Sustituyen al secretario de Seguridad Pública de Tamaulipas tras el hallazgo de 145 cadáveres
El gobernador Egidio Torre Cantú aceptó la renuncia de Ubaldo Ayala Tinoco. En el cargo quedará el ex militar Rafael Lomelí Martínez
EFEEl secretario de Gobierno de Tamaulipas, Morelos Jaime Canseco Gómez, anunció que el gobernador del estado, Egidio Torre Cantú, aceptó la renuncia que le presentó el general días atrás y lo sustituyó por el exmilitar Rafael Lomelí Martínez.
La renuncia que el general Ubaldo Tinoco Ayala presentó el pasado 15 de abril fue la primera en el Gobierno que encabeza desde el 1 de enero pasado el gobernador Torre Cantú y se debió a supuestos incumplimientos en varias peticiones para mejorar la seguridad.
Sin embargo el secretario de Gobierno de Tamaulipas rechazó ese motivo y dijo que la salida de Ayala Tinoco tenía que ver "con la estrategia nacional de fortalecimiento de la seguridad pública en el estado".
"Tiene formación, disciplina, voluntad y capacidad para asumir el encargo", agregó el funcionario estatal.
En sus primeras declaraciones a la prensa Lomelí Martínez, el nuevo jefe de la policía, expresó públicamente su compromiso por tratar de pacificar uno de los estados que más casos de violencia ha registrado en los últimos meses.
Al cargo accede este excapitán de infantería del Ejército que ya había estado en Tamaulipas después de haber permanecido siete años en la Policía Federal Preventiva (PFP) mexicana.
"Déjenme organizar, ya saben yo fui coordinador estatal en Tamaulipas, vengo de la Policía Federal y con mucho gusto vengo a coadyuvar (...) para trabajar con todas las ganas", añadió.
Recordó también su experiencia como secretario particular del general retirado Rodolfo Cruz López, en la coordinación de Fuerzas Federales de Apoyo y de Seguridad Regional.
El último puesto público que ocupó el nuevo titular de la SSP de Tamaulipas fue el de director general de Seguridad en Caminos Federales, donde estuvo hasta febrero del 2010.
Lomelí Martínez accede al cargo en un momento en que el nordeste de México está sacudido por la violencia derivada de la rivalidad de dos organizaciones criminales, el cartel del Golfo y Los Zetas.
Esta tarde está previsto que sea presentado por parte de la Secretaría de Marina (Semar) públicamente en la capital mexicana Omar Martín Estrada Luna, alias "El Kilo", jefe local de Los Zetas en San Fernando y a quien se considera "presunto responsable intelectual y material" de más de doscientos asesinatos ocurridos en ese lugar.
De ellos, 72 son los que afectaron a migrantes hallados sin vida en agosto del año pasado, y 145, los que corresponden a individuos aún sin identificar encontrados en fosas localizadas en Tamaulipas.
Jimmy Carter: una visita agradable... y oportunidades perdidas
CUBA
Jimmy Carter: una visita agradable... y oportunidades perdidas
Por Frank Calzón
El ex presidente Jimmy Carter y su esposa Rosalynn disfrutaron de la hospitalidad de Fidel y Raúl Castro en La Habana y visitaron a Alan Gross, un americano condenado a quince años de cárcel por regalar a unos cubanos un ordenador portátil y un teléfono satelital. |
Los Carter también se reunieron con esposas y madres de prisioneros políticos, con disidentes y con Yoani Sánchez, la bloguera que es centro de atención internacional desde hace meses. No se sabe de qué habló el ex presidente con los disidentes y con Yoani Sánchez; habría estado bien que ésta le hubiera dicho lo que de hecho ya ha escrito:
Fidel habla mucho de los programas sociales de la revolución, del alpiste, pero de la jaula, ni una palabra.
