03 junio, 2011

Guatemala: Alejandro Chafuen: “No se puede hacer caridad con lo ajeno” – por Roberto Villalobos

Foto: ÉRICK ÁVILA

Este pensador se dedica al estudio del escolasticismo, una corriente filosófica que se extendió en la Europa occidental entre los siglos XI y XV.

El argentino Alejandro Antonio Chafuen es defensor de la propiedad privada, pues la considera el fundamento de la economía de libre mercado. Es consejero fundador e investigador asociado del Instituto Acton de Religión y Libertad, en Estados Unidos, y preside el prestigioso Atlas Economic Researh Foundation.

Chafuen se dedica desde hace unos 30 años al estudio del escolasticismo, una corriente filosófica que se extendió en la Europa occidental entre los siglos XI y XV. Su máximo representante fue Santo Tomás de Aquino, en cuyos escritos abordó y puso de relieve una relación entre la razón aristotélica y la fe cristiana. Chafuen también se ha dedicado al análisis profundo de una corriente escolástica que fijó sus bases en los siglos XVI y XVII, denominada Escolástica Tardía o Escuela de Salamanca, con la cual se desarrollaron ideas sobre precios, salarios, cambio de moneda, teoría del valor, cobro de intereses y un largo etcétera.
En fecha reciente, el académico visitó Guatemala para dictar una conferencia en Casa Popenoe, Antigua Guatemala, invitado por la Universidad Francisco Marroquín, institución que le confirió el doctorado Honoris causa.

¿En qué momento surge el concepto de la propiedad privada?

Temprano en la vida del ser humano. Surge desde que los grupos familiares empezaron a proteger lo que consideraban suyo, como una casa o el espacio donde vivían, así como aquellos bienes que podían pasar de generación en generación. Esas acciones se miraban como una forma de proteger a la familia, y es algo que va acorde a la naturaleza humana: crecer en un ambiente familiar.

¿Ese tema se aborda en la Biblia?

Sí, cuando Caín mata a Abel. Ese es el primer momento en que podemos decir que existe una violación a la propiedad, pues se quita la esencial, que es la vida. En cuanto al tema del dominio, este entra antes, en el Génesis, cuando Dios creó al ser humano luego de haber creado todos los demás bienes; de esa forma, se le da dominio al humano sobre toda la creación. Después, en el Nuevo Testamento, se aborda el tema de la propiedad privada en diversos contextos, pues, por ejemplo, advierte sobre los peligros de la riqueza. Como usted sabe, uno de los diez mandamientos es “No robarás”, y no robar asume la existencia de la propiedad privada.

Entonces, en cierta forma, los estudios económicos empezaron mucho antes de Adam Smith.

Por supuesto. Aparte de los evangelios, también Aristóteles se refirió a la propiedad privada. Las reflexiones sobre los recursos iniciaron desde que el ser humano se desarrolló en la Tierra, con una serie de pensamientos sobre el trabajo, la propiedad y la producción. También hubo un período en la Edad Media, sobre todo en los siglos XIII, XV y XVI —cuando avanzó el comercio y se empleó nueva maquinaria—, en que moralistas emitieron juicios sobre asuntos económicos. Fue así que surgió la economía como ciencia, como un diálogo entre la política y la ética.

Y de las enseñanzas de Aristóteles aparecieron los escolásticos.

Sí. Algunos autores escolásticos hicieron grandes contribuciones para el desarrollo del entendimiento del proceso y de la economía de mercado, principalmente en la época medieval tardía. Los escolásticos entendían que los derechos del ser humano no eran otorgados por el Estado. En cambio, señalaban que Dios nos dotó y regaló ciertos derechos inalienables, como la libertad, la vida y la propiedad privada.

¿Entonces los liberales son hijos de los escolásticos?

Los liberales son siempre afines a la propiedad privada y a la economía de mercado; entonces se puede decir que sí.

Algunos de los más importantes estudiosos de esta corriente fueron San Agustín y Santo Tomás de Aquino. ¿Cuáles fueron sus principales aportes para la economía?

Ambos defendieron la propiedad privada. El pensamiento de Santo Tomás era muy parecido al de Aristóteles. Su reflexión es que la gente cuida más lo que es propio que lo que es de propiedad común, y que hay menos discordia cuando se conoce dónde termina el derecho de uno y dónde empieza el de los demás. En tanto, en el tema de la teoría del valor reconocieron que el valor de cierto bien depende de su utilidad que de su valor intrínseco. También criticaban los gastos excesivos y consideraban que los tributos debían ser moderados. Estos pensadores destacaron el valor de la propiedad privada como fundamento del libre mercado.

Esos pensamientos, sobre todo la defensa de la propiedad privada, ¿hacen que los liberales pierdan su sentido social?

Una persona que piensa que tiene alma cree en el sentido social.

