23 abril, 2011

ENTREVISTA: JOSÉ MUJICA - PRESIDENTE DE URUGUAY

"Yo no miro atrás, pero no puedo imponer a los ciudadanos mi manera de ser"

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ

El presidente de Uruguay, José, Pepe, Mujica (76 años), recibe a EL PAÍS en uno de los momentos más delicados de sus 13 meses de mandato. El Senado, gracias al voto de su grupo, el Frente Amplio, va a dejar sin efecto la Ley de Caducidad, vigente desde 1986, que ha permitido hasta el momento no juzgar a los militares acusados de cometer atroces delitos durante la dictadura de 1973 a 1985. Es conocido que Mujica, ex dirigente tupamaro, que fue brutalmente torturado y que pasó casi 15 años preso, no ha querido impulsar personalmente esa iniciativa y que intenta mantener su presidencia al margen de la polémica.

    Uruguay

"Le pedimos al partido que no implicara al Gobierno en su idea de derogar la amnistía a los militares"

"Tenemos un concepto socialista. Pero no es posible construir el socialismo con sociedades de semianalfabetos"

No es el único exguerrillero que no quería que se derogara la ley de amnistía. Otro dirigente histórico, el senador Eleuterio Fernández Huidobro, votó, por disciplina partidaria, con su grupo y a favor de reabrir los procesos, pero inmediatamente dimitió. Al acabar esta entrevista, el presidente Mujica fue a visitar a su viejo amigo para darle un fuerte abrazo en público.

Al día siguiente, temprano por la mañana, en la pequeña chacra en la que el presidente vive con su esposa desde hace más de 20 años, en condiciones realmente muy modestas (unos 45 metros cuadrados construidos), nos explica su gesto: "Los partidos son importantes, con todos sus defectos; sin ellos no se puede avanzar. Por eso hay que defenderlos y votar con disciplina. Aunque luego, por coherencia personal, este viejo compañero prefiriera presentar su dimisión". A su lado, su compañera, la senadora y también exguerrillera, igualmente presa y torturada, Lucía Topolanski (67 años) asiente y arregla trabajosamente en la mesa de la cocina la ropa recién descolgada de la cuerda.

Pregunta. Uruguay ha venido soslayando el problema de si juzgar o no a los militares, al contrario de lo que decidió Argentina.

Respuesta. No creo que sea así. En Uruguay hubo dos plebiscitos sobre el tema. De hecho, no creo que ningún otro país se haya tomado tanto trabajo para resolver esa cuestión. Lo que sucede es que, en los dos plebiscitos, el voto fue contrario a la derogación de la Ley de Caducidad. Lo cual no es equivalente a que la gente haya avalado lo que ocurrió en la dictadura. En el primer plebiscito (1989), la herida estaba demasiado fresca, había temor y racionalmente mucha gente prefirió intentar mirar hacia delante. En el segundo plebiscito (2010) había pasado mucho tiempo y había muchísima gente joven para la que este no era un tema central. Insisto en que eso no quiere decir que se avalaran las decisiones de la dictadura ni nada por el estilo. Eso sería injusto con la sensibilidad de mi pueblo. Pero creo que una parte de la ciudadanía estaba harta de la discusión.

P. ¿Qué ha pasado ahora para que su partido vote en contra de lo decidido en los dos referendos?

R. Hay una parte del pueblo que sufrió más, y sobre todo están sus familiares, que no encuentran consuelo con algunas cosas que pasaron en Uruguay y que no se han ventilado desde el punto de vista jurídico. Uruguay no se diferencia en eso de cualquier otro país. Me he enterado de que en España andan removiendo cementerios. Hay heridas viejas que desgraciadamente permanecen en alguna gente que integra nuestras sociedades. No les pasa a todos, pero hay gente que tiene ese reclamo.

P. Existe además una decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que falló en febrero que el Estado uruguayo debía modificar esa ley, en una demanda relacionada con el caso Gelman, la nieta del poeta, desaparecida en 1976 y recuperada en 2000.

