28 septiembre, 2008

REFLEXIONES LIBERTARIAS

VACUNA CONTRA LA INEPTITUD

Ricardo Valenzuela


En los años que tengo observando la economía, nunca me había divertido tanto con las barrabasadas de analistas, periodistas, intelectuales, ante la tragedia que representa el desenlace de empresas como AIG, Lehman Brothers, Washington Mutual y el “rescate de 700,000 millones de dólares. En la primera fila de los furiosos ejecutores se encuentran los desvelados socialistas gritando cómo los mercados han fallado pidiendo la intervención del más inepto, corrupto y no-invitado de sus participantes; el gobierno.

Lo primero que nuestros pensadores deben entender es que el mercado es un elemento auto regulable, es decir, dejado sin interferencias, como los aviones cuando los pilotos los tiran en picada provocando su caída libre y luego suelta el timón, automáticamente se estabilizan, claro, luego de unos cuantos brincos y sacudidas ante el pánico de sus ocupantes. Pero si cuando la nave inicia su estabilización alguien interfiere en su proceso, es cuando entra en la espiral rotatoria que la llevará al abismo del fracaso.

Los problemas que afloran en Wall Street, son, por el contrario, el resultado del exceso de lo que ahora los compasivos exigen; más regulaciones. Estas vertiginosas espirales son el resultado de los esfuerzos judiciales en contra de una de las fórmulas más eficientes para vigilar la marcha de las empresas; las “tomas por asalto” que popularizó Mike Milken en los años 80. Estos exponentes aun no se dan cuenta del grave costo que ha representado el interferir en la operación natural de las fuerzas del mercado.

El principio es simple; si una corporación es mal manejada, el valor de sus acciones declinará o presentará otros síntomas invisibles para el ojo normal, mas no para los discípulos de Milken. En esos momentos un grupo ajeno puede simplemente hacer una no bienvenida oferta de compra. Solamente esa amenaza es un incentivo para que los “gerentes profesionales” manejen con eficiencia sus empresas en beneficio de sus verdaderos dueños.

En los EU con una economía casi 25 veces la de México y hasta solo hace unos años representando casi el 40 del PIB mundial, se gestó un fenómeno muy particular; La consolidación de empresas con valores superiores a los PIB de muchos pequeños países e inició lo que desde 1932 el famoso libro: “La Corporación Moderna y la Propiedad Privada” nos advertía; el divorcio del interés patrimonial y el control de las mismas. Nacía una nueva generación de gerentes profesionales que no seguían los pasos de Henry Ford, los J. P. Morgan, que las controlaban patrimonialmente y al mismo tiempo las operaban. Los autores del documento nos advertían de los futuros abusos de esos gerentes profesionales.

Así como Churchill definía la democracia como el menos imperfecto de los sistemas políticos, la economía de mercado es el menos imperfecto de los sistemas económicos. Y digo en menos imperfecto porque el mercado lo forma esa conciencia colectiva de la gente, y la conducta de gente es motivada por diferentes estímulos que moldean “La Acción Humana.” El liberalismo no puede evitar que participen en el mercado hombres que llegan con el corazón corrupto; pero no es su función el curarles ese diabólico mal. Lo que el liberalismo hace es castigarlos y expulsarlos siempre y cuando no intervenga el gran arbitro; el Estado—porque es cuando nacen los rescates, los fideicomisos y los Fobaproas. Dios perdona el pecador arrepentido, el Estado a sus compadres, pero el mercado nunca perdona.

El nuevo sindicato de gerentes profesionales tomaba fuerza y creciendo afianzó posiciones como la mafia. En 1965 sin embargo se empezó a manejar el concepto de mercado para el control corporativo reconociendo que la corporación no era una entidad política, sino una creación y función del mercado. En la primera etapa las modernas tomas por asalto funcionaron de una manera muy eficiente maximizando el valor de las inversiones de los verdaderos dueños de las empresas.

Todo ello era soportable para esta nueva mafia hasta que Milken apareció en escena con su repelente para esos voraces ejecutivos; los bonos chatarra, y los ponía al alcance de una nueva ola de empresarios que no pertenecían a ese club. Bill Tatum uno de los clientes de Milken afirmaba: “Había en letrero en la puerta que rezaba; oh no mi amigo, tu no entras aquí.” Milken se atrevió a decir, no solo voy a entrar, “haré posible el que aquellos que nunca les han permitido entrar, que también lo hagan. Porque eso es lo justo.... Y lo llevaré a los obreros, a las mujeres, a los latinos, los negros; a todos los que han dejado afuera.”

Fue tal el impacto de Milken que permitió a dos desconocidos inversionistas el adquirir mediante una toma por asalto la empresa Nabisco en mas de 25,000 millones de dólares, obviamente servidos por el Rey de los Bonos arrebatándola así de las manos de los clásicos gerentes profesionales que la habían exprimido hasta la saciedad.

El contraataque del establishment no se hizo esperar puesto que Milken era una seria amenaza a sus feudos. Utilizando algo que los fundadores del país nunca pensaron llegaría a ser lo que provocara el desbalance entre los poderes que tanto les preocupaba y creyeron proteger en la Constitución; la media, Milken fue juzgado y condenado en ella por un ambicioso político; Rudy Giuliani. En 1990 Milken fue enviado a prisión y así el sindicato de gerentes profesionales respiraba de nuevo al recuperar sus cotos.

El mecanismo afinado por Milken de “supervisión agresiva” de los profesionales del establishment, no solo permitió maximizar el valor de las empresas, provocó también el incremento en la productividad de las mismas cuando se sintieron vulnerables ante los nuevos cazadores. Pero al sepultar al Rey, de nuevo les dejaban el camino despejado y utilizando sus ejércitos de abogados lograron el Congreso aprobara legislación que los permitiera seguir manejando sus empresas como antaño, sin la herramienta más efectiva de vigilancia de los lideres de los grandes conglomerados. ENRÓN fue su retoño.

Deroguen las regulaciones que ahora interfieren con las tomas por asalto. Las corporaciones americanas se reestructuran solas como lo hicieron en los 70s y 80s para operar en un mercado menos regulado. Sólo de esta forma se neutralizará de nuevo el poder de la mafia de profesionales y las empresas entrarán en una nueva era de innovación, eficiencia y rentabilidad.

En palabras de Rothbard: “La función de la Paraxeologia es proporcionar el conocimiento de las consecuencias ocultas de las diferentes formas de acción humana. La Paraxeologia no hace juicios éticos ni toma decisiones de política. Solo nos informa el que libertad nos lleva a la prosperidad, armonía, eficiencia y orden. Mientras que la coerción del gobierno nos lleva hacia el conflicto, explotación, ineficiencia, pobreza y caos.”

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