¿Es lo mismo el socialismo que tener sentido social?

No. Socialismo, según Karl Marx, es que los medios de producción debían estar en manos del Estado. El tener sentido social es poner al otro en nuestra ecuación personal, en que las preocupaciones van más allá de uno mismo.

¿El socialismo podría adoptar la propiedad privada y seguir siendo socialista?

Los nazis eran nacionalsocialistas, que es una variante del socialismo. La gente tenía propiedad, pero, según Adolf Hitler, era la sociedad la que dictaría la forma en que debía usarse. Esa mentalidad seguía siendo socialista, pero no había una verdadera libertad.

¿Cuál es la relación entre economía y ética?

La economía hace preguntas sobre asignación de recursos o qué pasaría si se incrementara la producción de un bien. La ética se cuestiona sobre si algo es bueno o malo. Son cosas distintas. Ahora, ¿qué es bueno y qué es malo? Un moralista dice que es bueno lo que acerca a Dios, y malo lo que aleja. En el tema económico se relaciona con el mandamiento de no robar y respetar lo que es del otro. Es ahí cuando se unen ambos pensamientos.

¿Solo se puede hacer el bien teniendo propiedad privada?

Claro, porque solo se puede dar lo que uno tiene. No se puede hacer caridad con lo ajeno.

Dígame, ¿cuál es el peor pecado económico?
Hay una historia que se basa en la vida de San Francisco de Asís. Dice que un día se encuentra con el diablo y este lo desafió y le preguntó: “¿Cuál es el pecado mayor?, y el santo le respondió que matar. El diablo se rió y le recriminó: “No; hay más gente que está en el infierno por robar —que es violar la propiedad privada— que por matar”.

¿Por qué los religiosos opinan sobre economía?

La Iglesia tiene como función ayudar a sus fieles a llegar a Dios. La tarea de la jerarquía, asimismo, es dar a conocer la ciencia y reflexionar sobre las realidades económicas o políticas. Claro, no están inmunes de error.

Pues no estarán exentos de error en sus reflexiones ni tampoco en sus juicios morales. Recuerde usted el escándalo de la Iglesia Católica con el Banco Vaticano.

Los seres humanos somos pecadores, débiles. Esas acciones hacen daño, pero el valor de la Iglesia, como institución, no debería cambiar.

¿Qué opina el escolasticismo sobre el valor justo, las tasas de interés y la usura?

El precio justo es el precio corriente de mercado, siempre y cuando no exista fraude ni violencia. Los otros dos conceptos no se entendieron bien en los ambientes religiosos. Antes, para los católicos, prestar dinero a alguien a cambio de cierta tasa de interés se miraba mal, pues pensaban que había que dar sin esperar recompensa.

¿Se sigue viendo así?

No, cuando el derecho canónico empezó a cambiar hacia fines del siglo XIX; incluso se recomendó a los sacerdotes que pusieran sus ahorros a interés.

¿Se puede considerar eso usura o ambición?

No, porque uno debe ser buen mayordomo de los bienes que nos da Dios. Hay un cambio en la opinión de lo que era el interés. Hoy la usura es un interés exorbitante.

Muchos políticos proponen la redistribución de la riqueza. ¿Qué opina?

Unos piensan que, una vez se ha producido, el Estado tiene derecho a sacarle a unos y darles a otros. Los autores moralistas vieron eso como una injusticia. Claro, uno puede tener un fondo para ayudar a los demás, pero de ninguna forma hay que castigar a los que producen más. La distribución de la riqueza nació con el socialismo, y de esa manera los perezosos aprovechan del sudor de la frente de los demás.

Pero también sucede que las peores personas de la sociedad son las que tienen más.

Sí. Supongamos que todos los que producen lo ponen en un lugar común, y que cada uno sacara lo que necesitara. Los franciscanos decían que la persona más generosa y bondadosa pondría mucho y sacaría poco; en cambio, la más egoísta y codiciosa pondría poco y sacaría mucho. Ellos decían que la riqueza terminaba en las peores manos; esa es mala distribución, pues las cosas son comunes, y no existe una propiedad privada.

¿Qué son libertad y justicia social?

Libertad es el derecho a usar lo que es de uno a su antojo. Uso mi martillo si quiero, como sea, pero no en tu cabeza, porque no es mía, ni la pared ajena, porque tampoco me pertenece. Justicia social es contribuir a educar, a ayudar a los demás y hacer que se respeten las leyes. Sacarles la plata a los ricos para dársela a los pobres es injusticia. No hay que regalar, hay que trabajar.

¿Cuáles son los principales desafíos de Guatemala para su libertad económica?

Este país necesita un marco legal justo, pues tiene índices muy bajos. Hay inseguridad, y eso hay que solucionarlo. También me parece que las regulaciones laborales son complejas y contribuyen a que exista mucho desempleo e informalidad.

