29 mayo, 2011

OTAN mantiene el blanco

OTAN mantiene el blanco en residencia de Kadafi

 

Un porta retrato de Muamar el Kadafi es visto a traves de una ventana en una estacion petrolera en Tripolo, el 28 de mayo.
Un porta retrato de Muamar el Kadafi es visto a traves de una ventana en una estacion petrolera en Tripolo, el 28 de mayo.
Ivan Sekretarev / AP

AFP

La OTAN efectuó el sábado nuevos ataques cerca de la residencia de Muamar el Kadafi en Trípoli, después de que Washington y París se comprometiesen durante el G8 a “terminar el trabajo” en Libia, y Rusia se sumase a la presión de las potencias que piden la renuncia del líder libio.
Una fuerte explosión estremeció la capital libia a las 10H00 locales (O8H00 GMT). Una columna de humo blanco se elevó poco después del sector de Bab Al Aziziya, residencia del coronel Kadafi, que es objetivo desde hace cuatro días de intensos bombardeos.
Horas antes, a la 01H00 (23H00 GMT del viernes) dos detonaciones se escucharon en el mismo sector, donde la OTAN afirmó haber atacado “un centro de mando y de control”.
En el plano diplomático, el régimen libio sufrió el viernes un nuevo e importante revés, tras ser abandonado por Rusia, que se alineó con la posición de los occidentales.
“El mundo ya no lo considera como líder libio” declaró el presidente ruso Dimitri Medvedev, que participaba en la cumbre del G8 en Deauville, en Francia.
Medvedev, cuyo país rehusaba hasta entonces apoyar los llamamientos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia a favor de la renuncia de Kadafi, se había abstenido en la votación en la ONU de la resolución 1973 que autorizó los bombardeos internacionales contra Trípoli.
El presidente ruso firmó la declaración final del G8, que afirmaba que Kadafi ha “perdido toda legitimidad”, y ofreció a sus socios su “mediación” en el conflicto, anunciando el envío inmediato de un emisario a Bengasi, feudo de la rebelión libia en el este.
Esta “nueva posición” de Rusia fue celebrada en Bengasi el sábado por el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT) de los rebeldes libios.
“Saludamos la posición expuesta por el presidente ruso”, declaró Mustafá Abdeljalil.
Sin embargo, en Trípoli, la noticia fue minimizada por el viceministro de Relaciones Exteriores, Jaled Kaaim.
“El G8 es una cumbre económica. No nos conciernen sus decisiones”, dijo, en conferencia de prensa.
Rechazó además una mediación de Moscú, ya que su país “no aceptará ninguna mediación que margine el plan de paz de la Unión Africana (…) Cualquier iniciativa fuera del marco de la UE será rechazada, incluso por Rusia”.
En Deauville, el presidente estadounidense Barack Obama, que volvió a pedir la partida de Kadafi, advirtió que la coalición iba a “terminar el trabajo” en Libia.
El primer ministro británico David Cameron indicó por su lado que las operaciones de la OTAN en Libia entraban en “una nueva fase”.
Como muestra de su voluntad de acelerar las operaciones militares acercándose al conflicto en tierra, Francia y Gran Bretaña enviarán helicópteros de combate capaces de atacar de forma más precisa a los pro Kadafi en medio urbano.
En el campo de batalla, la OTAN bombardeó un cuartel de la Guardia popular, cerca de la residencia de Kadafi, no lejos del centro de Trípoli. La OTAN aseguró que tenía como objetivo un depósito de vehículos militares.
La ciudad de Al Qariet, en la región de Mizdah, al sur de Trípoli, también fue blanco de bombardeos, según la agencia libia Jana.
Además, dos rebeldes resultaron muertos el viernes durante enfrentamientos con las tropas leales a Kadafi, a 285 km al sudeste de Ajdabiya (este).
Por otro lado la OTAN acusó a las fuerzas pro Kadafi de haber colocado un “campo de minas” en torno a la estratégica ciudad de Misrata. Su objetivo es “impedir el paso de la población” y “retomar la ciudad” a los rebeldes, declaró el comandante en jefe de la operación de la OTAN, Charles Bouchard.
Según fuentes médicas, estas tropas siguen bombardeando esta ciudad ubicada a 200 kilómetros al este de Trípoli, y causando víctimas civiles.

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