Unión y extremaunción
José CárdenasLos aliancistas se salieron con la suya. La consulta del domingo en el Estado de México confirmó lo que todos sabíamos: 80% de los ciudadanos dijo sí al matrimonio PERREPANISTA. El ejercicio salió barato, sólo costó cuatro millones. Fue democrático.
¿Qué tan representativa es la opinión de 2% del padrón electoral? Es mucho y es nada. Dicho de otro modo, si 250 mil fueron a opinar, a diez millones 300 mil les valió madre.
Más tardaron los promotores en dar forma a la consulta que los duros del otro PRD en dinamitarla. Dolores Padierna pegó el grito en el cielo. Jesús Zambrano viola el mandamiento perredista: “No te aliarás con tu peor enemigo”. Y amenaza: “En el Consejo Nacional nos veremos las caras”.
En el PAN, el fuego amigo lo disparó el ex presidente Vicente Fox. En su acostumbrado tono ranchero, dijo que la alianza “es un choteo con el fin deleznable de ganarle al PRI. Grave error es unirse al peor”.
En cambio, en Toluca todo es fiesta. Eruviel Ávila cumplió el ritual: registro, campaña y compromisos. Lo que sigue es la unción. Para sus adversarios, la extremaunción.
Alejandro Encinas logra lo que quiere. Ya puede perder una elección sin despeinarse. ¿Cuántas páginas más, de aquí al 3 de julio, tendrá la nueva tragedia perredista? Por lo pronto, Marcelo Ebrard se vacuna. Reconoce a Encinas como la mejor opción. ¿Como para qué?
En el lado azul de la historia. Luis Felipe Bravo Mena, José Luis Durán Reveles y Ulises Ramírez van de la mano de su Jefe Gustavo Madero. Están listos para el albur suicida.
Dicen que las democracias necesitan sumar. Por ello, no suelen ser puras ni duras. Más bien elásticas. Eso explica las alianzas impúdicas.
Para la nueva izquierda eso no importa. La política no es el arte de lo posible, sino el milagro de lo imposible. Para la nueva derecha también.
¿Lo mismo da Chana que Juana? No es lo mismo gobernar que criticar. ¿Acaso Pemex, con un gobierno de izquierda, dejaría de ser la vaca fiscal del país? ¿Acaso los panistas saben cómo resolver la ecuación para abatir algún día la pobreza extrema?
La verdad, no es fácil ilusionarse con los partidos. Suelen hacerse bolas. Y a nosotros hacernos la vida de cuadritos.
En el drama mexiquense hay acierto y desacierto. El PRI habla dizque de unidad. PAN y PRD de “mueganidad”.
MONJE LOCO. La Suprema Corte no se tragó el caramelo. Mandó al diablo a los intelectuales. Les dio clases de derecho. Sólo el IFE podrá contratar spots. Y háganle como quieran. Los críticos de los críticos descubren el pastel. ¿Los intelectuales protestantes de la Reforma Electoral son defensores disfrazados de sus verdaderos patrones? Nadie sabe, nadie supo…
Alianza Edomex
Alianza Edomex: llueve sobre mojado
Jorge Fernández MenéndezAcusar a los priistas de haber rebajado el método de selección de su candidato en el Estado de México por haber recurrido al dedazo, como lo han dicho dirigentes del PAN y del PRD, a estas alturas se escucha más como un comentario dolido, producto de no haber presenciado una ruptura en ese partido que le diera un candidato a la alianza PAN-PRD, que un análisis serio sobre lo ocurrido.
Lo cierto es que el priismo, y en particular Enrique Peña Nieto, operaron en esta ocasión bien y a profundidad: no hubo rupturas, no hubo a la hora de la selección una decisión basada en amiguismos o grupos, sino en números y escenarios, y lograron una candidatura de unidad que les servirá en el Estado, pero también a nivel federal, electoral y políticamente.