Marx no tenía razón –

Marx no tenía razón – por Armando Ribas

Recientemente Terry Eagleton publicó un libro cuyo título es “Why Marx was Right” (Porqué Marx estaba en lo cierto). Por supuesto no he leído el libro, pero en una nota publicada por el autor parece expresar las conclusiones a las que habría arribado en la obra completa. En primer lugar señala que Marx “despreciaba la idea de que el socialismo pudiera arraigarse en sociedades desesperadamente pobres y atrasadas como Rusia y China”. Por supuesto en su errada predicción había supuesto que la razón en la historia, a través de la dialéctica hegeliana, modificada ad hoc pasaba de la lucha de los estados a la lucha de clases, que habría de producir el enfrentamiento de la clase obrera con la burguesía. Y ésta desaparecería bajo la égida de la dictadura del proletariado que se encargaría “de expropiar a los expropiadores”(SIC). Así se alcanzaría el nirvana comunista de la libertad como la superación de la escasez, y del antagonismo. Consecuentemente, se vendría el fin de la historia.

Esta a mi juicio estúpida predicción se cumplimenta en sus escritos sobre la Ideología Alemana. Allí partiendo de la idea absurda de que se eliminaría la división del trabajo existente en la sociedad capitalista, en la sociedad comunista nadie tendría una esfera exclusiva de actividad. Consecuentemente cada uno puede satisfacerse en cada rama que desee, y la sociedad regula la producción general, y puede hacer posible para mí hacer una cosa hoy y otra mañana…” (SIC) Como podemos ver a través de la historia esa estúpida predicción jamás se cumplió, entre otras razones precisamente porque la teoría de la anarquía es inconsecuente con la naturaleza humana.

Quien primeramente rechazó la predicción marxista de la Revolución proletaria fue Eduard Bernstein quien en 1899 escribió “Las Precondiciones del Socialismo”. Allí discutiendo a Marx también comenzó con un principio equívoco de que el socialismo era el heredero legítimo del liberalismo y que no había ningún pensamiento liberal que no perteneciera igualmente a los elementos de las ideas del socialismo. En este presupuesto se exageraba la falacia de la social democracia, y se ignora que el socialismo y el liberalismo parten de dos concepciones diametralmente opuestas respecto a la naturaleza humana. En tanto que el socialismo pretende la creación de un hombre nuevo, de conformidad con el pensamiento de Rousseau, el liberalismo parte de la naturaleza humana tal cual es, y es precisamente el sistema político el que determina el comportamiento de conformidad con el concepto mismo de justicia. O sea el respeto por los derechos individuales.

Bernstein en sus discusiones con Lenin, ignora, que para el heredero supuesto del pensamiento de Marx en Rusia, el objetivo de éste era como había sido históricamente la búsqueda del poder político absoluto, y la revolución era el medio. Como bien había señalado Tocqueville: “El socialismo y la concentración de poder son frutos del mismo suelo”. Y es en función de la realidad de la naturaleza humana que la predicción marxista de la anarquía, se convierte en la social democracia en el retorno a la presunción hegeliana de que la burocracia representa los intereses generales frente a la concupiscencia de las corporaciones. O sea frente al interés particular.

Bernstein siguiendo con el pensamiento de Rousseau y de Kant sostiene que el socialismo llegaría no a través de la revolución como había predicho Marx, sino de la democracia, o sea el sufragio universal. Consiguientemente sostiene que “en la democracia los partidos y las clases que la componen rápidamente aprenden a reconocer los limites del poder…”. Nada más falaz que esa predicción, que parte del supuesto de que el bien común es conocido por todos y nadie se hace daño a sí mismo. Por tanto sostiene que a la sociedad le es indiferente si además de las corporaciones y las empresas públicas existen empresas privadas, que con el tiempo se convertirían en cooperativas. Esa es la realidad que enfrenta hoy la Unión Europea, donde prevalece la regla de las mayorías y se ignora el Rule of Law que implica definitivamente que las mayorías no tienen el derecho de violar los derechos de los individuos.

Evidentemente el Sr. Eagleton, fue quien no entendió a Marx. Para Marx el socialismo implicaba en última instancia la destrucción del sistema que llamó capitalismo, precisamente para descalificarlo éticamente a partir de las falaces tesis de la explotación y la alienación. Y siguiendo con ese pensamiento señala que Marx se pregunta ¿Cuáles son las mecanismos por los que la opulencia de una minoría puede engendrar penurias e indignidad para mucho? Esa supuesta pregunta es de hecho una falsa afirmación. Jamás los trabajadores vivieron mejor relativamente que cuando comenzó el sistema capitalista. Como bien dice Ayn Rand “El capitalismo no inventó la pobreza, la heredó”.

