounidense en 71 ocasiones el año pasado, O'Reilly en 8 y Beck en 13 ocasiones, revela el estudio. La opinión opuesta apenas estuvo representada en estos programas.
De hecho, muchos estudios demuestran que los inmigrantes indocumentados aportan al país más de lo que le cuestan. Un informe reciente realizado por la Oficina de Contabilidad del Congreso, un organismo no partidario, dice que ``a largo plazo y en general, los ingresos de toda clase generados por los inmigrantes -tanto los legales como los indocumentados- exceden el costo de los servicios de los que hacen uso''.
Los inmigrantes indocumentados pagan impuestos de venta cuando compran los productos que consumen, impuestos a la propiedad cuando pagan sus alquileres, y otros impuestos federales y estatales -como las retenciones de sus salarios - de los que muchos de ellos nunca reciben retribución alguna.
Sobre la teoría de la conspiración mexicana destinada a apoderarse del país por medio de una ''reconquista'', Dobbs ha tocado el tema en nueve ocasiones en el curso de los dos últimos años, dice el estudio. México quiere ''que se borre la frontera entre EEUU y México. El objetivo es la reconquista'', dijo Pat Buchannan en el programa de Dobbs el 5 de septiembre del 2006.
En cuanto a la lepra, Dobbs vinculó esta enfermedad a la inmigración ilegal un total de diez veces desde el 2005. El 14 de abril del 2005, uno de los corresponsales de Dobbs afirmó -erróneamente, según se señaló más tarde en 60 Minutos, de la cadena CBS- que se habían registrado 7,000 casos de lepra en los últimos tres años. CBS mostró cifras gubernamentales señalando que la cifra correspondía a los 30 ultimos años.
Cuando le pregunté a Obama su opinión sobre estos programas, el candidato expresó su preocupación por ''la atmósfera venenosa'' que están creando contra los inmigrantes. Agregó: ``Como consecuencia, hemos visto un aumento en los delitos contra personas de ascendencia hispana, causados por el odio. Es muy importante que el próximo presidente muestre capacidad de liderazgo y explique que somos una nación de inmigrantes, y que nuestra diversidad es un punto fuerte y no una debilidad''.
Mi opinión: estos programas son una vergüenza para cadenas serias como CNN y Fox News, y un bochorno para nuestra profesion. O bien deberían pedirles a estos personajes que presenten ambas caras de la historia, o presentar sus programas como programas de opinión, y no de noticias. Esta columna, por ejemplo, como todas las mías, se publica en The Miami Herald bajo el rótulo ''en mi opinión''. Las cadenas de TV deberían emitir esos programas con rótulos igualmente inequívocos.
Apertura petrolera de México llegaría muy tarde
Por Peter Millard y David Luhnow
The Wall Street Journal
Ciudad de México— Los planes de México de abrir su sector petrolero a la inversión extranjera podrían llegar demasiado tarde para compensar la caída en la producción de crudo del país. Al ritmo actual, México se convertirá en un importador neto de petróleo en 2016, o quizás antes, según la Secretaría de Energía.
El gobierno es cada vez más optimista de que el Congreso aprobará finalmente la ley energética que permitiría al monopolio estatal Petróleos Mexicanos, o Pemex, asociarse con empresas extranjeras. Pemex dice que necesita asociarse con compañías más experimentadas para aumentar la producción de crudo y gas en el Golfo de México.
Aun si la ley es aprobada, Pemex podría tener problemas para atraer compañías extranjeras, porque el texto le impediría compartir la producción de petróleo (el modelo estándar para la exploración de crudo en aguas profundas, donde cada pozo puede costar hasta US$150 millones).
Incluso si las petroleras muestran interés, la brecha de tiempo entre identificar reservas nuevas y extraer el primer barril es de años y, en el caso de los proyectos de aguas profundas, de hasta una década. En abril, la producción petrolera de México cayó a su nivel más bajo en nueve años, a 2,8 millones de barriles por día, especialmente debido al declive del enorme pozo de Cantarell. La perspectiva para los próximos años no es muy buena: el 77% de la producción actual viene de pozos que están a punto de agotarse.
México es el sexto productor mundial de crudo y el tercer proveedor de Estados Unidos, después de Arabia Saudita y Canadá. Pemex sólo encuentra crudo suficiente para reemplazar la mitad de lo que extrae del suelo y sólo tiene reservas suficientes para cubrir poco más de nueve años al ritmo actual de producción. El petróleo aporta más de un tercio de los ingresos del gobierno de México.
Pemex está lentamente dándose cuenta del tamaño del problema. A fines del año pasado, Pemex tenía proyectada una producción de 3,1 millones de barriles diarios hasta 2012. Sus directivos después redujeron la meta a 3 millones diarios para este año. La producción promedio de los primeros cuatro meses de 2008 fue de 2,9 millones de barriles diarios.
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