R. En efecto, estamos condenados desde el punto de vista internacional por mantener esa ley. No es un problema sencillo. Hay caras valiosas desde los dos puntos de vista. Es un dilema entre las decisiones que tomó nuestro pueblo y la decisión del Parlamento, que aparece como enmendando el resultado de los plebiscitos. ¿Por qué lo hace? A una parte del Parlamento le parece que lo tiene que hacer.

P. Parece que usted, como presidente, quiere mantenerse al margen de este tema.

R. El Ejecutivo rehuyó meterse en esta discusión, porque somos presidentes de la nación. De los que nos votaron y de los que no nos votaron. Dijimos desde el primer momento que queríamos construir, en todo lo que se pudiera, unidad nacional. Tuvimos bastante éxito y la oposición está participando como hacía años que no lo hacía. En realidad, nos hace un favor, porque nadie nos va a controlar mejor que la oposición. En fin, esta discusión no le hace bien a la unidad nacional, y por eso le pedimos al partido que dejara deliberadamente fuera al Gobierno.

P. Pero es muy difícil que se mantenga al margen. Como presidente, tiene usted la facultad de vetar las leyes.

R. Sí. Es verdad que no logramos sacar al Gobierno del asunto. Nos dicen que por qué no vetamos. Nos presionan para vetar. Pero nosotros ya habíamos declarado, cuando asumimos, que éramos contrarios al ejercicio del veto presidencial.

P. Su antecesor, Tabaré Vázquez, vetó la ley que despenalizaba el aborto.

R. Sí, pero yo aclaré que no iba a aplicar el veto en mi mandato. Creo que el Parlamento tiene una enormidad de defectos, también una virtud trascendente. Es la cosa más representativa que tiene un país y por eso creo que el Ejecutivo no debe enmendarle la plana. Lo debe respetar, le guste o no.

P. Ha habido mucho nerviosismo entre los militares retirados que afirman que mantuvieron conversaciones con usted en los años noventa para dejar solucionado este asunto.

R. A lo largo de estos años hemos conversado muchas veces con los militares y tendremos que seguir conversando otras tantas. Yo le doy mucha importancia al factor militar. No son el motor de la historia, pero suelen ser la puerta que se abre y que se cierra. Una democracia republicana debe cultivar la fidelidad de sus fuerzas armadas. Nunca se va a tener la fidelidad de aquellos a los que uno desprecia. Esta es la paradoja. Esta herida que traemos del pasado hace que, subjetivamente, mucha gente de este país esté inculpando a los militares de hoy por los que lo eran ayer. Y esto es un error que cometemos para con el futuro.

P. Si todo hubiera dependido de una decisión estrictamente suya, ¿qué habría pasado?

R. Como persona, no soy adicto a vivir mirando para atrás, porque la vida siempre es porvenir y todos los días amanece. Pero esa es mi manera de ser. No se la puedo imponer a mis conciudadanos.

P. Hablemos de otro tema. ¿Cree usted que existe una izquierda latinoamericana democrática, que ha dado nuevas esperanzas a un importante sector de la población?

R. Parecería que la izquierda que queda en el mundo se refugia en América del Sur. Pero no. La izquierda es vieja como el hombre. También la derecha. El hombre tiene una cara conservadora y tiene una de cambio; es parte de la condición humana. El hombre va a vivir con esa contradicción. La cara conservadora, que tiene sus razones muy serias, porque no se puede vivir cambiando todos los días, cuando se hace crónica y cerrilmente cerrada, deja de ser conservadora y se hace reaccionaria. La cara de izquierda, cuando es tremendamente radical, se hace infantil. El partido lo resuelven quienes están en el centro, que son la mayoría.

P. Para arrastrar a ese centro, ¿ha tenido que atemperar sus propias ideas?

R. Hay que aprender del centro también. Cuando éramos jóvenes, lo veíamos lleno de pequeños burgueses. Cuando lo miramos ahora, con la perspectiva del tiempo, lo vemos como una expresión del amor a las cosas pequeñas de la vida, que al final son muy importantes. Precisamos ese centro. Si vamos tan apurados que lo perdemos, quedamos solos.