Otra afirmación del Sr. Eagleton, implica asimismo otra falsedad y es cuando dice que “ningún documento prodiga elogios tan floridos a ese poderoso logro histórico como el Manifiesto Comunista, ni siquiera el Wall Street Journal”. Evidentemente no leyó el documento, pues si bien reconoce la creación de riqueza por parte de la burguesía, no deja de descalificarla como tal, y su propósito es que desaparezca bajo la dictadura del Proletariado. Tanto así que dice Marx expresamente en el Manifiesto: “La abolición de la individualidad burguesa, la independencia burguesa, y la libertad burguesa es indudablemente el objetivo”. La teoría del comunismo puede ser sintetizada en una simple sentencia: “La abolición de la propiedad privada”.

Pero a mayor abundamiento en su crítica al capitalismo Marx señala: “El trabajador moderno, por el contrario, en lugar de subir con el progreso de la industria, se hunde más profunda y más profundamente debajo de las condiciones de existencia de su clase”. No creo que este comentario constituya un elogio al sistema capitalista. Inclusive acusa a los burgueses de ver a sus esposas como meros instrumentos de producción. Cada vez más elogioso.

Bien; aquí termino por el momento mi crítica a la estupidez sostenida por el Sr. Eagleton. Mi preocupación es precisamente que la caída del Muro de Berlín destruyó la realidad del sistema comunista, tanto como se puede apreciar aparentemente en la China, pero no así la ilusión de su utopía. Y esa utopía que prevalece en la Unión Europea, parecería estarse apropiando de los Estados Unidos. Por supuesto esa utopía embarazada de fascismo prevalece en gran parte de nuestro continente, donde se ignoran los crímenes de Castro que superan los de Osama Bin Laden.

Insisto, no estamos ante la lucha de civilizaciones sino en la lucha por la civilización, que es el logro del prevalecimiento del Rule of Law. Y este principio que representa el respeto por los derechos individuales, tal como señalara Ayn Rand no fue jamás reconocido por los intelectuales europeos. Y nosotros que históricamente hemos sido una farsa de la tragedia europea nos empeñamos en ignorarlos en nombre del bien común, que es la excusa moral para el poder político absoluto. Es importante saber que es lo que estamos discutiendo. Sr. Eagleton, le ruego vuelva a leer a Marx.

Panama: Buena migración; buena sociedad –

Panama: Buena migración; buena sociedad – por Roberto Brenes P.

Presidente Martinelli ofreció regularizar el status migratorio a miles de colombianos y así lo cumplió. La medida permitió a estos “panameños de hecho”, incorporarse a la formalidad con todas sus ventajas; para ellos y para el país. En vez de gestos eventuales a favor de la apertura laboral, el Ejecutivo debería reformar radicalmente la ley de migración, un lastre serio al desarrollo nacional.

Quizá porque como país vivimos y luchamos contra las políticas discriminatorias que nos impusieron los EEUU en la antigua Zona del Canal, nuestras relaciones laborales con extranjeros son exageradamente sectarias y discriminatorias. Sorprende, que la aparente apertura y afabilidad del panameño de la calle, no corresponde la política laboral ni migratoria del Estado. Estamos, de la Constitución para abajo, plagados de reglas y restricciones a extranjeros; mucho pero mucho más que países más atrasados y con menos apertura económica.

Así, nos hemos inventado normas para excluir extranjeros de casi cualquier oficio o profesión, aun cuando sea un emigrante legal. Estas normas sectarias alcanzan más de 190 oficios y profesiones donde hay que ser “panameño” para ejercerlas y en algunos casos incluso hay que ser “panameños de nacimiento” como lo es para ser médico o abogado. Pero este triste tema será motivo de otro análisis.

En el campo de las cosas menos permanentes, como las visas de trabajo y residencias temporales para extranjeros que vienen a trabajar, ya sea como inversionista o como asalariado, hemos pasado de malo a peor. A pesar de que el mundo entero se mueve en dirección contraria, aquí hacemos cada vez más difícil y oneroso obtener visas de trabajo y ponemos una ridícula cuota de extranjeros de 10% independientemente de su nivel técnico o salarial.

En esta equivocada política, convergen tres malas influencias; ignorancia o desdén del gobierno respecto del impacto positivo de una buena política de migración; la prevalencia de una doctrina de “seguridad nacional” inspirada en los cuarteles y en ideas fascistas ya superadas, pero no derogadas y, no menos importante, un contubernio de muchos abogados, que como los mercaderes del Templo lucran y re-lucran en el laberinto de papeles, procesos, multas y demoras que caracterizan el infierno de la Dirección de Migración.

Los que impiden una política migratoria abierta y clara, encuentran apoyo moral en la creencia, común entre sindicatos y organizaciones “populares”; que la migración viene a quitarles puestos de trabajo a los panameños y a llevarse la plata. Este mito no tiene asidero económico ni político. Si fuera verdad, hace años los emigrantes de Colombia y la región ya hubiesen desplazado a la masa obrera local. No solo no lo han hecho, sino que han enriquecido la oferta laboral, contribuyendo a expandir la economía.

