Aumento del suministro y menor demanda de China moderarían los precios del crudo
Por Guy Chazan y Neil King Jr.
¿Hay una burbuja petrolera a punto de estallar?
Eso es lo que creen algunas de las voces más influyentes de Wall Street, que predicen que el precio del crudo pronto empezará a caer si el dólar se fortalece y la demanda se debilita en algunos mercados clave.
Agregan que el suministro podría aumentar, a medida que grandes refinerías y nuevos yacimientos petrolíferos entran en operación en los próximos meses, y algunas nubes se ciernen sobre la economía china.
Esto no quiere decir, en todo caso, que los precios se van a desplomar. Aunque el petróleo ha descendido desde su récord de US$133 el barril alcanzado hace dos semanas, hay poderosas razones para creer que podría bordear los US$120 el barril durante los próximos meses.
Un punto central del debate son las razones detrás del incremento en los precios del petróleo.
Muchos atribuyen el alza en los precios al rol de los especuladores, apuntando a las altas sumas de capital que están entrando a los fondos especializados en materias primas. Por su parte, quienes dudan de que el precio vaya a bajar considerablemente aluden a una ola de noticias sombrías sobre la oferta y la demanda y argumentan que es poco probable que en los próximos meses los problemas de suministro se vayan a resolver.
Lehman Brothers compara el auge del crudo con el de las empresas puntocom a fines de los años 90. Los analistas elevan sus previsiones una y otra vez a medida que los precios del crudo se disparan, desatando nuevas inversiones, que a su vez llevan los precios a niveles más altos y obligan a los analistas a volver a revisar al alza sus proyecciones. Lehman percibe los "ingredientes clásicos de una burbuja de activos", donde los inversionistas financieros son presa de un "instinto de manada".
"En estos momentos estamos experimentando el estallido de una burbuja inmobiliaria (en Estados Unidos) y, al mismo tiempo, el ascenso del crudo y otras materias primas que tienen algunas características de burbuja", declaró el inversionista George Soros el martes ante el Senado estadounidense. Soros, sin embargo, aseveró que un colapso en los mercados petroleros no es "inminente".
Los economistas que han aludido a la caída del dólar como un factor clave en el alza del precio del petróleo ahora sostienen que la relación se revertirá. El dólar ha mostrado señales de recuperación y las presiones inflacionarias han amainado, lo que debería provocar una caída en los precios del crudo, aseguran los expertos. El comentario que hizo ayer el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, sobre la poca probabilidad de nuevas reducciones en las tasas de interés le dio otro impulso a la moneda estadounidense (ver nota relacionada).
Lehman Brothers calcula que entre enero de 2006 y mediados de abril de 2008, los inversionistas destinaron más de US$90.000 millones a fondos especializados en commodities. Añadió que por cada US$100 millones de ingresos, el precio del índice estadounidense West Texas Intermediate subió 1,6%.
Otros, no obstante, no creen que el auge del crudo sea motivado por los inversionistas. "Este es el precio que se obtiene cuando el suministro no crece durante cinco años y la demanda sigue aumentando como lo ha hecho en los últimos cuatro o cinco años", sostiene Paul Horsnell, analista de Barclays Capital, en Londres. Los precios "seguirán subiendo a menos que el panorama de la oferta y la demanda cambie sustancialmente", observa.
Otros, como el economista en jefe de la Comisión de Comercio de Futuros de Commodities de EE.UU., cuestionan la evidencia de que los inversionistas están detrás del aumento del crudo. En un testimonio ante el Senado en mayo, Jeffrey Harris declaró que mientras los precios de los contratos a futuros para la WTI se han más que duplicado en los últimos 14 meses, las posiciones de los fondos de inversión, como parte del mercado total, han variado muy poco.
Horsnell y otros aseguran que luego de empinarse a los US$133, los precios del crudo están buscando un nuevo equilibrio. A pesar del enfriamiento en la demanda de EE.UU., la sed por productos petroleros, sobre todo por diesel, sigue viento en popa en la mayor parte del mundo en desarrollo. "Lo que va a marcar la diferencia es un cambio verdadero en la raíz de todo esto, y eso sería un cambio considerable en la oferta y la demanda", sostiene Horsnell. "Hasta el momento, no lo tenemos".
Lehman es de los que cree que el equilibrio entre la oferta y la demanda cambiará en los próximos meses. Pronto, deberían entrar en operación nuevos yacimientos en Arabia Saudita, al igual que nuevas refinerías. Esto contribuirá a aliviar cuellos de botella y proveer más competencia en los mercados. Rusia, asimismo, está poniendo en práctica incentivos tributarios que podrían apuntalar la producción.
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