P. ¿El primero que vio claro eso fue Lula?

R. Sí. Es probable que, de la gente moderna, haya sido Lula el primero. A Lula lo criticaron mucho desde la izquierda por ser demasiado conservador. Sin embargo, logró imprimirle a Brasil cambios muy importantes. También ha dejado una serie de interrogantes. De caminar uno por la izquierda, se aprende una lección: con la gente no se hace lo que uno quiere. A la gente hay que tratar de ayudarla y, hasta donde se pueda, conducir los fenómenos que ayudan hacia el porvenir. Pero nunca hay que creer que vamos a construir a la gente como se nos antoja a nosotros.

P. ¿Siente usted que le critican por demasiado moderado, como a Lula?

R. Sí, eso va a estar ahí, inevitablemente. Lo que sucede es que nosotros queremos repartir mucho, por eso vamos despacio. A nosotros, filosóficamente, no nos gusta el capitalismo, ni por asomo. Desde ese punto de vista, tenemos una concepción socialista del hombre. Pero pienso que no es posible construir el socialismo con sociedades de semianalfabetos. El capitalismo tiene que cumplir un ciclo importante, multiplicar los medios, multiplicar el conocimiento y la cultura y va a terminar siendo sepulturero de sí mismo, porque también nos va a hartar con sus despropósitos y con la cantidad de injusticias que comete.

P. Por eso aconseja usted ir despacio.

R. Estoy apurado por tener buenas universidades, sueño con multiplicar la riqueza, lo que no es equivalente a multiplicar la igualdad. Va a seguir habiendo injusticia, porque el capitalismo no es justo, es explotador y crea diferencia, pero tiene una energía formidable. Hay dos fuerzas que están en la cabeza humana, el egoísmo y la solidaridad. La afirmación del individuo y la afirmación de lo colectivo. Solamente la cultura puede hacer primar la solidaridad. Pero nos falta, está verde, y corremos riesgo de caernos en un pozo.

P. ¿Y mientras tanto?

R. Los hechos demostraron que es posible instrumentar cambios que podrán considerarse relativos, pero que son cambios a favor de lo que siempre considerábamos, desde el punto de vista de la izquierda, que era una deuda. Nosotros no hemos hecho ningún Gobierno revolucionario en estos años. Sí hemos disminuido muchísimo la pobreza y la indigencia, hemos mejorado considerablemente el acceso a la salud pública, el aporte a la enseñanza, hemos gastado mucha plata en cuestiones sociales.

P. ¿Esos avances son solo posibles con Gobiernos de izquierda?

R. En última instancia, y aunque resulte esquemático, los Gobiernos progresistas de izquierda tienden a favorecer a los sectores más amplios y de menos recursos. Pueden tener muchos defectos, pero tienden a repartir. Los Gobiernos conservadores tienden a concentrar más. Esa es la diferencia. Es posible que a Lula le hagan muchas críticas, pero lo cierto es que 40 o 50 millones de brasileros dejaron de ser pobres crónicos y hoy componen eso que podemos llamar "pequeña clase media". Para el que come todos los días le podrá parecer demasiado poco, pero para el que ha pasado hambre es bastante.

P. ¿Cree usted que en su periodo de 13 meses en la presidencia se ha acelerado ese reparto?

R. Nosotros le dimos continuidad a ciertas políticas que venían del Gobierno anterior, que era del mismo signo, y hemos tenido algunos resultados. Por ejemplo, la mortalidad infantil bajó dos puntos; la desocupación en el Uruguay, que era un flagelo, esta ahora en un 5,5% o un 6%. Hemos disminuido notablemente la cantidad de indigentes, nos quedan 35.000 y los vamos a ubicar, uno por uno. Hemos disminuido bastante la pobreza. ¿Es suficiente? No, no es suficiente; por ejemplo, tenemos problemas de seguridad más graves que antes.

P. ¿Por qué ha aumentado tanto la delincuencia juvenil?

R. Estamos pagando la consecuencia de cosas que pasaron en el año 2000. Una gravísima crisis que afectó al tejido social de nuestra sociedad. Estamos cosechando el fruto amargo de aquellos años de crisis y tenemos que remontar esta situación. El problema juvenil es para nosotros una de las prioridades más importantes. Una franja de chicos que no se ven motivados para trabajar ni estudiar.