Cuando nuestra “sabiduría tradicional” se refiere a los emigrantes como gente que viene a quitarnos nuestros empleos y la plata; debemos de preguntarles si esa fue la experiencia de sus antepasados. Habrá que recordarles que, los que vinieron en busca de trabajo y fortuna formaron hogares y empresas que son el pilar de nuestra sociedad, amén de lo que abonaron nuestro desierto cultural.

Después, habrá que preguntar si ese extranjero que labora aquí y vive aquí. ¿Acaso compra su súper en Bogotá?; o… si la casa donde vive, ¿ queda en Madrid o en Panamá ?o… si sus hijos ¿ van a la escuela en Condado del Rey o en Lima ? Por último, adónde pagan impuestos, tasas y derechos por los ingresos de su trabajo?

La mano de obra es un recurso necesario, como el capital, las materias primas o la tecnología, para producir bienes y servicios. Cuando no hay, se importa. A nivel de emigración técnica y científica el beneficio es mayor porque estos trabajos tienen un efecto multiplicador en el empleo local. COPA por ejemplo genera 85 empleos por cada nuevo avión que adquiere, pero necesita importar los pilotos. Sin pilotos no hay aviones y no habrá nuevos empleos de azafatas, mecánicos, ingenieros y más.

Hasta ahora la queja de la restricción laboral se vió como impedimento a nuevas actividades. Pero ya vemos peligro en las limitaciones que estamos empezando a imponer a nuestros sectores más dinámicos. El mejor ejemplo: el sector financiero. Allí muchas entidades bancarias y bursátiles que necesitan especialistas en temas de negociación de divisas, valores, tecnología, no obtienen permisos por las estrechas cuotas y mueven entonces esas operaciones a otros países (como Colombia) limitando seriamente nuestra capacidad de competir y crecer internacionalmente. Con el tiempo, y con condiciones laborales más amigables no será raro que algunas de nuestras fortalezas se transfieran a países vecinos con mejor visión estratégica.

Es urgente un cambio de política en las cuotas laborales. Si a los Sindicatos y amigos, les preocupan los plomeros y los carpinteros, elevemos las cuotas en los sectores estratégicos como finanzas, tecnología, turismo, logística o biotecnología y en niveles de salarios que no rocen las bajas capas salariales.

Es ahora, cuando somos un sitio popular y que gozamos de alto empleo que debemos hacer los cambios. Petrificarnos por la queja de los demagogos y dejarnos engatusar por los mercaderes de visas, será un costoso error.

* Roberto Brenes P. es ex Presidente de la Fundación Libertad de Panama.

La guerra del narco en México

La guerra del narco en México: "Made in USA"

Jim Pruett, dueño de una tienda de armas en EE.UU.

Jim Pruett es el dueño de una tienda en Texas de donde salen cientos de armas vendidas sin un destino claro.

El gobierno de Barack Obama llamó a los carteles mexicanos de la droga "la única gran amenaza del crimen organizado a Estados Unidos". Pero ¿por qué los carteles luchan entre ellos con armas de fuego estadounidenses?

Jim Pruett todavía tiene la piedra con la que los presuntos traficantes de armas le rompieron la vidriera de su tienda de armas en Houston el mes pasado.

En el robo nocturno, que fue realizado en cuestión de minutos, se llevaron doce pistolas Glock y seis fusiles de asalto AR-15 de tipo militar.

Con un valor total de venta de US$12.540, estas armas son muy apreciadas por los carteles de la droga en México, donde la venta legal de armas están muy controlada y centralizada.

"Sabían exactamente lo que estaban buscando", dice Pruett.

"Probablemente fue un robo por encargo, no necesariamente por encargo de los capos del cartel, sino por personas que están un escalón más abajo", añade.

Pruett, veterano de la guerra de Vietnam de 66 años de edad, explica que desde entonces ha puesto rejas de acero frente a su tienda, además del vidrio de alta tecnología que puede resistir el impacto de un coche bomba.

"Pero la solución final sería quedarme aquí a la noche con uno de nuestros AR-15," dice.

"La próxima vez que pasen esta puerta, estaremos listos".

Más fácil adquirirlas legalmente

Protesta en Morelia, México

Desde que asumió el cargo el presidente de México, más de 30.000 personas han muerto a manos del narco.

No es probable que eso suceda, por una muy buena razón: los carteles de narcotráfico mexicanos por lo general no tienen necesidad de robar armas de fuego. Es mucho más fácil adquirirlas legalmente.

Lo hacen mediante el uso de los llamados straw buyers (compradores ficticios o testaferros). Se trata de aquellas personas sin antecedentes penales que pasan fácilmente los estrictos controles que el FBI les exige a los distribuidores de armas de fuego con licencia.