Lo que sí sabemos es que muchas voces han expresado su indignación por que el expresidente pusiera el énfasis sobre la necesidad de levantar el embargo comercial estadounidense y, en cambio, no hiciera sino "débiles esfuerzos" por llevar de vuelta a casa a Gross, quien, según ha informado el propio Carter, ha perdido 40 kilos en los 15 meses que lleva preso en Cuba.
También sabemos que en la isla se discute sobre quién ha conseguido menos con su actitud comprensiva hacia el régimen: Carter o Rodríguez Zapatero. Pocos gobiernos se han empeñado tanto como el español en suavizar la política de la Unión Europea hacia Cuba. El resultado es que mientras las empresas norteamericanas que venden sus productos a la isla cobran al contado, gracias a las condiciones del embargo, las europeas, entre ellas muchas españolas, lo siguen haciendo a crédito, por lo que muchas veces se quedan sin cobrar. Entre tanto, el centro cultural español inaugurado en La Habana hace años, durante la visita del rey Juan Carlos, continúa clausurado por orden del gobierno cubano.
No obstante, hay ciertas cosas que reconocer. Mientras el mundo observa ensimismado los levantamientos en el mundo árabe y la tragedia japonesa, el viaje de los Carter sirvió para recordar a la opinión pública internacional no solo la política de Washington hacia La Habana, también los 52 años de dictadura castrista, los prisioneros políticos que malviven en las cárceles de la isla y la valentía de los cubanos que continúan enfrentándose al acoso, las agresiones y las penas de cárcel por atreverse a desear el fin de la dictadura, la última del hemisferio occidental.
Es indudable, por otro lado, que hay algo de verdad en la idea de que el expresidente Carter cree que hay dictaduras de dos tipos, según la exembajadora norteamericana ante las Naciones Unidas Jeane Kirkpatrick, una voz muy crítica con la Administración del demócrata.
En agosto de 2010, el expresidente fue invitado a Corea del Norte por el tirano Kim Jong Il. Carter consiguió entonces la excarcelación de Aijalon Gomes, un estadounidense que había sido condenado a ocho años de reclusión por entrar ilegalmente en el país. Gomes pasó un total de cuatro meses en prisión, y Carter, que en tiempos enseñó el catecismo en su iglesia, seguramente conoce la frase del Antiguo Testamento que dice: "Quien salva una vida, salva el mundo".
En cambio, en Cuba Carter trató repetidamente de reducir las expectativas de que Gross, un subcontratista del programa Usaid de ayuda a la democratización, fuera liberado durante su estancia en la isla.
Aijalon Gomes, cuya vida en un centro penitenciario norcoreano no fue lo que se dice placentera, había entrado en el país asiático ilegalmente. Gross, en cambio, llegó a Cuba de forma legal, y el draconiano castigo que se le impuso no tiene parangón en país alguno del mundo occidental. Al reducir las expectativas, Carter dio fin a cualquier presión sustancial sobre las autoridades cubanas para que liberasen a su compatriota.
Las peticiones a los Castro para que liberen presos políticos no son nada nuevo. Hay un viejo chiste en La Habana que dice que los líderes internacionales que visitan Francia reciben una obra de arte y una botella de vino, mientras que los que visitan Inglaterra se llevan un precioso libro firmado por la reina y los que van a Cuba se llevan un prisionero de Castro.
El reverendo Jessie Jackson fue a Cuba y consiguió llevarse una veintena de prisioneros políticos con muchos años de cárcel a cuestas. En respuesta a los ruegos del presidente francés François Mitterrand, La Habana liberó a Armando Valladares, que había pasado 22 años en prisión. Cuando el senador Edward Kennedy se lo pidió a Castro, éste permitió emigrar al poeta Heberto Padilla...
La verdad incuestionable es que los Carter tenían en el bolsillo la llave que podía haber abierto la celda donde sufre todavía Alan Gross. Ni Kennedy, ni Mitterrand ni Jackson eran más importantes para el régimen castrista que la campaña de Carter para acabar con el embargo estadounidense.
