Raúl Castro critica el igualitarismo
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
El gobernante Raúl Castro exhortó el viernes a sus compatriotas a enfrentar con realismo y trabajo las dificultades económicas que enfrenta el país, y aseguró que la sociedad cubana tiene que despojarse del igualitarismo, las gratuidades y los subsidios excesivos para poder avanzar.
Y para cerrar su discurso de casi dos horas ante el parlamento, dejó claro que el líder retirado Fidel Castro "está plenamente de acuerdo'' y dio el beneplácito total a la estrategia que será puesta en marcha en los días venideros.
Vestido con una impecable guayabera blanca y atribuyendo su evidente ronquera a lo mucho que había hablado en días recientes, Raúl Castro esbozó los retos fundamentales de su gestión económica y política, con la advertencia de que el gobierno cubano jamás adoptará una decisión "como resultado de la presión o el chantaje'' de fuerzas externas.
A su lado permaneció vacía la silla donde solía presidir las sesiones parlamentarias Fidel Castro, enfermo desde hace dos años y formalmente retirado del poder desde el pasado 19 de febrero.
Salpicando su intervención de anécdotas y chistes que según dijo "llevan de vez en cuando algún mensaje'', Raúl Castro fustigó el despilfarro, el robo, la falta de disposición laboral y la falta de productividad agrícola que conspiran contra la economía. Por momentos llegó incluso a pedir que perdonaran "la crudeza de las pala- bras'' al referirse a la situación laboral, la carencia de maestros capacitados y la falta de eficiencia productiva.
Entre las prioridades anunciadas, Castro mencionó la necesidad de ‘‘virarse para la tierra'' para ponerla a producir con urgencia y compensar así las importaciones de alimentos.
"Dicho en pocas palabras: ¡Hay que virarse para la tierra! ¡Hay que hacerla producir!'', exclamó.
Agregó que tan pronto como la próxima semana deben aprobarse las disposiciones legales para entregar en usufructo las tierras ociosas "a quienes estén en condiciones de ponerlas a producir de inmediato'', y señaló que también se adoptarán otras medidas asociadas al sector agropecuario.
Raúl Castro observó que el 75 por ciento de la población cubana vive en áreas urbanas, "lo que no quiere decir que el otro 25 por ciento trabaje le tierra''. Mencionó además, apelando a datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura, que de los 31,000 agrónomos graduados en el país, apenas un 8 por ciento trabaja en el agro.
"¿Quién va a sembrar los frijoles? ¿Quién va a producir lo necesario para mantener los gastos de la seguridad social, la educación y la salud?", se cuestionó el gobernante que llamó a "no dejar una hectárea apta sin sembrar''.
Poniendo las miras en el desembolso de $1,100 millones adicionales que el país tendrá que hacer este año para cubrir las necesidades alimentarias básicas de la población, Castro pronosticó que, inevitablemente, la cri- sis mundial tendrá un impacto en algunos productos y servicios en la isla.
De ahí que proclamara la urgencia de "invertir con racionalidad'' los recursos disponibles, postergar las inversiones que no sean imprescindibles, promover la producción nacional e incrementar el nivel de las exportaciones.
Castro no prometió cambios inmediatos en torno al aumento de los salarios, una cuestión de alta sensibilidad social. Por el contrario, señaló que todo dependerá de la situación económica interna y de la crisis mundial creada por el alza de los alimentos y los combustibles, lo cual podría incluso depararle a Cuba consecuencias imprevisibles.
‘‘Es mi deber expresarlo con franqueza, pues no sería ético crear falsas expectativas; decir lo contrario sería engañarlos'', enfatizó.
Advirtió que el establecimiento de un adecuado sistema de impuestos y contribuciones es una condición básica para lograr que se revaloricen los salarios, y mencionó además otras premisas insoslayables como al aumento de la productividad laboral, el orden y la exigencia que eliminen el desvío de los recursos estatales, y la eliminación de gratuidades y subsidios indebidos.
Explicó que hay una enorme cantidad de gratuidades y servicios fuertemente subsidiados que todos los ciudadanos exigen recibir, y mencionó como tendencia general la escasa voluntad de trabajo existente entre los cubanos.
"Socialismo significa justicia social e igualdad, pero igualdad de derechos, de oportunidades, no de ingre- sos. Igualdad no es igualitarismo'', afirmó Castro. "Esto [el igualitarismo] es una forma de explotación, la del buen trabajador por el que no lo es, por el vago''.
Otra iniciativa clave planteada por el gobernante fue el llamado a los maestros jubilados y a quienes se desvin- cularon del sector educacional a que regresen a las aulas en el próximo curso.
En el caso de los jubilados, Castro dijo que se hará la propuesta para que los maestros jubilados reciban un salario completo respetando además la pensión por su retiro.
Pero Castro fue enfático en su defensa y admiración de "la gran empresa estatal socialista, incluidas las agro- pecuarias'', y especificó que ‘‘Cuba no renunciará a ellas'', poniendo como ejemplo de eficiencia económica el sistema empresarial implementado por las Fuerzas Armadas (FAR). Raúl Castro fungió como Ministro de las FAR hasta su designación oficial al frente del Consejo de Estado, el pasado 24 de febrero.
En su única referencia al diferendo con Estados Unidos, el mandatario cubano discrepó de la calificación de ‘‘cosméticas'' con que ashington suele definir los tímidos cambios emprendidos durante su breve mandato.
"Aunque aquí nadie les ha pedido opinión, reitero que jamás adoptaremos una decisión, ¡ni la más mínima!, como resultado de la presión o el chantaje, venga de donde venga, de un poderoso país o de un continente entero'', aseveró en medio de aplausos de los parlamentarios.
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