Mientras tanto, lo que ocurre con la hipotética alianza PAN-PRD resulta por lo menos triste: es la otra cara de la moneda de una operación política eficaz. El domingo, en la tan debatida consulta, votaron 230 mil personas y 76% apoyaron esa hipotética alianza PAN-PRD: el problema es que eso representa apenas 2.3% del padrón estatal. Dicen los partidos que fue un éxito, pero lo cierto es que habían mandado imprimir 650 mil boletas, dos veces más de los electores registrados. Ganó el sí pero ya todo el mundo se olvidó de esa respuesta. Como dijimos, desde que el sábado se supo que Ávila sería el candidato del PRI se acabó la esperanza de los opositores de que hubiera una ruptura en el tricolor y que Eruviel se convirtiera en el candidato aliancista. No hay otros nombres de peso.
En el PRD, el ex jefe de Gobierno capitalino, Alejandro Encinas, ya se registró desde el viernes pasado y mientras se trabajaba para la consulta, al mismo tiempo ya parece estar todo encarrilado para ungir a Encinas como candidato “de la izquierda”. De la posibilidad de que Alejandro sea también aspirante aliancista, ni hablar. Mientras el PAN anunciaba que suspendía sus campañas internas ante el voto por el sí, lo único que cabe preguntarse es si saben algo que los demás no sabemos, porque no se ve cuál pueda ser la candidatura de unidad, sobre todo porque en el perredismo, por lo menos en el ala lopezobradorista, como entre la gente de Marcelo Ebrard, ya se está trabajando para la candidatura de Encinas.
¿Cómo va a hacer el PAN para que sus dos posibles aspirantes, Luis Felipe Bravo Mena y Ulises Ramírez puedan crecer?
De cara a 2012, con o sin alianza, el PAN no se puede dar el lujo de abandonar el Estado de México. No se trata de Guerrero. Son demasiados votos, demasiados reflectores, demasiada operación y recursos como para pensar que se trata de una elección menor.
La apuesta de la alianza opositora fue muy alta, pero mostró sus limitaciones: sólo funciona el concepto cuando se crea en torno a un candidato y éste proviene o propicia, de una u otra forma, una ruptura explícita o tácita del PRI. Eso no ocurrió en el Estado de México y no va a ocurrir. Y, por lo tanto, salvo que suceda algo demasiado extraño, no habrá alianza, independientemente de la consulta que terminó demostrando, además, y como lo dijo Humberto Moreira, la debilidad operativa de los dos principales partidos opositores en ese Estado y su división interna. Se trata de un mecanismo de perder-perder de la oposición mexiquense… salvo para López Obrador, que se salió con la suya: Encinas será candidato.
La historia se repite
Dicen que la historia se repite, pero que lo que primero fue tragedia luego se presenta como comedia… o al revés. Lo cierto es que al padre de Alfredo del Mazo Maza le ocurrió casi lo mismo que a su hijo, pero en 1987. Se adelantó mucho en la celebración, sobre todo sus equipos y quienes se consideraban cercanos, algunos comenzaron a festejar, a hacer acuerdos sin tener nada seguro. Hubo ahora quienes, siempre hay vivales, que como ya lo habían hecho antes, hasta comenzaron a preparar mecanismos de “recolección de fondos” para el futuro candidato.
Esas actitudes generaron tantos anticuerpos que terminaron bloqueando al alcalde de Huixquilucan. La decisión no era por amistad: no sirvió cuando se habló “del hermano que no tuve”, tampoco cuando se invocaba ahora la cercanía familiar. Ese entorno se equivocó tanto que, como ocurrió con su padre en el sexenio de Miguel de la Madrid con la candidatura presidencial, dieron por hecho una decisión que no les había sido anunciada. A diferencia de su padre, Alfredo tiene tiempo y espacio para recomponer ese tropiezo, depurar amistades y apoyos y mirar con mayor perspectiva el futuro. Si no se equivoca y no le gana el resentimiento, pues no tendría por qué ganarle, podrá jugar un papel en la clase política que en torno suyo está construyendo Peña Nieto.Peña Nieto va ganando
Peña Nieto va ganando
¿Qué dirán ahora Encinas y Corral? Con su decisión, el gobernador mexiquense los ha dejado chiflando en la loma
Leo ZuckermannLa carrera presidencial termina el primero de julio de 2012. Tiene, sin embargo, una aduana importante el 3 de julio de este año en el Estado de México. Ese día no sólo se sabrá quién será el siguiente gobernador mexiquense sino qué tanto daño le pudieron infligir los perredistas, panistas y lopezobradoristas a Enrique Peña Nieto en su paso hacia Los Pinos. Si ese día el PRI pierde la gubernatura, el golpe será mayor. A eso le apuestan todos los que quieren debilitar a Peña desde ahora: Calderón, Ebrard, López Obrador y compañía.