Normalmente, los compradores ficticios son ciudadanos estadounidenses y titulares de la tarjeta verde que necesitan un poco de dinero extra.

"Lo que yo buscaría son mujeres jóvenes que compren rifles de alto poder", explica un agente especial de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF por sus siglas en inglés), con sede en Houston.

Por razones operativas, la ATF le pidió a la BBC que no divulgue el nombre del agente, cuya tarea es detectar las compras ficticios en las más de 300 armerías de la ciudad.


"Tuvimos el caso de una madre soltera con dos hijos", dice.

"Estaba atrasada con su renta y un hombre le ofreció US$100 por cada arma. Así que fue, compró tres armas de fuego y ganó US$300 en quince minutos".

La mujer después decidió colaborar con los agentes que investigaban una red de narcotráfico más grande.

Rastreo de armas

Según el gobierno mexicano desde que el presidente Felipe Calderón asumió la presidencia en 2006, más de 30.000 personas han muerto en hechos de violencia relacionada con las drogas en México.

Al mismo tiempo, la policía de México y el Ejército han incautado 93.000 armas de fuego de presuntos narcotraficantes.

En colaboración con las autoridades mexicanas, el personal de la ATF intenta rastrear estas armas y relacionar las armas recuperadas con su punto inicial de venta.

Lo que sea que el ejército mexicano esté utilizando, los carteles lo quieren

Agente especial de EE.UU.

Un informe al Congreso de 2009 de la Oficina de Contabilidad del Gobierno estadounidense informa que más del 90% de las "armas de fuego incautadas en México y rastreadas en los últimos tres años provenían de Estados Unidos".

De éstas, aproximadamente el 40% venía en Texas.

Los grupos de presión a favor de las armas en EE.UU. dicen que las autoridades mexicanas sólo le permiten rastrear a la ATF una cuarta parte de las armas incautadas.


Así que no hay forma de saber con precisión qué proporción de las armas de los carteles son estadounidenses, así como no hay ninguna pista sobre el número total de armas de EE.UU. que todavía están usando los carteles.

Lo cierto es que las armas que se trafican son cada vez más grandes y más potentes, así como los carteles buscan igualar a los militares mexicanos en su poder armamentístico.

"En la década de 1990, todavía veíamos pistolas de pequeño calibre y escopetas de un solo cañón", dice el agente especial.

"Pero desde alrededor de 2004 vimos un alza en armas de tipo militar, como los clones de las AK-47 y AR-15 de alta capacidad, y pistolas de 9 milímetros”.

"Lo que sea que el ejército mexicano esté utilizando, los carteles lo quieren", dice.

"Un enfoque más ambicioso"

En privado, los investigadores reconocen los límites de las actuales leyes estadounidenses.

Actualmente no existe ninguna ley federal dedicada al tráfico de armas, mientras que la mayoría de los procesamientos terminan en una multa o una modesta pena de prisión para los compradores ficticios individuales.

El Departamento de Justicia ha pedido un enfoque más ambicioso, que apunte más arriba en la línea de mando de los carteles.

Armería en Texas

Los fusiles de asalto AR-15 de tipo militar son los preferidos de los narcos.


Sin embargo, conscientes del poderoso lobby de las armas en Estados Unidos, los políticos han demostrado poco interés en cambiar la ley.

Otro tema es el dinero. Para 2010, la ATF se le asignaron US$55,4 millones para el Proyecto Gunrunner (traficante de armas), una operación en curso dirigida a los contrabandistas de armas a través de la frontera.

Pero esa cantidad es insignificante en comparación con el valor de miles de millones de dólares que produce el narcotráfico entre Estados Unidos y México.

Los medios de comunicación mexicanos han estimado que el volumen de negocios anual de los carteles es de hasta US$40.000 millones.

"Siempre podemos usar más recursos", admite Dewey Webb, agente especial de la iniciativa de la división de la ATF en Houston.

Pero añade: "Hemos generado una merma importante en las actividades de los carteles, hasta el punto en que ahora tienen que viajar más lejos dentro de Estados Unidos para comprar sus armas de fuego.

"Eso les cuesta más dinero y hay una mayor probabilidad de detección."

Pero para los barones mexicanos de la droga, cuyo conocimiento del negocio ha sido comparado con el de los ejecutivos de la lista Fortune 500, el contrabando de armas es una economía de escala fácil.

En el tráfico de drogas hacia el norte rumbo a EE.UU. los carteles ya tienen rutas, recursos y mano de obra en el lugar.

Y usar la misma infraestructura para el tráfico de armas hacia el sur es una variante lógica del modelo de negocio.

En el puente que marca la frontera entre El Paso, en Texas, y Ciudad Juárez, en México, los conductores en el lado mexicano a veces esperan durante horas para que las autoridades estadounidenses revisen su vehículos en busca de drogas.
Pero el viaje inverso es muy sencillo.