P. ¿Eso cómo se arregla?

R. Tenemos que dar respuestas sociales, no las hemos encontrado y, como todo el mundo, le estamos achacando falencias a la enseñanza. Va a tener que haber grandes cambios. Se me ocurre que la enseñanza en el futuro va a tener que ser muy distinta. Tenemos que enseñarles a los muchachos a levantarse cuando fracasan. El conocimiento esta allí, lo van a encontrar si lo buscan, pero necesitan las cuestiones básicas para la vida, a las que les damos muy poco tiempo.

P. En su país hay una polémica muy fuerte a propósito de la posibilidad de bajar la edad de imputabilidad.

R. No arregla nada porque no conozco ningún delincuente, sobre todo joven, que cuando va a delinquir piense en lo que le puede pasar. En general pertenecen a familias fracasadas. Que hagan lo que quieran, que bajen la edad, que la suban, el problema está en otro lado.

P. Volviendo a América Latina, ¿cuáles son los mayores interrogantes en este momento?

R. Creo que Brasil tiene una enorme responsabilidad respecto al futuro de América Latina. Puede acometer dos caminos: tratar de colonizarnos, aunque sería un error, porque ya no es la época de Inglaterra, o tratar de asociarnos y juntarnos. ¿Qué hacemos los latinoamericanos divididos en un montón de repúblicas? La sintonía de Brasil con la Argentina es clave para que este fenómeno pueda cristalizar. No es fácil y podemos fracasar, porque siempre están los intereses cortitos y el patriotismo. Nosotros, los uruguayos, somos muy claros en este discurso, levantamos esta bandera de unión y asociación.

P. ¿Qué le parece Ollanta Humala y su posible victoria en Perú?

R. Es un país muy importante, grande y con muchas reservas. No conozco a Ollanta Humala en profundidad, pero creo que debe de haber aprendido mucho en estos años, porque los hombres aprendemos mucho más de las derrotas que de los triunfos.

P. ¿Comparte la teoría de que existen dos polos en América Latina, uno que sería representado por Brasil y otro que representaría Venezuela?

R. No. Nosotros estamos luchando porque Venezuela entre en el Mercosur. La antinomia que puede haber con Hugo Chávez es de patas cortas porque se olvida de que los Gobiernos pasan y los pueblos quedan. Y Venezuela es un gran país, estratégico. Quiero ver qué hace Europa el día que Rusia vaya a golpear en la puerta y quiera entrar. -

Obama acusa a El Asad de recurrir a Irán

Obama acusa a El Asad de recurrir a Irán en la represión de las manifestaciones

EE UU condena la sangrienta represión del Gobierno de Siria contra las marchas de protesta

EL PAÍS |EFE - Madrid | Washington

El presidente de EE UU, Barack Obama, ha condenado el uso de la violencia por parte del Gobierno sirio contra los manifesantes, y ha acusado al presidente Bachar el Asad de buscar la ayuda de Irán para reprimir las protestas en su país. "El uso indignante de la violencia para reprimir las protestas tiene que cesar inmediatamente", ha afirmado la Casa Blanca en un comunicado en el tono más duro que ha empleado con Siria desde el inicio de las protestas. Siria vivió ayer la jornada más sangrienta desde el comienzo de las protestas. Amnistía Internacional ha denunciado la muerte de al menos 75 personas en las manifestaciones del Gran Viernes, cifra que otras fuentes elevan a 88 y la oposición a más de 100.

Obama considera que los pasos dados por el presidente sirio, Bachar el Asad, para derogar la ley de Emergencia -en vigor desde 1963 y es una de las principales exigencias de los grupos de oposición- y permitir las manifestaciones pacíficas, "no iban en serio" a la luz de la represión violenta de ayer.

Obama ha acusado a El Asad y a las demás autoridades sirias de "anteponer su interés personal al de los sirios, al recurrir a la fuerza y cometer violaciones de derechos humanos escandalosos, lo que se suma a las medidas de seguridad ya de por sí represivas en vigor antes de que comenzaran las protestas".

