21 mayo, 2011

El sueño imposible de la Fed

El sueño imposible de la Fed

Por Irwin Kellner

Mantener bajos tanto la inflación como el desempleo es extremadamente difícil, si no imposible.

Cuando la Reserva Federal fue creada en 1913, tenía una misión: crear dinero y salvaguardar su valor. Y durante los primeros 65 años de su existencia, el banco central operó con este objetivo en mente.

A pesar de que suena simple, no era tan fácil. A veces la Fed creaba demasiado dinero, mientras que otras veces no producía la cantidad suficiente.

Era criticada por esto por una gran cantidad de economistas, notablemente Milton Friedman. Culpó a la Fed de crear auges y colapsos en el curso de los años por no mantener una tasa de crecimiento constante en la oferta de dinero.

Como si el banco central no tuviera suficientes problemas, el Congreso en 1978 le dio otro objetivo: además de proteger el dólar, también tenía que promover el crecimiento y mantener bajo el desempleo.

Esto era más fácil de decir que de hacer, especialmente porque el bajo desempleo estaba generalmente acompañado de mayores tasas de inflación. Además, no parecía que la política monetaria pudiera influir en el desempleo, al menos no tan directamente como el nivel de precios.

El presidente de la Fed, Ben Bernanke, cree que la mejor manera de expandir la economía, y así reducir el desempleo, es mantener baja la tasa de inflación. En el largo plazo esto podría lograrse, pero en el corto plazo no parece ser posible.

Entiéndase que los costos laborales son los más grandes para cualquier firma, grande o pequeña. Cuando el desempleo es alto, los costos laborales tienden a contenerse, dado que los empleados no tienen mucho margen con el que negociar grandes aumentos salariales.

La situación de hoy es un ejemplo.

Aun cuando ha caído desde su máximo nivel, la tasa de desempleo sigue siendo alta. En consecuencia, las ganancias promedio por hora para todos los empleados en plantillas privadas no agropecuarias han aumentado menos de 2% en el año, aun cuando los precios minoristas han subido casi 3% frente al año pasado.

Dada la liquidez que la Fed ha inyectado en el sistema financiero, el principal motivo por el cual la inflación no está aún más alta, parece ser el nivel elevado de desempleo.

En cuanto a la creación de empleos, la capacidad de la política monetaria de lograr este objetivo no está tan clara.

Las bajas tasas de interés pueden llevar a la creación de empleos o pueden no hacerlo. Esto es así especialmente hoy, cuando muchos empleos han migrado al exterior o se han vuelto obsoletos por la tecnología.

Guste o no, en el corto plazo hay un canje entre el desempleo y la inflación. Para mantener baja la inflación, se necesita alto desempleo; si se favorece el bajo desempleo, hay que aceptar una alta inflación.

A veces, ese canje se quiebra.

Ha habido ocasiones en que gozamos tanto de baja inflación como de bajo desempleo: podemos mencionar los mediados de la década de 1960. También ha habido ocasiones cuando tuvimos que lidiar con el alto desempleo y la alta inflación: el ejemplo más conocido es a mediados de la década de 1970.

Con frecuencia, empero, el canje ha sido la regla, y eso no es un sueño.

Irwin Kellner es economista jefe de MarketWatch y es Académico Distinguido de Economía del Dowling College en Oakdale.

Nueva preocupación para Medio Oriente: el trigo

Nueva preocupación para Medio Oriente: el trigo

El precio del grano, principal fuente de alimento en los países de la región, se ha disparado en los últimos meses

Por Liam Pleven y Matt Bradley

[wheat]

La reciente alza en los precios del trigo constituye una nueva amenaza para los países de Medio Oriente que importan grandes cantidades del grano para consumo interno.

Un exceso de lluvias en Estados Unidos y sequías en Europa occidental son las razones detrás del aumento. Hasta el miércoles de esta semana, el precio del trigo acumulaba un salto de 91% en menos de un año. La cotización retrocedió 0,6% el jueves para llegar a US$8,12.