Si el Presidente está enviando mensajes claros de que él va con todo a ganar la próxima elección federal para evitar trasmitirle la banda presidencial a un priista, pues Peña Nieto, el político más popular del PRI, acusó recibo y manda señal de regreso: “Yo también voy a hacer todo lo que esté en mi poder para ganar”.
Eso explica su decisión de designar como candidato del PRI a la gubernatura del Edomex a Eruviel Ávila, alcalde de Ecatepec. La decisión estaba entre éste y el alcalde de Huixquilucan, Alfredo del Mazo. Los encuestadores dicen que los dos estaban bien posicionados en las encuestas. Sin embargo, los perfiles eran diferentes. Ávila es un político que viene de un estrato socioeconómico bajo y que, a base de tesón, se ha movido hacia arriba, algo muy difícil en este país. Es, como diría Luis Donaldo Colosio, un político de “la cultura del esfuerzo”. Del Mazo, en cambio, viene de una prominente familia política mexiquense. Su abuelo y su padre han sido gobernadores del Edomex. Posee atributos propios pero estaba latente la idea de que llegaría al Palacio de Gobierno de Toluca por destino manifiesto.
De hecho, a la víspera de que Peña Nieto se inclinara a favor de Ávila, la oposición al PRI cometió el error de telegrafiar cuál sería su estrategia en caso de que Del Mazo fuera el candidato priista. El aspirante del PRD al gobierno mexiquense, Alejandro Encinas, lo calificó como el “candidato de la realeza” y dijo que, si lo nominaban, significaría “un desprecio a la militancia priista”. En el mismo tenor, el delegado del PAN para la elección del Edomex, Javier Corral, afirmó que Del Mazo era “un candidato débil” por su falta de experiencia y mencionó que su único mérito era “ser hijo y nieto de ex gobernadores”.Al parecer se les quemaban las castañas porque Peña Nieto pusiera a Del Mazo. De junior no bajarían a “Alfredo III”, como despectivamente le decían los perredistas y los panistas en privado.
Pero Peña inclinó la balanza hacia Eruviel Ávila, el candidato que viene de abajo, muy popular en su municipio que ha gobernado en dos ocasiones. ¿Qué dirán ahora Encinas y Corral? Con su decisión, el gobernador mexiquense los ha dejado chiflando en la loma.
Quizá Peña hubiera preferido como candidato priista a alguien más cercano a él como Luis Videgaray. O a alguien de buena estirpe atlacomulquense como Del Mazo. No lo sé. Lo que sé es que se decidió por el candidato con menos flancos de ataque y que maximiza, por tanto, las posibilidades de ganar la gubernatura. Además, hasta ahora no ha habido signos de fracturas dentro del tricolor mexiquense. En este sentido, Peña ha operado con eficacia su sucesión mandando el mensaje de que él también va con todo hacia 2012.
La pelota está ahora en la cancha del PRD y del PAN quienes tienen que encontrar un candidato para hacer realidad la alianza que fue aprobada ayer en una consulta popular. El problema es que no se ve quién pueda ser. No hay un perredista que complazca a los panistas y viceversa. Tampoco hay una figura independiente de peso. Y no parece haber un priista popular disgustado que puedan jalarse (al estilo del sinaloense Mario López Valdez).
Sin candidato, los aliancistas están entrampados. La izquierda, si va sola con Encinas, no podrá ganarle la elección a un PRI unido en torno a un candidato popular. Lo mismo con los panistas. De esta manera, por lo pronto, con la decisión de nominar a Ávila, Peña va ganando en la larga carrera hacia Los Pinos que, desde luego, todavía puede tener muchas sorpresas.
Alianza y farsa
Alianza y farsa
Lo cierto es que en el fondo asistimos a uno de los espectáculos más grotescos y escandalosos de la vulgar lucha del poder por el poder.