República sin republicanos
ESPAÑA
República sin republicanos
Por Fernando Díaz Villanueva
Han pasado 80 años desde la proclamación de la Segunda República. Los que nacieron entonces son ya, si es que han sobrevivido hasta el momento presente, venerables ancianos cuyos primeros recuerdos pertenecen más al primer franquismo que al breve paréntesis republicano. Por lo demás, apenas queda memoria viva de aquellos años cruciales, que partieron nuestra historia contemporánea en dos. |
Ochenta años es mucho tiempo. Es, nada menos, la vida de un hombre que ha vivido mucho. En 1931 se celebró el octogésimo aniversario del ferrocarril Madrid-Aranjuez, inaugurado en pleno reinado de Isabel II. Para entonces nadie hablaba de ésta: la Chata pertenecía a una época lejana que nadie recordaba y que en poco o en nada influía sobre el presente.
Y aquí viene lo curioso: 80 años después de su proclamación, la República sigue estando en boca de todos, especialmente de los políticos y la intelectualidad de izquierda, que la reclaman como patrimonio propio: la tienen por un proyecto abortado antes de que pudiese fructificar por culpa de un malvado espadón –Francisco Franco– que cortó de cuajo las esperanzas de la nación entera.
Así de simple es la versión oficial y la que, dicho sea de paso, se inocula por vía intravenosa a los estudiantes de secundaria desde hace, por lo menos, tres décadas. La realidad, sin embargo, es algo más compleja y no tan heroica para las quejumbrosas huestes de la izquierda eterna. La República fracasó por otras causas bien distintas y Franco, en todo caso, lo único que hizo fue echar la firma sobre el certificado de defunción.
Probablemente lo hizo con genuina convicción, y de haber podido hubiera sido él mismo el encargado de rematarla. Pero no, Franco no acabó con la República. Cuando el general apareció en escena, el régimen ya estaba muerto. De la República quedaba un cadáver medio descompuesto que la izquierda paseaba ataviado, eso sí, con estola, túnica y gorrito frigio. Es difícil precisar la causa de la muerte, básicamente porque no se debió sólo a una enfermedad, sino a muchas que fue contrayendo desde el mismo momento de su nacimiento.
La misma concepción fue dolorosa. La Segunda República llegó de rebote, más por incomparecencia del contrario que por iniciativa propia. Aquello de que España se acostó monárquica y se levantó republicana no es cierto del todo. El país se acostó de mala gana monárquico y un pequeño grupo de intelectuales del Ateneo lo despertó a gritos republicanos a la mañana siguiente. En las elecciones municipales de abril de 1931 no ganaron los partidos republicanos, sino los monárquicos, aunque los primeros lo hicieron en las principales ciudades. El rey se sintió desautorizado por las urnas y se marchó casi por el mismo camino por el que había llegado su padre 57 años antes.
A partir de ahí todo fue una cadena de despropósitos, algunos voluntarios y otros accidentales. Los republicanos creyeron –y así se lo transmitieron a la gente– que con cambiar de forma de Estado bastaba, que eso solucionaría todos los problemas que arrastraba el país. Evidentemente, no fue así. A los Gobiernos de la República les tocó lidiar con una formidable depresión económica de alcance mundial. Las esperanzas que muchos depositaron en el nuevo régimen pronto se vieron defraudadas por la realidad y los innecesarios excesos de la casta gobernante.
Así sucedió, por ejemplo, entre 1931 y 1933. El país fue a menos y el Gobierno, creyendo que con la Ley en la mano podía arreglarlo todo, declaró la guerra a la Iglesia y a todo el que se opusiese a la República. Lo primero desató una ola de anticlericalismo –tolerado, cuando no promovido, por el propio Gobierno– que apartó para siempre a media España de la causa republicana. Lo segundo se tradujo en una Constitución revanchista y en una Ley para la Defensa de la República que castigaba severamente a los que osasen disentir con un régimen que presumía de liberal y liberador.