El incremento se empezó a sentir a mediados del año pasado debido a una sequía en Rusia y los precios no han retrocedido desde entonces. A algunos analistas les preocupa que el mal tiempo que provocó el alza del trigo vuelva a causar estragos y desate un alza mayor de los precios.

Ese escenario sería beneficioso para los agricultores en los países que exportan el grano, pero una amenaza para los consumidores alrededor del mundo y, en especial, los de Medio Oriente. El trigo es la base de la dieta en buena parte de la región, donde una nutrición barata viene en forma de pan, pasta y cuscús.

Túnez es el mayor consumidor de trigo en el mundo, con 216 kilos por persona al año, comparado con 26,5 kilos en Colombia. Egipto y Argelia son también grandes consumidores del grano, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

Incapaces de sembrar trigo en sus campos, países como Egipto y Túnez importan más de la mitad de lo que consumen, y lo venden con significativos descuentos a su población.

"Es una situación que preocupa a muchos países de la región", reconoce Julian Lampietti, quien lideró en 2009 un estudio del Banco Mundial sobre la seguridad alimenticia de los países árabes. "El sistema no es muy sostenible".

La presión adicional ejercida sobre los gobiernos de Medio Oriente por los altos precios del trigo podría aumentar la necesidad de que los países occidentales suministren ayuda financiera, a medida que tratan de motivar a las naciones a desarrollar democracias orientadas hacia el libre mercado.

Egipto les ha dicho a los países donantes que necesitará unos US$10.000 millones en total en los próximos 13 meses.

Se espera que las importaciones en Medio Oriente aumenten a medida que crece la población. El estudio del Banco Mundial previó que las importaciones de cereal de la región podrían crecer 55% en 2030 frente a los niveles de 2000.

"Los países árabes se volverán cada vez más vulnerables a los vaivenes en los precios globales de los alimentos si no se adoptan medidas mitigantes", concluyó el estudio.

Eso pone a países como Egipto en una encrucijada, en momentos en que aún sienten las consecuencias de la agitación política. En febrero, el gobierno egipcio pagó US$361 por tonelada de trigo occidental, frente a US$172 ocho meses antes, una diferencia que, si se mantiene por 12 meses, sumaría US$1.700 millones a la factura de importaciones del país. Egipto gastó US$2.600 millones en el año fiscal previo, de acuerdo con el Banco Mundial.

A esos precios, las importaciones de trigo absorberían entre 6% y 7% de los ingresos de Egipto. "La economía se encuentra bajo una enorme presión", dijo Hani Sabra, analista de Eurasia Group, centro de estudios de Nueva York. Añadió que el alza en los precios del trigo llevará a Egipto a endeudarse más.

El país ya acumula una deuda significativa, en momentos en que el turismo (que hasta hace poco generaba 20% de las ganancias en divisas extranjeras del país) se ha desplomado en medio de la agitación que terminó con el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak en febrero.

La agencia encargada de comprar el trigo en Egipto dice que puede controlar los saltos en los precios.

"Tenemos un presupuesto flexible", aseguró Nomani Nasr Nomani, vicepresidente de la entidad.

"La gente se está muriendo de hambre y el pan es una forma fácil de sentirse lleno. La carne y el pescado son muy costosos", dijo Fatheya Ahmed, una viuda de El Cairo que paga unos 17 centavos de dólar para comprar 20 pequeñas rebanadas de pan subsidiado, suficiente para alimentar a sus cuatro hijos por dos días. "Simplemente comemos pan y un pedazo de queso".

Los gobiernos de la región albergan la esperanza de que la próxima cosecha local pueda congelar o reducir la factura. Pero es improbable que incluso los mejores cultivos cubran las necesidades domésticas. "¿Conseguirá el gobierno cumplir sus promesas? pregunta Sabra, de Eurasia Group en alusión a los líderes egipcios. "No creo que sea muy fácil".

El banquero favorito de las dinastías

El banquero favorito de las dinastías estadounidenses

Por Dennis Berman

Jimmy Haslam es uno de los hombres más ricos del sureste de Estados Unidos, el heredero de un imperio de áreas de descanso de camiones llamado Pilot/Flying J. Hace unos cinco años, Haslam se encontraba en una boda en Florence, estado de Alabama. Allí recuerda haber conocido a una persona muy interesante y agradable con la que inició una relación. Su nombre: Byron D. Trott.

