Apoyo y rechazo a proyecto de ley de Ros-Lehtinen sobre Cuba
UNA ESTACION petrolera en la costa norte de La Habana en enero del 2009. La isla ha aumentado su producción de petróleo y se propone explorar las aguas del Estrecho de la Florida
Juan Carlos Chávez
La promoción de un proyecto de ley de la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen que sancionaría a empresas e individuos que inviertan en la industria petrolera cubana hizo aflorar reacciones de aliento, rechazo y hasta cautela dentro y fuera de la isla.
“Me parece magnífico porque la única forma de sancionar al régimen de La Habana es con sanciones”, dijo a El Nuevo Herald Ninoska Pérez Castellón, periodista de Radio Mambí y miembro del Consejo por la Libertad de Cuba.
Varias empresas internacionales han expresado interés y tienen adelantados proyectos de estudio e inversión de crudo frente a las costas cubanas. Una de estas empresas es el gigante petrolero español Repsol, que tiene un contrato para excavar en agosto el primero de varios pozos exploratorios.
Carlos Saladrigas, presidente del Cuba Study Group, con sede en Washington D.C., declaró que el proyecto de ley es un error.
“Forzaría a Cuba negociar con empresas petroleras de países que no le interesan esa prohibición y que no van a tener los recursos ni los preparativos para contener cualquier tipo de derrame que pueda ocurrir en Cuba”, manifestó Saladrigas. “Y eso va a afectar directamente a la Florida”
Especialistas de la industria petrolera sugieren que las autoridades cubanas no sólo podrían estar mal preparadas para un derrame sino que catástrofes como la del Deepwater Horizon, el 20 de abril del 2010, serán cada vez más difíciles de mitigar y requerirán un mayor grado de cooperación internacional. Debido al embargo comercial, Estados Unidos y Cuba no tienen un acuerdo para emergencias de esta naturaleza.
Cuba registró en 2010 una producción de 21 millones de barriles, similar a la del año anterior, lo que representa 46% del consumo, y el resto lo importa de Venezuela, unos 100,000 barriles diarios.
En Miami los activistas Ángel de Fana y Orlando Gutiérrez apoyaron el contenido de la propuesta legislativa.
“Es acertado porque el gobierno cubano no es confiable”, indicó De Fana, director de Plantados Hacia la Libertad y la Democracia en Cuba. “Pensamos que es muy importante impedir que las compañías petroleras norteamericanas se conviertan en socios de la represión del régimen castrista”, declaró Gutiérrez, secretario nacional del Directorio Democrático Cubano.
El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que en la región de la Cuenca Norcubana existen 4,600 millones de barriles de petróleo, de acuerdo con un informe del 2004. La Habana ha arrendado bloques de prospección a 50 millas de las costas de la Florida y tiene planes de perforar siete pozos exploratorios hasta el 2014.
En Cuba figuras del movimiento opositor mostraron su desacuerdo con el plan de imponer sanciones.
“Es una cosa que no tiene ni pies ni cabeza. Aquí sólo hay que trabajar seriamente porque se puede establecer una cooperación en el terreno del petróleo entre Estados Unidos y Cuba, y no buscar problemas ni confrontaciones”, sostuvo el economista Oscar Espinosa Chepe en una entrevista telefónica desde La Habana.
La disidente Martha Beatriz Roque se refirió al desarrollo de temas internos que requieren más atención.
“El mundo piensa en otra cosa y no en los problemas que tenemos como la falta de democracia y las golpizas contra los opositores”, puntualizó Roque. “Todo lo demás es a largo plazo”.
“Me parece magnífico porque la única forma de sancionar al régimen de La Habana es con sanciones”, dijo a El Nuevo Herald Ninoska Pérez Castellón, periodista de Radio Mambí y miembro del Consejo por la Libertad de Cuba.
Varias empresas internacionales han expresado interés y tienen adelantados proyectos de estudio e inversión de crudo frente a las costas cubanas. Una de estas empresas es el gigante petrolero español Repsol, que tiene un contrato para excavar en agosto el primero de varios pozos exploratorios.
Carlos Saladrigas, presidente del Cuba Study Group, con sede en Washington D.C., declaró que el proyecto de ley es un error.
“Forzaría a Cuba negociar con empresas petroleras de países que no le interesan esa prohibición y que no van a tener los recursos ni los preparativos para contener cualquier tipo de derrame que pueda ocurrir en Cuba”, manifestó Saladrigas. “Y eso va a afectar directamente a la Florida”
Especialistas de la industria petrolera sugieren que las autoridades cubanas no sólo podrían estar mal preparadas para un derrame sino que catástrofes como la del Deepwater Horizon, el 20 de abril del 2010, serán cada vez más difíciles de mitigar y requerirán un mayor grado de cooperación internacional. Debido al embargo comercial, Estados Unidos y Cuba no tienen un acuerdo para emergencias de esta naturaleza.
Cuba registró en 2010 una producción de 21 millones de barriles, similar a la del año anterior, lo que representa 46% del consumo, y el resto lo importa de Venezuela, unos 100,000 barriles diarios.
En Miami los activistas Ángel de Fana y Orlando Gutiérrez apoyaron el contenido de la propuesta legislativa.
“Es acertado porque el gobierno cubano no es confiable”, indicó De Fana, director de Plantados Hacia la Libertad y la Democracia en Cuba. “Pensamos que es muy importante impedir que las compañías petroleras norteamericanas se conviertan en socios de la represión del régimen castrista”, declaró Gutiérrez, secretario nacional del Directorio Democrático Cubano.
El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que en la región de la Cuenca Norcubana existen 4,600 millones de barriles de petróleo, de acuerdo con un informe del 2004. La Habana ha arrendado bloques de prospección a 50 millas de las costas de la Florida y tiene planes de perforar siete pozos exploratorios hasta el 2014.
En Cuba figuras del movimiento opositor mostraron su desacuerdo con el plan de imponer sanciones.
“Es una cosa que no tiene ni pies ni cabeza. Aquí sólo hay que trabajar seriamente porque se puede establecer una cooperación en el terreno del petróleo entre Estados Unidos y Cuba, y no buscar problemas ni confrontaciones”, sostuvo el economista Oscar Espinosa Chepe en una entrevista telefónica desde La Habana.
La disidente Martha Beatriz Roque se refirió al desarrollo de temas internos que requieren más atención.
“El mundo piensa en otra cosa y no en los problemas que tenemos como la falta de democracia y las golpizas contra los opositores”, puntualizó Roque. “Todo lo demás es a largo plazo”.
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