Ricardo AlemánHoy el tema es la alianza que pactaron el PAN y el PRD y que aprobaron sus militancias en el Estado de México. También es tema que esa alianza es impugnada por Andrés Manuel López Obrador y por Alejandro Encinas, el mejor posicionado de los aspirantes de los partidos de la llamada izquierda.
Pero más allá de posturas antagónicas de impulsores de la alianza e impugnadores de la misma, lo cierto es que en el fondo asistimos a uno de los espectáculos más grotescos y escandalosos de la vulgar lucha del poder por el poder. ¿Por qué? Porque, en los hechos, somos testigos de una gran farsa en donde los actores centrales, los farsantes, creen que los ciudadanos padecen retraso mental.
Por eso, y para documentar la primera parte de la farsa, recurriremos a una estampa memoriosa poco conocida, que no tiene desperdicio, que cerrará la boca a los farsantes y —por si hiciera falta— que los retrata de cuerpo completo.
Resulta que la primera gran alianza opositora de todos contra el PRI —y eran todos contra el PRI— se produjo en la segunda mitad de 1999 en el estado de Coahuila, en donde se aliaron para “derrotar al PRI” los partidos PAN, PRD, PT, PVEM, Convergencia y el Partido de Centro Democrático. El PRI iba solo en esa elección que fue, en la historia del país, la primera alianza de todos contra el tricolor.
¿Y adivinen quiénes eran los presidentes del PRD y del PAN? En efecto, a los amarillos los presidía Andrés Manuel López Obrador y a los azules Luis Felipe Bravo Mena. ¿Y qué creen que pactaron? Caminar juntos, de la mano, a pesar de sus antagonismos, para derrotar al PRI. Pero además, por el PT, avaló la alianza Alberto Anaya; por el Partido Verde, el papá del Niño Verde; por Convergencia, Dante Delgado y, por el Partido de Centro Democrático, nada menos que Manuel Camacho. ¿Qué tal?
Y claro, en esa fecha a ninguno de los jefes partidistas les dio “asquito” juntarse con sus desiguales. Más aún, en las negociaciones entre azules y amarillos —entre Luis Felipe Bravo Mena y Rosendo Villareal, con Andrés Manuel López Obrador— nadie se escandalizó por el batidillo ideológico de la alianza, y menos se rasgaron las vestiduras por los diferendos ideológicos. Y, para ratificar la congruencia, basta decir que López Obrador fue el más entusiasta promotor de esa alianza con el PAN.
La elección en Coahuila se llevó a cabo el 26 de septiembre de 1999 y el candidato de la “alianza contra natura” fue el panista Juan Antonio García Villa, quien se enfrentó al priista Enrique Martínez y Martínez. ¿Pero, qué creen? Por increíble que resulte, el jefe de la campaña de Martínez y Martínez fue nada menos que Humberto Moreira, eficaz operador político que, seis años después, se convirtió en gobernador y, seis más, presidente nacional del PRI.
Ese 26 de septiembre de 1999, el PRI aplastó a la alianza PRD, PAN, PT, PVEM, Convergencia y PCD, al llevarse 61.2% de los votos, contra 34.7% de los aliancistas. Lo curioso del caso es que 12 años después todos se vuelven a encontrar, pero en el Estado de México, donde gobierna Enrique Peña Nieto, al que todos quieren derrotar, tumbar del caballo de la sucesión y vencer en julio de 2011 y julio de 2012.
Pero resulta que el jefe de campaña de Peña Nieto —y de la campaña para renovar el gobierno estatal— es nada menos que Enrique Martínez y Martínez, ex gobernador de Coahuila, delegado del PRI al Estado de México, impulsor de Humberto Moreira y, por si existen dudas de su eficacia como operador político, principal impulsor de la candidatura de Eruviel Ávila.
Así, en julio de 2011, se enfrentarán en el Estado de México los mismos políticos de PRI, PAN, PRD, PT, Convergencia y PVEM que ya se vieron las caras en Coahuila, en septiembre de 1999. La diferencia es que los otrora aliados azules y amarillos, hoy se escandalizan por sus incestuosos amoríos políticos, cuando hace 12 años retozaron sin pudor en la misma cama. ¿Asistimos o no a una gran farsa?
