30 mayo, 2011

Disputa en el Congreso de EE.UU.

Disputa en el Congreso de EE.UU. pone en peligro trío de acuerdos comerciales

Los TLC con Colombia, Panamá y Corea del Sur llevan cuatro años en espera

Por Elizabeth Williamson

WASHINGTON—El elemento central de la agenda comercial de Estados Unidos —un trío de acuerdos internacionales que generaría US$13.000 millones en nuevas exportaciones para ese país— se ve amenazado por la disputa entre congresistas republicanos y demócratas que no se ponen de acuerdo sobre un programa que provee ayuda a los trabajadores estadounidenses.

La disputa en torno al futuro del programa creado hace 50 años y denominado Asistencia por Ajustes Comerciales (TAA, por sus siglas en inglés), que otorga beneficios a los trabajadores estadounidenses afectados por la competencia extranjera, está poniendo en peligro los acuerdos comerciales pendientes con Colombia, Corea del Sur y Panamá al incluirlos en el debate sobre el gasto federal.

El gobierno del presidente Barack Obama y los demócratas en el Congreso quieren que el programa sea renovado. Algunos republicanos, sin embargo, cuestionan su valor y dicen que debería ser reducido para abatir el déficit.

La demora causada por los enfrentamientos implica que ahora es prácticamente imposible aprobar el acuerdo con Corea del Sur antes de que ese país cierre un pacto con la Unión Europea, que entrará en vigencia el 1 de julio. Además, un tratado entre Colombia y Canadá entrará en vigencia antes del pacto del país sudamericano con EE.UU. Ambas situaciones pondrían a un amplio espectro de sectores estadunidenses en una situación de desventaja competitiva.

Hasta hace apenas unas semanas, el gobierno consideraba la batalla por el TAA superable. Ahora, a menos que los legisladores lleguen a un consenso pronto, los acuerdos comerciales no serán aprobados antes del receso de agosto, dicen asesores de los congresistas. Luego de ese momento, las posibilidades de que sean aprobados disminuirán a medida que se acerquen las elecciones de 2012 y los legisladores eviten los votos más controvertidos.

"Estamos peleando con uñas y dientes porque si no hay votación antes del receso, arriesgamos que no ocurra en los últimos meses del año", dijo Chistopher Wenk, director de política internacional en la Cámara de Comercio de EE.UU. El 26 de mayo, numerosos líderes empresariales visitaron a cada uno de los 100 senadores para abogar por los acuerdos, y planean llamar a todos los integrantes de la Cámara de Representantes en los próximos días.

Los republicanos dicen que el gobierno debería proseguir con los acuerdos y dejar la disputa en torno al TAA para más adelante.

"¿Por qué obstaculizar tres acuerdos que van a crear todo tipo de empleos?", preguntó el senador republicano Orrin Hatch, del estado de Utah.

"Tenemos el deber de ayudar a los trabajadores estadounidenses a enfrentar el desafío de la competencia global", dijo el presidente del Comité de Finanzas del Senado, el demócrata Max Baucus, del estado de Montana, durante una audiencia el jueves pasado sobre el acuerdo de libre comercio entre EE.UU. y Corea del Sur.

En un testimonio ante el Senado la semana pasada, el vice representante comercial de EE.UU., Demetrios Marantis, dijo al comité que las demoras en aprobar los acuerdos disminuirá la participación de los exportadores estadounidenses en el mercado, beneficiando a otros países.

Los tres acuerdos comerciales pendientes son la columna vertebral del plan del presidente Obama para ayudar a las empresas de su país a duplicar las exportaciones para fines de 2015. La demanda de los mercados extranjeros ha contribuido a la economía estadounidense —y al empleo— ya que el consumo interno continúa siendo cauto. Las exportaciones aportaron 1,16 puntos porcentuales al crecimiento del primer trimestre, cuando la economía se expandió a una tasa anual de 1,8%.

El TAA ha sido apoyado por ambos partidos desde el gobierno del presidente John F. Kennedy, y ha sido justificado como un precio necesario a pagar a cambio del respaldo de los legisladores de las zonas industriales a políticas de libre comercio.

El programa provee capacitación, beneficios por desempleo prolongado y subsidios de cuidado de la salud para los trabajadores que pierden su empleo cuando los acuerdos comerciales desplazan puestos al extranjero.