La mayoría de los conductores pasan sin problemas, sólo a veces las autoridades hacen detener a algún vehículo que va hacia el sur.

Uno sólo puede adivinar cuántas armas de EE.UU. están cruzando la frontera sin ser detectadas.

El "fracaso" de la guerra al narco

El "fracaso" de la guerra al narco: una declaración de efecto incierto

Detención de narcotraficantes en México

La lucha contra los carteles de la droga ha sido sangrienta en México.

Es algo que ya se ha dicho y parece obvio. Surge de un informe en el que participaron varios ex presidentes y ex funcionarios internacionales, además de intelectuales. ¿Por qué reiterarlo? ¿De qué sirve? ¿Qué cambia? ¿Por qué esos ex no hicieron algo cuando estuvieron a cargo?

Éstas y otras preguntas se desprenden del reciente reporte de la Comisión Global sobre Política de Drogas, que recomienda a los gobiernos reconocer que la llamada guerra contra las drogas ha fracasado y que la salida es despenalizar el uso de las sustancias hoy prohibidas.

La Comisión les pide a políticos y figuras públicas "tener el coraje de articular públicamente lo que muchos de ellos reconocen de forma privada: que la evidencia demuestra abrumadoramente que las estrategias represivas no resolverán el problema de las drogas".

Y dice que que debe ponerse el énfasis en el consumo de narcóticos como un problema de salud pública que evite la marginalización de sus usuarios y eventualmente reduzca el negocio de las bandas criminales que operan su comercialización.

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Expertos consultados por BBC Mundo coincidieron en que, si bien no se trata de una propuesta nueva, lo novedoso es el alto perfil de quienes -en otras palabras- piden cambiar la estrategia impulsada fundamentalmente por Estados Unidos en América Latina y en el resto del mundo desde los tiempos del presidente Richard Nixon.

"La importancia de este reporte no es lo que dice, sino quién lo dice", le comenta a BBC Mundo Michael Reid, editor de las Américas de la revista británica The Economist.

"Es un grupo cada vez más grande de políticos jubilados y de actualidad que están llegando a la conclusión de que las drogas son fundamentalmente un problema de salud pública y no solamente de seguridad".

"La importancia de este reporte no es lo que dice, sino quién lo dice"

Michael Reid, The Economist

Entre las personalidades que participaron en el informe figuran los ex mandatarios César Gaviria (Colombia), Ernesto Zedillo (México) y Fernando Henrique Cardoso (Brasil), además del ex secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan, el ex encargado de Relaciones Exteriores de la Unión Europea Javier Solana, el ex presidente de la Reserva Federal de EE.UU. Paul Volcker y el ex secretario de Estado estadounidense George Shultz.

Escritores como Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes también integran la nómina.

Si bien Annan ha sido de la partida, en la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito prefirieron no opinar sobre el informe. Un portavoz, Alun Jones, le dijo a BBC Mundo: "Estamos analizando el reporte. Por ahora es prematuro sacar conclusiones".

¿Por qué ahora?

Una de las preguntas que muchos se hacen es por qué los ex gobernantes y ex funcionarios unen sus voces ahora para admitir que la guerra contra las drogas "no ha sido, no podrá y no será ganada" y que la estrategia actual ha tenido "devastadoras consecuencias" para personas y países. Mirando casos como el México, ¿no es algo obvio a estas alturas?

Consumo de drogas

"El debate de la prohibición versus la despenalización de las drogas es viejo. Pero este reporte es novedoso en el sentido de que nunca hemos tenido líderes de semejante calibre diciendo que la guerra contra el narcotráfico debe terminar y hay que comenzar a regular el consumo de distintas drogas, incluyendo la posibilidad de despenalizarlas", le dice a BBC Mundo Danny Kushlick, de la Fundación de Políticas de Drogas Transform, con sede en el Reino Unido.

Y el tema es hoy más relevante que nunca, según Kushlick: "Estamos en una situación en la que miles de personas han muerto en la guerra contra el narcotráfico en México o en la que Colombia sigue siendo profundamente problemática por la participación de paramilitares en el cultivo de coca".

"Al parecer, estamos peor que nunca en la guerra contra las drogas. Se gastan US$100.000 millones al año en esta lucha que sólo genera desesperación y degradación entre las personas más desfavorecisas del planeta".

Michael Reid, de The Economist, añade: "Uno de los factores que ha llevado a este grupo de personalidades a llamar la atención sobre el problema es precisamente que en los últimos diez o 15 años las mafias de la droga se han desplazado de Colombia a México, de México a Centroamérica, y han desembarcado por ejemplo en Perú y Bolivia".

"En otras palabras, el supuesto 'éxito' de la estrategia de seguridad en un país -como el Plan Colombia- lleva a fracasos en otros".