El resultado fue una radicalización progresiva en ambos extremos del espectro político, aunque más acentuada en la izquierda. A partir de 1933 los socialistas, que debieran haber sido uno de los soportes de la legalidad republicana, apostaron por bolchevizarse y apelar a la revolución en mítines, artículos y editoriales de prensa incendiarios. Al año siguiente el PSOE patrocinó un golpe de estado contra el Gobierno centro-derechista que fracasó estrepitosamente, pero que supo utilizar después como arma propagandística.
Las fraudulentas elecciones del 36 dieron la puntilla a todo el invento. La izquierda, ya completamente echada al monte, se apoderó del Congreso por las bravas e impuso su ley en la calle. No es casual que la mecha que encendió el levantamiento militar fuese el asesinato de José Calvo Sotelo, líder de la derechista Renovación Española, por parte del guardaespaldas de Indalecio Prieto, diputado del PSOE y ex ministro de Obras Públicas. Este episodio, ápice de una epidemia de pistolerismo político que azotaba las ciudades españolas, supuso el verdadero punto de no retorno.
La derecha, por su parte, se replegó en sí misma y empezó a acariciar la idea de un cuartelazo redentor que pusiese orden, a imagen y semejanza de los del siglo XIX. El primero, el de Sanjurjo en 1932, fue un fiasco; el segundo, el de los generales capitaneados por Mola en el 36, desembocó en una guerra civil en la que no se dirimía ya la cuestión republicana, sino dos visiones contrapuestas del mundo que chocaron violentamente.
Pero, por encima de todo lo anterior, lo que acabó con la Segunda República fue la falta de republicanos. Como en Weimar, nadie creía en aquel régimen. La derecha porque seguía siendo monárquica y la izquierda porque pronto devino revolucionaria. Ningún sistema político puede funcionar si sus garantes lo consideran ilegítimo. Quizá llegó demasiado pronto, o demasiado tarde; lo que es seguro es que la España de 1931 no deseaba una República como la que se proclamó aquel 14 de abril. Por eso fracasó.
Perú: tremenda encrucijada
HUMALA-FUJIMORI
Perú: tremenda encrucijada
Por Martín Higueras Hare
Después de una década llena de satisfacciones macroeconómicas, el Perú ha votado mayoritariamente, en la primera vuelta de las presidenciales, al nacionalista Ollanta Humala, enemigo jurado de las políticas que han hecho posible el milagro peruano. |
Es éste un resultado que ha sorprendido a algunos en el extranjero. Desde las elecciones de 2006 y hasta hace sólo algunos meses, Ollanta Humala parecía un cadáver político. Sin embargo, poco a poco fue subiendo en las encuestas gracias a una impecable campaña que hizo a muchos olvidarse de su radicalismo y de quien parece seguir siendo su gran valedor y soporte: Hugo Chávez.
A lo largo de esos meses, Humala se quitó su típica camiseta roja con la inscripción "Amor por el Perú" para enfundarse impecables trajes y camisas que le daban cierto aire moderado. Además, su discurso era reposado, en los antípodas de la verborrea radical que gastó en los comicios de 2006. Obviamente, su intención no era otra que captar el voto de los indecisos que pudieran ver en él una alternativa.
Ahora más que nunca tenemos en mente lo que en su momento vaticinó Mario Vargas Llosa: se trata de elegir entre el cáncer o el sida. Y es que el rival de Humala en la segunda vuelta será Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori, hoy sentenciado a 25 años de cárcel por secuestro y crímenes de lesa humanidad.
Durante toda su campaña, KF intentó desmarcarse de lo negativo del gobierno de su padre, así como del que fuera su asesor y jefe del servicio de inteligencia, Vladimiro Montesinos. Pero no siempre le fue posible, siquiera sea porque los fujimoristas, o buena parte de ellos, la apoyan justamente por su apellido.
¿Cuál es el escenario político que se abre ahora?
Los rumores y las especulaciones son, claro, inevitables. Humala ya sabe lo que es perder una segunda vuelta: en 2006, perdió la presidencia a manos de Alan García. Es justamente por eso que sus principales asesores le recomendaron cambiar de discurso y mostrarse más moderado, algo que sin duda debe de haberle reportado votos.
