14 julio, 2008

Cómo crear una hiperinflación

por Manuel Hinds

Manuel Hinds ex Ministro de Finanzas de El Salvador y autor de Playing Monopoly with the Devil: Dollarization and Domestic Currencies in Developing Countries (Council on Foreign Relations, 2006).

¿Qué es una hiperinflación? Es una inflación tan alta que se vuelve incontrolable. Como todos los procesos inflacionarios, la hiperinflación es causada por la creación excesiva de dinero. Sin embargo, en la hiperinflación las tasas a las que suben los precios aumentan tanto que interviene otro factor: la gente, sabiendo que el dinero vale menos en cada minuto, lo gasta al nomás recibirlo —en cualquier cosa, aunque no la necesiten, porque cualquier cosa guarda más el valor que el dinero. Este comportamiento hace que los precios suban aún más rápido que la creación monetaria.

Las hiperinflaciones requieren tasas tan salvajemente altas de creación monetaria que han sido pocas y casi todas han tenido lugar después de catástrofes nacionales. Así, las más famosas son las de Alemania, Rusia, Austria, Polonia y Hungría después de la Primera Guerra Mundial. Pero aunque rarísimos, algunos presidentes de bancos centrales han logrado crear hiperinflaciones sin necesidad de emergencias nacionales, con una de dos motivaciones: (1) la idea absurda de que creando más dinero se genera más actividad económica; o (2) una actitud de servilismo a demagogos.

Un ejemplo clásico es “la hiperinflación de Machinea”, así llamada por su gestor, el Sr. Luis Machinea, ex Secretario General de la Comisión Económica para la América Latina (CEPAL). Cuando él llegó al Banco Central argentino en agosto de 1986 en el régimen del presidente Radical Alfonsín, la inflación era 60% y la devaluación 26%. En los dos años y medio siguientes el Sr. Machinea creó las condiciones de despegue de la hiperinflación.

Estas condiciones son un aumento sostenido de la creación de dinero, que lleva a un aumento también sostenido de la inflación y devaluación hasta alcanzar tasas tan altas que, de pronto, se dispara el comportamiento descrito arriba: la gente gasta el dinero tan pronto lo recibe. Como se ve en la gráfica, el Sr. Machinea aumentó la impresión de dinero a una velocidad tal que para Febrero de 1989 estaba creciendo a una tasa del 400% anual mientras la inflación estaba en 400% y la devaluación en 200%. Entonces la gente comenzó a gastar el dinero a tanta velocidad que para pagar las cuentas del gobierno el Sr. Machinea creó dinero al 1.226% anual, dando el salto que se ve en la gráfica y que es la marca de las hiperinflaciones. Es el momento en el que el banco central pierde totalmente el control.

Alfonsín despidó al Sr. Machinea pero ya la hiperinflación había despegado. Fue controlada en agosto de 1991 por otro gobierno, que tomó posesión antes de tiempo porque la hiperinflación acabó con Alfonsín. En los dos años y medio que el Sr. Machinea estuvo en su puesto, la moneda se devaluó 1.571,8%, de tal forma que cuando él salió a los tenedores de pesos les quedó un dólar por cada 15,72 que tenían cuando el llegó. Desde el momento en que él entró al mes en el que terminó la hiperinflación que él generó, la tasa de cambio subió 989.567%, casi un millón por ciento. Es decir, Machinea les dejó a los tenedores de pesos un dólar por cada diez mil dólares que habían tenido cinco años antes. La inflación fue mayor: 2.152.247%.

El Sr. Machinea tiene una maravillosa capacidad de recuperación. Regresó una década después como Ministro de Economía en el desastroso gobierno del Radical De la Rúa, que como el de Alfonsín terminó antes de tiempo y en caos. Ahora los Radicales están nuevamente en el poder y negociaron su nombramiento en la CEPAL. Las consecuencias monetarias del Sr. Machinea fueron similares a las de la Primera Guerra Mundial para Alemania. Afortunadamente las consecuencias no fueron iguales para Latinoamérica.

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