Electorado y dinero

En las lista de nombres que contribuyeron al informe de la Comisión Global sobre Política de Drogas llaman la atención los de políticos que fueron presidentes en América Latina.

En el caso del ex mandatario colombiano César Gaviria (1990-1994), su cambio de parecer sobre la guerra contra las drogas ha sido radical y, por lo tanto, inocultable: durante su gobierno impulsó una batalla frontal contra el narcotráfico, en especial contra el cartel de Cali, y persiguió y mató al capo del alto perfil Pablo Escobar.

César Gaviria al asumir la presidencia de Colombia

César Gaviria: un giro de 180º.

¿Por qué él y los otros ex presidentes, notablemente el mexicano Ernesto Zedillo (1994-2000), no aplicaron las políticas que ahora recomiendan cuando estaban en el gobierno?

Los analistas consultados por BBC Mundo coincidieron en dos puntos: que hablar de despenalizar las drogas ha sido impopular entre el electorado y que la catarata de fondos de Estados Unidos en ayuda militar y de otra naturaleza para luchar contra el narcotráfico ha hecho más difícil -o menos tentador- cambiar el rumbo de las políticas.

"En el fondo todo es una cuestión de valentía. Lamentablemente, cuando los políticos están en funciones piensan que abogar por la legalización o la despenalización de las drogas es el beso de la muerte, porque es un argumento que va en contra de lo que cree mucha gente", afirma Reid.

"Los padres de familia piensan que las drogas son peligrosas para sus hijos. Es verdad, pero el tema es cómo se enfrenta ese peligro, porque la prohibición no funciona. El riesgo sigue ahí y sus hijos van a encontrar las drogas en circunstancias más nefastas y peligrosas. Un político podría decir, con lógica, que la guerra contra el narcotráfico cuesta mucho dinero y que esos fondos podrían usarse para el tratamiento y la educación. Pero es un argumento que ha costado vender al electorado".

"Durante muchas décadas ha sido políticamente imposible para líderes en ejercicio hacer una llamado a reformas significativas de la política global sobre drogas. La razón es que Estados Unidos les ha dado mucho dinero"

Danny Kushlick, Fundación de Políticas de Drogas Transform

Reid recuerda que en 2004 el ahora presidente estadounidense, Barack Obama, describió la guerra contra las drogas como un "fracaso", pero que no ha dicho nada como eso desde que asumió el poder. Y que siendo un parlamentario raso, el ahora primer ministro británico, David Cameron, pidió en 2002 un debate sobre la despenalización de las drogas en la ONU, pero que una vez en el gobierno no ha querido tocar el asunto.

Kushlick coincide en que se trata de una cuestión de agallas, pero que en el caso de América Latina también ha habido fuertes razones económicas.

"Durante muchas décadas ha sido políticamente imposible para líderes en ejercicio promover reformas significativas en la política global sobre drogas. La razón es que Estados Unidos les ha dado mucho dinero", sostiene.

Sin embargo, Kushlick afirma que las situación está cambiando en todo el mundo, incluso en los países más afectados por el narcotráfico: "Los presidentes de México y Colombia han abierto el debate sobre la efectividad de la lucha contra las drogas y la posibilidad de aplicar políticas alternativas".

Y apunta que la discusión ya está instalada también dentro del propio Estados Unidos, donde varios estados -incluyendo California- discuten si regulan o no la producción y el suministro de marihuana.

¿Útil?

En cuanto a las consecuencias prácticas del informe de la Comisión Global sobre Política de Drogas, las opiniones son divergentes.

Policía antinarcóticos de Colombia

EE.UU. ha invertido fuertemente en el Plan Colombia.

Para Danny Kushlick, de la Fundación de Políticas de Drogas Transform, lo que hace el reporte es darles "más credibilidad" a los líderes políticos para que sean suficientemente valientes y emprendan reformas.

"Quiero creer que les dará fuerza para ponerse de pie frente a Estados Unidos, decirle que la guerra contra las drogas tiene que terminar y que, en cambio, debe buscarse una estrategia alternativa. Al mismo tiempo, pienso que Washington se encontrará cada vez más aislado si no participa en este debate que cada vez más países impulsan".

Por su parte Michael Reid, de The Economist, expresa sus dudas sobre la utilidad del reporte: "Es otro grano de arena en una playa que se está llenando lentamente con más granos de arena. Pero todavía falta muchísimo".

Para él, América Latina enfrenta un gran dilema. Los carteles ya se han vuelto poderosos y representan una amenaza para la democracia, y en esta situación se pregunta si basta con abordar el problema de las drogas como un tema de salud pública o si al mismo tiempo debe mantenerse algún tipo de política de seguridad, aunque distinta de la actual.

"Los narcos ya están instalados y no van a desarticularse por sí mismos", completa Reid.