Y la segunda parte de la farsa es aun más vergonzosa. Se sabe que PAN, PRD, PT y Convergencia negocian una alianza de facto en el Estado de México, en donde el PAN colocaría un candidato títere, pero llamaría a votar por el del PRD, PT y Convergencia, que se llama Alejandro Encinas. ¿Así, o más escandalosa la farsa? Al tiempo.
EN EL CAMINO
Por cierto, para revivir al PRI en el Distrito Federal, en cualquier momento aparecerá como jefe del partido nada menos que Isidro Pastor, otro eficaz operador, enviado del Estado de México.
Luis Donaldo Colosio Riojas
“No seré político”, sostiene Luis Donaldo Colosio Riojas
El hijo del ex candidato presidencial del PRI abdica de la herencia de su apellido, pues considera que la política tiene un ambiente sucio
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“Soy distinto a mi papá”: Luis Donaldo Colosio Riojas
CIUDAD DE MÉXICO, 29 de marzo.- Luis Donaldo Colosio Riojas es un abogado de 25 años que quiere abrirse camino en la vida, independientemente de la figura de su padre: Luis Donaldo Colosio Murrieta. Y de la política partidista, ni hablar.
“Tengo toda la intención de hacerme de mi propia reputación, mis propios méritos y mis propios logros. Quiero que el día de mañana mis hijos digan que tuvieron un excelente abuelo, pero que también están orgullosos de su padre”, dice.
Luis Donaldo no comulga del todo con el ideario político de su padre, un día candidato presidencial del PRI, asesinado hace 17 años en Lomas Taurinas, a quien hoy todavía hay quienes se lo pelean y explotan como patrimonio personal.
“No comparto exactamente los mismos ideales políticos de mi papá, no, porque soy una persona completamente distinta. Sin embargo, esa manera de aferrarse a sus convicciones, eso sí lo heredé, eso sí se lo aprendí y de eso puedo sentirme muy orgulloso”.
En entrevista con Excélsior, el egresado del Tec de Monterrey, que no esconde su sentido del humor ni su afición de hueso colorado a los Rayados de Monterrey, tiene un discurso más apegado a las organizaciones de la sociedad civil que a los líderes partidistas, y por eso afirmó que no se va a dedicar a la política.
“Mi vocación en sí no es la política; es un ambiente muy inestable, muy traicionero, un ambiente sucio muchísimas veces y muy limitado para la gente que quiere hacer las cosas bien”.
A través de sus ojos
Originario de Magdalena, Sonora —igual que su papá—, pero criado junto con su hermana Mariana en Monterrey por Elisa Riojas y Fernando Cantú, a quienes respeta y quiere como a sus padres, a Colosio Riojas le preocupa ver a la clase política del país generando mucha polémica y poca política, y que al mismo tiempo ve a la ciudadanía apática, con más ganas de apuntar el dedo que de levantar la mano.
Colosio Riojas, uno de los tres socios del bufete de abogados que montaron él, Agustín Basave Alanís —hijo de Agustín Basave Benítez, entrañable amigo de Colosio Murrieta— y Manuel Sánchez, cuenta que en Monterrey le ha tocado vivir de cerca algunos episodios de violencia que se viven en esa ciudad, y que incluso ya vio una ejecución en pleno día.
“Estamos en un momento mucho muy difícil. No es que México nunca haya tenido problemas y nunca haya tenido momentos difíciles. Ni mucho menos que no haya tenido momentos belicosos, sabemos que sí los hemos tenido. Sin embargo veo una desunión del pueblo que sí me preocupa bastante”, dice.
El hijo del ex candidato presidencial, quien reconoció que le gusta más que lo llamen Donaldo, como a su papá, en vez de Luis —“porque hay muchos Luises”—, comentó que uno de sus anhelos es que el país evolucione.
“La delincuencia organizada no es un problema en México, la ciudadanía desorganizada sí lo es, porque nosotros somos los que permitimos que nuestros problemas se originen y proliferen. Esos son focos rojos que nosotros mismos decidimos ignorar, omitimos su atención oportuna y eso obviamente estalla en lo que estamos viendo el día de hoy”, dice.