Hace cinco años, la sombra de Chávez planeaba sobre Humala; esta vez, la impronta del venezolano no ha sido tan nítida: sólo una vez se refirió a su discípulo peruano; fue en Uruguay, y al atacar a quienes criticaban su candidatura le calificó de "buen soldado".
Esta vez, Gana Perú –el nuevo nombre que ha colocado Humala al Partido Nacionalista Peruano– cuenta con asesores cercanos a Lula da Silva, lo que representa un claro intento de alinearse, al menos de cara a la clientela, más con el ex presidente brasileño que con el teniente coronel venezolano; alineación que, dicho sea, casi nadie se cree. Humala podría hacer lo que el primer Chávez: jugar abiertamente la carta del engaño.
En cuanto a Keiko, tiene como enorme hándicap la gran cantidad de antifujimoristas que hay en el país. Hablo de gente que aún recuerda el gobierno de su padre como una etapa de corrupción y violaciones a los derechos humanos. Este obstáculo le será muy difícil derribarlo. Ahora bien, cuenta con la ventaja de que buena parte del electorado de Pedro Pablo Kuczynski, que se ha quedado fuera de la segunda vuelta por apenas un 1% de votos, se decantará, con toda seguridad, por ella. Pero, ojo, no todos lo harán, porque el electorado de Kuczynski es muy heterogéneo: comprende tanto a izquierdistas simpatizantes de Yehude Simon como a los seguidores de la derechista Lourdes Flores y el pastor evangélico Humberto Lay.
Son legión los que no quisieran por nada del mundo votar a ninguno de los dos aspirantes y anhelan que alguien les guíe. Y es aquí donde el expresidente Alejandro Toledo, para muchos el gran derrotado de la primera vuelta, podría convertirse en factor determinante de la segunda.
Desde que se conocieron los resultados, algunos analistas han apuntado que Humala podría volcarse en conseguir el apoyo de Toledo para así poder ganar a Fujimori. El nacionalista ya dijo tras conocer los resultados que está dispuesto a hacer "muchas concesiones". ¿Mensaje directo a Alejandro Toledo? Habrá que estar atentos.
Se abre ahora una etapa de duras negociaciones. Para buena parte de los políticos y los ciudadanos, lo más importante es mantener los niveles de crecimiento que hacen del Perú la envidia de la región. Sin embargo, parece obvio –vistos los resultados del domingo– que esto no es suficiente para buena parte de la sociedad, aquella que sigue viendo a sus hijos morir como consecuencia del frío, la mala alimentación o enfermedades perfectamente manejables. Una auténtica vergüenza para cualquier país. Sea quien sea el vencedor de los comicios, no debería perder un solo minuto en afrontar de una vez la penosa situación de esos grandes olvidados, que aún no han visto los beneficios de ese descomunal crecimiento que está experimentando el país.
Las economías emergentes
Las economías emergentes rechazan el plan del FMI
WASHINGTON—Los representantes de las economías emergentes rechazaron un plan del Fondo Monetario Internacional (FMI) para guiarlas en la tarea de administrar los abundantes flujos de capital que reciben, al considerar que más que ayudarlas, limita sus acciones.
El Comité Monetario y Financiero del FMI que define sus políticas, reaccionó, durante la reunión que concluyó este fin de semana, demorando el plan que buscaba influir en el uso de herramientas para el control de capitales, tales como impuestos y limitaciones a las inversiones extranjeras. El comité acordó estudiar más el asunto en los próximos meses.
El respaldo del organismo multilateral a estos controles marcó un giro respecto a su prolongada oposición a limitar el movimiento de los capitales por el mundo. Sus funcionarios han terminado reconociendo la necesidad de los mercados emergentes de reducir esos flujos, que pueden alimentar burbujas de activos y dañar a los exportadores locales al fortalecer las monedas.