Pero este año, la renovación del TAA llega en medio de una polarizada pelea por el presupuesto. Expiró en febrero luego de que una propuesta para renovarlo fracasara en la Cámara de Representantes.

Hace dos semanas, funcionarios de la Casa Blanca del área comercial adoptaron una línea dura, diciendo que el presidente no sometería a votación los acuerdos finales hasta que los republicanos accedan a una renovación del TAA.

Los republicanos dicen que el programa es una concesión a los sindicatos y que sus méritos no justifican su inclusión en un presupuesto ya demasiado ajustado. Los legisladores añaden que el presupuesto del programa fue incrementado por el paquete de estímulo para reactivar la economía y señalan que estudios de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental cuestionan su implementación.

El programa, dicen, debería ser reducido, aunque al tratarse de ayuda social, la ley prohíbe que sea eliminado totalmente.

"Los políticos solían utilizar este programa para comprar votos para aprobar acuerdos comerciales, y ahora tienen a esos acuerdos como rehenes para poder expandirlo", dijo Sallie James, analista de políticas comerciales en el conservador Instituto Cato.

Los demócratas dicen que el programa se ha vuelto cada vez más importante a medida que más compañías trasladan empleos al extranjero, y mencionan cifras del Departamento de Trabajo que muestran que su tamaño no ha cambiado sustancialmente desde antes de 2009 cuando se aprobaron las medidas de estímulo.

En 2002, el TAA fue expandido para incluir a los trabajadores cuyos empleos se perdieron debido a tercerizaciones que se sumaron a los afectados por el incremento de las importaciones. Ese año, 50.000 personas se beneficiaron del programa, a un costo de US$500 millones. En 2008, el año anterior al estímulo, el programa costó US$916 millones. El año pasado, su costo fue de US$975 millones y se beneficiaron 234.000 trabajadores.

Los líderes de ambos partidos dicen que confían en que llegarán a un compromiso, pero no tienen nada concreto.

Sarah Thorn, directora de relaciones con el gobierno del gigante minorista Wal-Mart Stores Inc, dijo que los esfuerzos de los líderes empresariales para que los dos partidos lleguen a un consenso hasta ahora se han frustrado.

"Los acuerdos comerciales siempre se movieron de la mano del TAA, es parte de la negociación sobre el comercio", explicó.

Los tratados con Colombia, Corea del Sur y Panamá han estado estancados por cuatro años. Las repetidas demoras evidencian las dificultades que cada gobierno experimenta para superar el escepticismo del público y trabas políticas que han hecho que EE.UU. esté, a nivel global, rezagado en materia comercial. De los 202 acuerdos comerciales regionales registrados en la Organización Mundial del Comercio, EE.UU. solamente firmó 11.

Mientras tanto, países rivales se están moviendo más rápido para forjar asociaciones comerciales globales que abren a sus exportadores mercados que están creciendo rápidamente y ofrecen subsidios y regulaciones que dan ventajas a sus principales empresas

Las elecciones de Perú entran en la recta final

Las elecciones de Perú entran en la recta final con los candidatos empatados

Por Robert Kozak

LIMA (Dow Jones)--La carrera presidencial en Perú ingresó a su etapa final esta semana, mientras las encuestas muestran una estrecha diferencia en las preferencias de los votantes entre la diputada de centroderecha Keiko Fujimori y el izquierdista Ollanta Humala para la elección del 5 de junio.

Los dos candidatos se enfrentaron en un debate el domingo por la noche, donde abundaron las descalificaciones personales y ataques políticos.

Las últimas encuestas muestran una estrecha diferencia entre los dos candidatos. Pero esos resultados se publicaron demasiado temprano como para detectar un patrón de cambio de voto que podrían haber resultado tras el debate, que fue seguido atentamente por la población.

Según la encuesta de la firma Ipsos Apoyo, usando solo los votos válidos, los resultados mostraron un 50,5% de apoyo a Fujimori, y un 49,5% a Humala.

Una votación simulada por la firma Datum mostró un 52,3% de respaldo a Fujimori y un 47,7% a Humala.