Esto no fue algo al azar. Trott, de 52 años, quizás sea el banquero de inversión más famoso del mundo, laureado y envidiado por su capacidad de ganarse la confianza de las familias más adineradas de EE.UU. Trott ha aconsejado a miembros de las familias Pritzker, Wrigley y Johnson en acuerdos de fusión que van desde los US$23.000 millones de Mars-Wrigley a la venta de Marmon Holding, de la familia Pritzker, a Berkshire Hathaway Inc. por US$4.500 millones.

Como ex vicepresidente del directorio de Goldman Sachs Group Inc., fue guiado por el ex presidente ejecutivo Hank Paulson y fue elogiado por Warren Buffett, a quien reclutó para una inversión de US$5.000 millones en Goldman Sachs en 2008. Ha tenido tanto éxito que vive como una de las familias a las que asesora: construyó una mansión de casi 1.600 metros cuadrados sobre el lago Michigan.

Hace dos años, Trott dejó su trabajo en Goldman Sachs, donde había trabajado como banquero de capital privado y facilitador de acuerdos desde 1982. Lanzó una nueva firma, llamada BDT Capital, y también estrenó un eslogan: "El banco comercial para los que no cotizan en bolsa".

La firma de 38 empleados es algo parecido a una corte para las dinastías de la región central de EE.UU. Es un punto neurálgico desde el cual Trott puede conectar a adinerados dueños de empresas entre sí, aconsejar a un patriarca nervioso o armar su propio acuerdo a partir de un fondo de inversión de US$2.000 millones recaudado en un 80% entre familias, más un poco de efectivo de un fondo soberano de inversión y una ayudita del propio Buffett.

Más allá de su perfil en Wikipedia, Trott ha evitado la atención pública. Pero sigue siendo una presencia que provoca opiniones encontradas en Wall Street. Los competidores —muchos envidiosos— consideran que Trott está en un juego diferente al de ellos. Se quejan de que, mientras ellos hacen el trabajo sucio y necesario de hojas de cálculo y documentos de préstamos, él está ocupado siendo anfitrión de un club privado para los ricos.

Como mencionan con rapidez los rivales, Trott trabajaba contra Buffett, no a favor de él, durante todos esos años. Ser llamado el único banquero de inversión en el que confía Buffett debería ser "aterrador", sostiene un competidor de Chicago. "No es bueno ser conocido como el tipo que vendió por un precio muy bajo".

BDT Capital es por lo tanto la prueba crucial para Trott. ¿Puede pasar de asesor a inversionista de primer nivel al estilo de Buffett? ¿Puede, en esencia, transformar su capital de conexiones sociales en capital real?

"Queremos ser una firma pequeña con un gran impacto", afirmó Trott en una entrevista. Las familias controlan alrededor de un tercio de las empresas que componen el índice S&P 500, señala. Al concentrarnos en familias, "tenemos una perspectiva y un enfoque muy distintos".

El fondo de inversión de Trott apunta a esas familias, que buscan lugares estables y a largo plazo para colocar su dinero. El horizonte temporal para esas inversiones es inédito según estándares de inversiones de capital privado, alrededor de 12 a 15 años. "Si encontramos buenas inversiones con grandes propietarios, preferimos mantenerlas que venderlas", indicó.

Las conexiones y los consejos de Trott eventualmente le consiguieron un rol destacado con Haslam, el hombre que conoció en la boda de Alabama. Pilot/Flying J buscaba reducir una participación que había comprado una firma de inversión de capital privado. EL fondo de inversión de Trott ingresó a la sociedad y se quedó con alrededor de 5% del total de la empresa por una suma no revelada, según una persona al tanto del asunto.

Haslam reconoce que podría haber conseguido el dinero en otro lugar. Pero quería que Trott interviniera en su empresa, en parte porque podía involucrar al director de su consejo asesor, Lee Scott, el ex presidente ejecutivo de Wal-Mart, en el comité gerencial de Pilot/Flying J. "Analiza oportunidades o desafíos sin dar sermones".

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