Ecuador ratifica su tolerancia cero hacia las FARC
El ministro de Seguridad Gustavo Larrea ratificó ayer que Ecuador mantiene una política de ''cero tolerancia'' contra fuerzas armadas regulares e irregulares extranjeras que incursionen en el país.
''Si un grupo irregular es detectado, es combatido de manera inmediata... serán arrestadas o serán repelidas'', afirmó en declaraciones al canal Teleamazonas.
El ministro reiteró las sospechas de que ''mercenarios'' o ''algún oficial'' de Estados Unidos ayudó el 1 de marzo a atacar ilegalmente un campamento clandestino de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano.
Explicó que según datos manejados por la fuerza aérea ecuatoriana, ''aparentemente Colombia no tiene la tecnología para hacer ese ataque y por lo tanto, hay terceros países'' que la tienen y aparentemente participaron en la incursión.
''No se descarta la posibilidad de que no las autoridades (de Estados Unidos) sino terceros, hayan usado ese avión no necesariamente con autorización del estado norteamericano... pueden ser mercenarios, puede ser algún oficial de las fuerzas armadas norteamericanas'' sin autorización, indicó.
Larrea aseguró que una comisión ecuatoriana investiga el asunto y también las denuncias del presidente Rafael Correa de que la Central de Inteligencia de Estados Unidos estaría infiltrada en instituciones ecuatorianas.
El ministro informó que se reunió con el demócrata Christopher Dodd y otro senador estadounidense hace pocos días y le ``ofrecieron abrir una investigación para determinar si un avión norteamericano fue usado en ese operativo''.
El agregado de prensa de la embajada de Estados Unidos, Arnaldo Arbezú, confirmó a la AP que en la reunión de Larrea con el senador Dodd ''se abordó el tema de la incursión del 1 de marzo y aspectos más amplios sobre la relación entre Ecuador y Colombia''. No dio más detalles.
Sobre el caso de la asambleísta del partido de gobierno, Alianza País, María Augusta Calle, que debe comparecer ante la fiscalía ecuatoriana para aclarar los vínculos que tuvo con las FARC, Larrea arguyó que los acercamientos fueron de índole profesional, por su trabajo como periodista.
Calle, de 52 años, ha admitido que tuvo contactos periodísticos con rebeldes colombianos, lo que cree no constituye un delito.
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