La firma Imasen, que publicó sus resultados en el diario pro-Humala La República, fue la única encuesta que dio el liderazgo a Humala, con un 43,8% frente al 42,5% para Fujimori. Según este sondeo, un 13,7% de los encuestados dejaría el voto nulo o en blanco.

"Aunque los resultados de las simulaciones de voto no son concluyentes, las tendencias en el respaldo de los votantes, además de los resultados de la simulación de Datum, apoyan la visión de que Fujimori podría tener la preferencia a una semana de que se realice la segunda vuelta", señaló Credit Suisse.

"El debate de ayer entre Fujimori y Humala puede haber ayudado a convencer a algunos votantes que aún estaban indecisos", agregó el banco.

¿Se acabó la era dorada para las bolsas de Estados Unidos?

¿Se acabó la era dorada para las bolsas de Estados Unidos?

Por Aaron Lucchetti

Los ejecutivos de LinkedIn Corp., eufóricos tras su enormemente exitosa salida a bolsa el 19 de mayo, tocaron la tradicional campana de apertura de las operaciones en la Bolsa de Nueva York (NYSE). Mucho dinero y sonrisas de oreja a oreja: el tipo de momento que hace que este mercado bursátil sea conocido como Big Board.

Pero la ceremonia de cierre de la jornada contó un cuento distinto: el jefe de Sybase, en honor a un torneo de golf que patrocinaba, tocó la campana de cierre. La empresa tecnológica ya no cotiza en Wall Street después de haber sido absorbida por una compañía europea.

The NYSE and Nasdaq dominated listings of U.S. companies for decades, but no longer. Kelsey Hubbard talks with WSJ's Aaron Lucchetti about their decline, future and which overseas exchanges are pulling ahead.

La sostenida caída en la cantidad de acciones que cotizan en Estados Unidos finalmente alcanzó un punto este año que obligó a las grandes bolsas del país a tomar decisiones drásticas: NYSE Euronext aceptó fusionarse con una bolsa extranjera y luego Nasdaq OMX Group intentó sin éxito desactivar la combinación para absorber ella misma a NYSE.

Una combinación de fusiones, menos salidas a bolsa en EE.UU., menores costos para cotizar en el extranjero y un giro en la manera de trabajar de inversionistas y corredores ha hecho que la cotización de acciones en ese país cayera un sorprendente 43% desde el nivel máximo de 1997. Todo esto, durante un período en el que la cantidad de cotizaciones fuera de EE.UU. se ha más que duplicado.

El resultado es que hoy operan 3.800 empresas menos en las bolsas del país que en 1997, de acuerdo con la firma de consultoría Capital Markets Advisory Partners. En las bolsas internacionales, la cantidad de empresas que cotizan es casi ocho veces superior, con Hong Kong, China e India como los destinos preferidos.

[bolsas]

"Estamos perdiendo el ecosistema que ayudó a prosperar a la economía estadounidense durante décadas", dice Kate Mitchell, fundadora de Scale Venture Partners, una empresa de capital de riesgo de Silicon Valley.

Las bolsas de EE.UU. no son lo suficientemente competitivas para algunas grandes ofertas públicas iniciales globales, de acuerdo con el presidente ejecutivo de Nasdaq, Robert Greifeld. "Vemos compañías como Prada que en el pasado hubiesen cotizado aquí en EE.UU.", dijo en abril y señaló que parte de la culpa la tiene "el mensaje fracturado que ofrece EE.UU.", donde las dos bolsas compiten intensamente la una contra la otra. La casa de moda italiana Prada SpA planea cotizar en Hong Kong.

Con todo, las bolsas de EE.UU. continuarán atrayendo algunas grandes ofertas iniciales de acciones. Estos mercados seguirán cautivando a compañías de sectores como los medios sociales, en los que los inversionistas están dispuestos a pagar un precio alto porque ven una prometedora fuente de ganancias. Así, para los próximos años, se anticipan los debuts en el mercado de empresas como Facebook Inc., Groupon Inc. y Twitter Inc., que se espera sean tan sonados como el de LinkedIn o incluso más. Grandes compañías de productos de consumo, con muchos de sus empleados en EE.UU., también tienden a ser más leales a las bolsas locales.