"En lugar de escuchar a su propio pueblo, el presidente Assad culpa al extranjero", ha añadido Obama, "mientras que al mismo tiempo busca la ayuda de Irán para reprimir a los ciudadanos sirios con las mismas tácticas brutales que han empleado sus aliados iraníes", ha señalado el presidente de EE UU. En este sentido, ha instado al líder sirio a "cambiar de curso ahora" y "hacer caso a los llamamientos de su propio pueblo".

El mandatario ha recordado que en los últimos dos meses, desde que comenzaron las protestas en Siria, Washington ha animado en repetidas ocasiones a El Asad y al Gobierno sirio a poner en marcha reformas serias, pero ellos "rechazan respetar los derechos de los sirios o responder a sus aspiraciones", lamentó.

"Nos oponemos enérgicamente al trato que da el Gobierno sirio a sus ciudadanos y seguiremos oponiéndonos más generalmente a su continuado comportamiento desestabilizador, lo que incluye el apoyo al terrorismo y a grupos terroristas", agregó el presidente. EE UU seguirá defendiendo la democracia y los derechos universales que todos los seres humanos se merecen, tanto en Siria como en todo el mundo, afirmó.

Las tropas de Gadafi dejan la rebelde Misrata

Las tropas de Gadafi dejan la rebelde Misrata en manos de las tribus

Rebeldes heridos en MIsrata son conducidos al hospital.| Reuters

Rebeldes heridos en MIsrata son conducidos al hospital.| Reuters

  • El Gobierno libio acusa a la OTAN de bombardear Trípoli esta madrugada
  • Mueren al menos 25 personas en los enfrentamientos

Reuters| Afp | Dpa | Trípoli

Las fuerzas leales al coronel Muamar Gadafi han abandonado la ciudad de Misrata, único enclave del oeste en manos de los rebeldes y víctima de un asedio medieval desde hace meses por parte de los gadafistas.

Horas antes, esta localidad vivió intensos combates entre las fuerzas de la rebelión y los leales a Gadafi. Al menos 25 personas fallecieron en estos enfrentamientos y más de 100 resultaron heridas, según explicó a la agencia France Presse un responsable del hospital de esta ciudad.

Tras la salida de las fuerzas del régimen, el viceministro de Asuntos Exteriores, Jaled Kaim, precisó que "la situación en Misrata será manejada por las tribus de la zona y la población en Misrata, ya sea con violencia o en negociaciones", en un mensaje difundido el viernes por la noche por la cadena árabe Al Yazira.

"La táctica del Ejército era tener una solución quirúrgica pero esta solución no funciona con los ataques aéreos" de la OTAN, aseguró Kaim.

Las tropas del Gobierno habían recibido un plazo para derrotar a los rebeldes. "Había un ultimátum: si no soluciona el problema en Misrata, las personas (de las poblaciones vecinas) de Zliten, Tarhuna, Bani Walid y Taworgha irán allí y hablarán con los rebeldes", dijo Kaim. "Si no da resultado, entonces combatirán".

Por su parte, soldados libios capturados por los rebeldes dijeron este sábado que el Ejército recibió órdenes de retirarse de la asediada ciudad de Misrata, en un posible giro en la revuelta de dos meses contra el líder Muammar Gaddafi.

El Gobierno libio dijo que los ataques aéreos de la OTAN podrían llevar al ejército de Gaddafi a dejar los combates en Misrata, la tercera ciudad del país, y dejar que tribus locales continúen la batalla.

"Nos dijeron que nos retiráramos. Nos dijeron que nos retiráramos ayer", dijo un soldado, Khaled Dorman. Otro soldado, consultado sobre si el Gobierno había perdido el control de Misrata, dijo: "Sí".

Ataque aéreo de al OTAN

Horas antes del anuncio de un cambio de estrategia en Misrata, bombas de la OTAN golperon lo que parecía ser un búnker cerca del complejo de Gaddafi en el centro de Trípoli. El Gobierno dijo que el objetivo fue un aparcamiento y que tres personas murieron en el ataque.