El plan del FMI hubiera alentado a los países a tratar los controles de capital como el último recurso, tras intentarlo primero con otras herramientas, como las políticas de tasas de interés, la cotización de las monedas y los presupuestos gubernamentales.
Pero los ministros de los países en desarrollo se opusieron con vehemencia, porque ven la propuesta como un esfuerzo de las economías avanzadas para impedir que desarrollen sus políticas. Brasil, Turquía, Corea del Sur y muchas otras economías emergentes han adoptado controles de capital durante el último año para limitar su ingreso.
"Nos oponemos a directrices, marcos o 'códigos de conducta'" que intentan limitar, directa o indirectamente, las políticas que adoptan los países que enfrentan incrementos en los ingresos de capitales volátiles", dijo al comité el ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega.
La pelea respecto a los controles de capital se produce en medio de una persistente batalla en torno a quién tiene la culpa de la ola de capitales que principalmente se dirige de las economías desarrolladas de lento crecimiento a las emergentes, que se están expandiendo más aceleradamente.
Los países en desarrollo culpan a la Reserva Federal de Estados Unidos, en particular, como una fuente de exceso de capital porque mantiene sus tasas de interés de corto plazo en casi cero e "inyecta" dinero a la economía comprando bonos del gobierno. Los países desarrollados atribuyen los problemas principalmente a la política china de controlar férreamente el valor de su moneda y también a la tendencia del capital de fluir hacia las economías que crecen más rápidamente.
El comité del FMI pidió al organismo que estudie el asunto concentrándose más en las fuentes de los flujos de capital.
Mantega calificó los controles de capital medidas "de autodefensa". "Irónicamente, algunos de los países que son responsables por la crisis más profunda desde la Gran Depresión, y que todavía tienen que solucionar sus propios problemas, están ansiosos por recomendar códigos de conducta al resto del mundo, incluyendo a los países que están sobrecargados por el efecto de derrame que tuvieron las políticas adoptadas por ellos", dijo en una declaración al comité del FMI.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, consideró que la propuesta del FMI es "un buen comienzo". Culpó a la política cambiaria de países como China, alegando que hacen que el capital vaya a las economías con tipos de cambio más libres.
"Unos pocos mercados emergentes tienen políticas monetarias manejadas rigurosamente, desplegando amplios controles de capital y acumulando excesos de reservas muy por encima de los niveles adoptados por precaución", dijo. "Esta asimetría magnifica los flujos de capital a los mercados emergentes que tienen cuentas de capital abiertas, incrementando la presión al alza de los tipos de cambio que son flexibles y alimentando la inflación en economías con tipos de interés subvaluados", opinó.
Ley Arizona SB1070: viendo la paja en el ojo ajeno sin ver la viga que nos meten en el trasero.
No he leído la ley Arizona SB1070. No se si todos los políticos y opinadores mexicanos que han expresado su repudio a dicha ley lo hayan hecho o si tengan razón al hacerlo. No se si sea verdad que con la aprobación de dicha ley, las autoridades policiales de Arizona comenzarán a exigir a cualquiera que tenga “pinta” de mexicano que presente sus papeles para demostrar su legal estancia, pero si así fuera, dicha ley no haría sino poner a Arizona a la par a sus autoridades con las nuestras.
Quizás porque ocurre con demasiada frecuencia, no lo notamos ya, pero todas tipo de autoridades mexicanas nos piden arbitrariamente que nos identifiquemos ante ellas. Agentes de tránsito, policías ministeriales de cualquier estado, policías preventivos, agentes del instituto nacional de migración, elementos de la Armada y el Ejercito, policía fiscal, prácticamente cualquier autoridad nos puede detener donde sea y cuando sea para exigir que nos identifiquemos ante ella…. ¿o me equivoco?
No quiero decir con esto que esté bien que se faculte a las autoridades de Arizona a hacer detenciones “a la mexicana”, lo que quiero hacer notar lo ridículos que se ven quienes critican la paja en el ojo ajeno sin darse cuenta que como mexicanos llevamos una viga metida en el trasero.
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