[NYSE] Associated Press

La Bolsa de Nueva York

En busca de globalidad

Sin embargo, el presidente de NYSE Euronext, Duncan Niederauer, ha reconocido que la era dorada de las bolsas estadounidenses de cara a incorporar nuevas compañías que se lanzan al mercado hace tiempo que pasó. Esa es una razón por la que luchó para que fuera la Deutsche Börse de Alemania la que cerrara el acuerdo, dijo en una entrevista el mes pasado.

Los ejecutivos de NYSE aseguran que si la institución logra ser más global, se volverá más atractiva para las compañías de mercados emergentes que quieren que sus acciones coticen en otras partes y no sólo las bolsas locales. Además, de esta forma, la NYSE sería una mejor socia para los mercados de economías emergentes que busquen un proyecto conjunto o una fusión.

"Los mercados de capitales son globales como cualquier otra industria", señaló Niederauer. "Al margen de lo que ocurra en EE.UU., hay 5.000 empresas más en China que operan en bolsa" y que entrarán al mercado internacional en los próximos 10 o 15 años. Si el acuerdo es aprobado por los accionistas y los reguladores, se espera que Niederauer lidere la empresa combinada de NYSE y Deutsche Börse. Las autoridades antimonopolio de EE.UU. bloquearon la oferta de Nasdaq por NYSE este mes.

Una de las principales razones por las que las bolsas de EE.UU. están perdiendo terreno a la hora de atraer a más empresas es la prolongada caída en las ofertas iniciales de acciones. La oferta anual promedio de lanzamientos en el país desde 2000 ha sido de apenas 156, una caída de 71% con respecto al ritmo de la década de los 90, según Capital Markets Advisory.

Algunas empresas nuevas que en el pasado hubiesen recurrido a una bolsa estadounidense cuando necesitaban capital ahora cotizan en el extranjero, donde las comisiones son más bajas y donde no enfrentan obstáculos tales como la ley Sarbanes-Oxley que regula las actividades financieras de las compañías.

Otras empresas de propiedad cerrada prefieren conseguir el capital que necesitan pidiendo prestado, más que saliendo a bolsa, pudiendo aprovecharse de las tasas de interés históricamente bajas.

Además, muchas más compañías que no cotizan en bolsa ahora simplemente se venden a otras más grandes. En el sector de la tecnología, en particular, gigantes con mucho dinero como Google Inc. e Intel Corp. están de cacería, presentando ofertas que las empresas nuevas y los pequeños emprendedores encuentran difíciles de resistir.

Skype Technologies SA presentó la documentación para hacer una oferta de acciones en agosto del año pasado y planeaba hacerlo en Nasdaq, pero este mes la compañía de telefonía por Internet decidió, en cambio, aceptar ser comprada por Microsoft Corp., por US$8.500 millones.

"Los mercados públicos no están construidos para las empresas pequeñas ahora mismo", explica Dave Robbins, ex presidente ejecutivo de BigFix, una empresa tecnológica en el área de San Francisco que planeó su salida a bolsa durante tres años pero acabó siendo adquirida por Internacional Business Machines Corp. Robbins recuerda que le preocupaba no obtener una buena valoración para las acciones debido a que los inversionistas son inconstantes respecto a las perspectivas de una empresa como BigFix en comparación con competidores de mayor peso en el negocio de vender software a los departamentos de tecnología de la información de grandes empresas. El año pasado, apenas cinco peces gordos en EE.UU. engulleron 134 empresas que no cotizaban en bolsa, lo que equivale a casi todas las ofertas de acciones de las dos grandes bolsas estadounidenses, según cifras de Dealogic.

Para las empresas que recién arrancan, estrenarse en Wall Street perdió parte de su encanto en una era en la que muchos inversionistas y corredores se concentran menos en la selección de los títulos y prefieren competir con amplios índices del mercado, operando con paquetes de valores como los fondos que cotizan en bolsa.

Además, los grandes administradores de activos manejan portafolios cada vez más grandes, lo que hace que muchas de las compañías que salen a bolsa sean demasiado pequeñas como para que se preocupen por ellas.

"La prolongada sequía de ofertas públicas de acciones genera dudas sobre si este importante motor de crecimiento en la economía de EE.UU. llegó a su fin", plantea Jay Ritter, profesor de finanzas de la Universidad de Florida.

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