Tres personas murieron el sábado cuando un ataque aéreo de la OTAN alcanzó un estacionamiento cerca del cuartel del líder libio Muammar Gadafi en el centro de Trípoli, según un portavoz del Gobierno.

Mussa Ibrahim ha explicado a los periodistas que al parecer hubo "una explosión muy fuerte" en la madrugada del sábado.

Corresponsales de Reuters en Trípoli no han escuchado ninguna explosión fuerte, pero sí dicen haber oído aviones sobrevolando la ciudad.

Las naciones occidentales han prometido no detener los bombardeos hasta que Gaddafi abandone el poder, pero la campaña aérea de más de un mes no ha logrado inclinar la balanza a favor de los rebeldes.

El senador estadounidense John McCain se convirtió el viernes en el primer político occidental de alto perfil en visitar las zonas en control de los rebeldes. McCain expresó impaciencia por la cautela de Washington a la hora de usar su poder militar y dijo que Estados Unidos debería movilizar aviones de ataque terrestre y reconocer al Gobierno rebelde.

Fuentes cercanas al presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijeron que planea visitar Bengasi posiblemente en las primeras dos semanas de mayo y que quiere que el primer ministro británico David Cameron lo acompañe.

Misrata se ubica unos 200 kilómetros al este de la capital Trípoli y es el principal enclave rebelde en el oeste de Libia. La tercera mayor ciudad del país es sitiada desde hace ocho semanas por las tropas de Gadafi.

Siria abre fuego contra disidentes en los funerales

Siria abre fuego contra disidentes en los funerales tras la masacre del viernes

Un manifestante muestra su mano ensangrentada en un funeral en Izraa. | AP MÁS FOTOS

Un manifestante muestra su mano ensangrentada en un funeral en Izraa. | AP MÁS FOTOS

Un manifestante muestra su mano ensangrentada en un funeral en Izraa. | AP
  • Al menos 13 personas mueren en los funerales por disparos de francotiradores y fuerzas de seguridad
  • Según un grupo opositor, la cifra de víctimas de ayer llega a los 112
  • Decenas de miles de sirios exigen en la calle el "derrocamiento del régimen"
  • Dos diputados elegidos por Deraa y el muftí de la región dimiten como protesta por la violencia

Sal Emergui | Jerusalén

El régimen sirio no da tregua a los opositores. El presidente Bashar Asad promete un camino hacia la apertura y la democracia pero mientras tanto ordena a sus soldados, policías y pistoleros camuflados de civil abortar cualquier manifestación de protesta. Disparando o arrestando, ya que según fuentes de la oposición en las últimas horas hay importantes redadas en todo el país. El funeral es también escenario de la violencia y blanco de los francotiradores. Se entierra, se protesta y se muere. Así es la Siria de finales de abril.

Pese a que el viernes, con más de 100 muertos, fue la jornada más grave de esta ola de protestas contra la dictadura siria, decenas de miles de ciudadanos no se han amedrentado y han asistido a los tensos funerales por las muertos del viernes. Funerales numerosos ya que, según varias fuentes, las bajas superaron ampliamente el centenar. El régimen alega que son "escenas prefabricadas" pero la Red enseña imágenes dramáticas de disparos y mucha sangre.

Según AFP, al menos 13 civiles han fallecido este sábado en los funerales de los manifestantes víctimas de los disparos de francotiradores o las fuerzas de seguridad de Basad. Solo en Duma, un suburbio de Damasco, han muerto al menos cinco asistentes y en la región de Deraa otros cinco. En el barrio de Barzeh (en Damasco) han muerto otros tres.

Según el grupo opositor Revolución Siria, muy activo en las redes sociales, la cifra de víctimas por disparos de agentes y sicarios del régimen ayer llega ya a los 112. "La mayoría de los nombres han sido confirmados", dicen en su página de Facebook. Otras fuentes hablan de 88 muertos.

Vídeo de Revolución Siria en YouTube

Manifestaciones en los entierros

Hoy, como ha sucedido en las últimas semanas, los múltiples entierros se están convirtiendo en manifestaciones y enfrentamientos. Decenas de miles de sirios exigen a viva voz el "derrocamiento del régimen", según testigos citados por Reuters.