A pregunta expresa sobre cuál es la idea que tiene para que México pueda salir de la situación a la que se refiere, Colosio Riojas responde: “Lo más sencillo, yo creo, es mi punto de vista. No soy un estadista, un experto en el tema, soy un escuincle de 25 años pero tengo mi punto de vista: la participación ciudadana, la responsabilidad social, esa es la clave para salir adelante de cualquier adversidad, porque es muy fácil tener a una ciudadanía pasiva, sentada, únicamente exigiendo de su gobierno y esperando recibir, recibir y recibir.
“Eso —agregó— es muy fácil, pero no es factible, es muy poco probable que una actitud así, de parte de una ciudadanía, desemboque en una nación productiva, porque para bien o para mal, hablando de un gobierno, éste no hace milagros”.
Admirador de Gabriel García Márquez, melómano y asiduo twittero de un tiempo a la fecha, en esa red social abrió hace un mes una polémica al acusar a la Fundación Colosio, del PRI, de medrar con el nombre de su padre.
“Nosotros mismos estamos mal al pensar que la clase política, el gobierno, es una especie de monarquía, de intocables, de seres celestiales que controlan todo.
“En México tenemos un severo síndrome, un trastorno social que yo llamo el efecto Mesías, estamos todos, de alguna forma u otra, esperando a que llegue un redentor milagroso, que se siente en la silla del águila y cambie todo el país por completo, y por más romántico que suene eso, es completamente ridículo: ridículo esperar que una sola persona cambie a millones de mexicanos”, dijo.
Subrayó que este país no es del mandatario, “sino que nosotros, el pueblo, somos el mandante, somos los que deberíamos de cambiar nuestra actitud para que nuestro gobierno pueda funcionar. México necesita un cambio de actitud, pero no de sus gobernantes, sino de sus ciudadanos.
“México necesita urgentemente mexicanos comprometidos con su país, que digan yo no necesito ser presidente, diputado, no quiero ser regidor, es más, ni siquiera quiero ser líder de mi colonia o sindical; simplemente voy a ser un buen arquitecto, voy a educar bien a mis hijos, me voy a asegurar de que en mi entorno, en mi colonia, no hagan cosas que sé que están mal: ‘oye compadre, no te tires basura’, ‘no te pases el rojo…’
“En México la gente se pierde mucho en los detalles y éstos, de uno en uno, de manera individual, no constituyen mayor problema, por eso no siempre le ponemos la atención que deberíamos. Pero ya que se acumulan los detalles, logran una amalgama de problemas bastante grave que sí debemos ponerle atención; son esos pequeños detalles, creo yo, los que podrían llegar a cambiar radicalmente la estructura y el tejido social y moral de este país”, dijo.
En opinión de Colosio Riojas, que hace cuatro años participó sin suerte en el programa Latin American Idol, en México hace falta educación.
“Ya la necesitamos, pero una educación integral, de fondo, y no me refiero a conocimientos, a dato duro. En las escuelas hacen falta clases de civismo o de ética o de moralidad, no le enseñamos valores a nuestros hijos, y lo que es muchísimo más alarmante y que deberíamos detener inmediatamente, es que durante décadas, irresponsablemente, los padres de familia delegamos la obligación que nosotros tenemos de educar a nuestros hijos enteramente al maestro.
“El maestro no es el padre del niño y el maestro está, digamos, comisionado para enseñar cierta información a la juventud, ciertas herramientas, como matemáticas, historia, ciencias, pero todo lo que es la educación humana, que no es parte del programa de estudios de este país, al menos en la educación pública, es primordialmente una responsabilidad y una obligación de la familia. Y creo que más que desatender la educación pública de México, lentamente descuidamos la educación familiar del país, y creo que ése es el origen de los males que nos aquejan el día de hoy”, dijo.
Sin decir los nombres de los partidos políticos que lo han tratado de seducir para incorporarse a la vida política del país o simplemente para invitarlo a sumarse a proyectos, campañas o para hacer acto de presencia en algún mitin, Luis Donaldo reveló:
“En varias ocasiones no ha faltado quien me haya querido acercar a la política. Aunque les agradezco que hayan sido respetuosos, sí han tenido varios acercamientos, me han ofrecido integrarme a algunos eventos, a algunas instituciones, a algunos frentes juveniles de varios partidos. Y mi respuesta siempre ha sido la misma: que no es mi vocación, no me interesa y que estaría entorpeciendo a las instituciones que me invitan si no estoy plenamente convencido de que quiero formar parte de ese tipo de programas. Por eso mejor me dediqué a encontrar mi propia vocación, a desarrollarla y trabajar con base en ella, pero siempre he llevado una relación cordial con esa gente, que ha sido respetuosa, la mayoría, y la llevamos en paz”.
“México descuidó a sus jóvenes”
Sobre la situación que viven al menos siete millones de mexicanos que no estudian ni trabajan, muchos de ellos de la misma edad de Donaldo Colosio Riojas, este joven considera que la mayoría de la sociedad toma este fenómeno desde una perspectiva equivocada.
“Condenamos de antemano a estos millones de jóvenes, cuando quien los abandonó fue la propia sociedad, fuimos nosotros, porque para ellos no hubo oportunidades de desarrollo, oportunidades reales de educación, de empleo; todo esto le tocaba hacer a la ciudadanía, a los padres de familia, a México”, dijo.
Según el hijo del ex candidato presidencial, que sí tuvo oportunidades de estudiar y desarrollarse, fue México como sociedad la que no cuidó de esos niños en su momento y permitió que crecieran y se convirtieran en jóvenes sin rumbo.
“Una vez que logramos convertirlos en jóvenes sin rumbo, nuestra primera reacción fue condenarlos y decir que son unos flojos, desobligados, que son unos adictos, y así mucho menos los vamos a recuperar”.
Colosio se rodea de gente joven como sus socios en el bufete Basave-Colosio-Sánchez, con sede en Monterrey, quienes tienen 27 y 24 años, respectivamente, y prefirieron aventurarse a abrir su despacho en vez de litigar para una firma famosa. Observa que la sociedad está más preocupada por atacar los problemas antes que prevenirlos.
“Veo a una sociedad que se preocupa por el combate frontal a la delincuencia, a las adicciones y todo lo que es crimen y todo lo que es una corriente negativa en el país. Pero a mí me preocupa vivir en una sociedad que se preocupa más por el ataque frontal a esos problemas que a su justa y pronta prevención.
“El país —agregó Colosio Riojas— le invierte más al combate a la delincuencia organizada, que al combate a las adicciones. No es física nuclear, no es algo difícil, porque siempre va a ser mucho más fácil prevenir un incendio que apagarlo, porque de antemano sabes cuáles son tus focos de riesgo, ya sabes qué es lo que está desatendido, pero en cambio esperas a que estalle el problema, y cuando el problema ya no tiene el remedio fácil que antes tuvo, todo se complica, como está sucediendo ahora mismo”.
En la situación que plantea el abogado de 25 años el país empieza a utilizar todos tus recursos, pero el problema se va a salir de control, “porque mientras combates estos problemas que ya estallaron acá, hay otros nuevos que se están fraguando, por ejemplo, nuestros futuros niños. Por eso insisto en que la educación en México no se lleva de manera responsable”.
Tres momentos
Luis Donaldo Colosio Riojas tenía ocho años cuando su padre, entonces candidato presidencial, fue asesinado en Lomas Taurinas, colonia popular de Tijuana, Baja California. A los pocos meses murió su madre, Diana Laura Riojas, víctima de cáncer. Apenas un niño, él y su hermana fueron a vivir con sus abuelos, en Monterrey, donde ha transcurrido la vida de este joven que ha dado la espalda a la política, a pesar de las constantes ofertas. Hoy es un joven de 25 años, casado, que ha reclamado al partido de su padre, el PRI, que medre con el nombre del político sonorense. Por ahora, su carrera se concentra en un despacho de abogados que comparte con dos amigos.
De sangre tricolor
A diferencia de su hijo, Luis Donaldo Colosio Murrieta se inclinó por la política desde muy joven.
Su militancia en el PRI comenzó en 1968, apenas un año después de haber ingresado al ITESM, donde estudió economía.
Luego de estancias académicas en el extranjero, Colosio Murrieta se hizo diputado en 1985 y senador en 1988. De ese año y hasta 1992 fue el presidente de su partido y su candidato presidencial en 1993.
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