Algunos de estos funerales se celebran en Damasco y en al menos uno de sus suburbios, así como en el municipio meridional de Izra, en donde la masa coreaba "Bashar Asad, traidor. Larga vida a Siria, abajo Bashar".

Según activistas de la oposición, algunas áreas de la capital estaban cercadas por soldados y policías esta mañana. Además, denuncian que en Homs las autoridades rechazan entregar los cadáveres a sus familias hasta que éstas digan a la televisión que sus hijos fueron víctimas de grupos de salafistas.

Dimisiones

En señal de protesta por la represión, el diputado sirio Naser al Jariri ha anunciado su dimisión. "No tiene sentido servir al pueblo en el Parlamento si no puedo hacer nada para defenderlo ante los actos de traicion de las fuerzas de seguridad", ha declarado a la cadena árabe Al Arabiya.

Además, un segundo diputado, Jalil Rifaei -que como Jariri es representante de la castigada región de Deraa, donde nació el movimiento de protesta- también ha dimitido por idénticas razones, según Al Yazira.

También el muftí (clérigo musulmán) de Deraa, nombrado por el gobierno, ha presentado su dimisión este sábado. "Habiendo sido designado para dar fatwas [edictos religiosos], presento mi dimisión como resultado de la caída de víctimas y mártires por el fuego de la policía", aseguró Rezq Abdulrahman Abazeid a Al Yazira.

Encrucijada de Bashar Asad

Tras la sangrienta represión de este viernes, las palabras de reforma del presidente sirio Bashar Asad están claramente en entredicho tanto fuera como dentro del país. Su receta del palo (disparos y detenciones) y zanahoria (fin del Estado de Emergencia) ante las revueltas iniciadas a mediados de marzo contra la dictadura se basa ya sólo en el primer ingrediente.

Asad no tiene tiempo para sacarse de la chistera nuevas reformas que calmen las protestas ni tampoco para contestar las acusaciones del presidente estadounidense Barack Obama sobre la ayuda iraní en la violenta represión. El presidente sirio se prepara ante un sábado caliente que provocará más muertos, más funerales y más protestas.

Mientras, sigue la contundencia en las calles y censura en los medios de comunicación. En la agencia estatal SANA, no hay rastro del más de centenar de muertos. Su versión de unos hechos -condenados por muchos países- habla de imágenes prefabricadas.

Según el medio oficial y portavoz del régimen, las fuerzas de seguridad han incautado "varios celulares de grupo criminal armado que contenían 'chips' no sirios" y cámaras digitales de alta tecnología. "Tenían salvado en su memoria digital varias piezas y escenas prefabricadas que demuestran actos de violencia y opresión a los manifestantes. También se incautaron palos, espadas y piezas metálicas que las utilizaban en las manifestaciones contra las fuerzas de seguridad", argumenta.

Por supuesto, SANA no recoge ni habla de la cifra de muertos dadas por la oposición y grupos de derechos humanos. Según el régimen, hay sólo una decena de muertos en una jornada en la que "las fuerzas de seguridad sólo utilizaron gases lacrimógenos y cañones de agua" para frenar las protestas. Siguiendo con su teoria, el sonido de disparos en las diferentes ciudades fueron prefabricadas o la respuesta natural a "ataques armados".

Por ejemplo, informa de la acción militar para repeler el ataque de un grupo armado en la localidad de Izraa. Situada cerca de la sureña Deraa, epicentro de la revuelta contra la dictadura, Izraa fue uno de los escenarios con más violencia en la jornada del viernes.

A medida que se multipliquen las manifestaciones, a Asad le quedarán ya sólo dos opciones para frenar las protestas: moverse políticamente con algún tipo de concesión que calme a los opositores (cosa improbable ya que exigen el fin del régimen) o seguir ordenando el disparo contra los manifestantes, cueste lo que cueste en vidas y aislamiento internacional.

El objetivo de Asad es evitar por todos los medios que la revuelta llegue de forma extensa a las dos principales ciudades, Damasco y Alepo. Si caen, el siguiente será Asad y su dinastía alauí. La mayoria sunita espera.

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