30 agosto, 2011

Detrás de la masacre en México, corrupción

Detrás de la masacre en México, corrupción

NICHOLAS CASEY

CIUDAD DE MÉXICO—La policía mexicana anunció el lunes que detuvo a cinco miembros de una banda criminal ligada al asesinato de 52 personas la semana pasada en un casino de Monterrey. Pero mientras las autoridades arman el caso en contra de los sospechosos, los mexicanos se preguntan si la propia cultura de corrupción del país no jugó un papel en la masacre.

El gobernador del estado de Nuevo León, Rodrigo Medina, presentó fotografías de cinco presuntos miembros del cartel de los Zetas y dijo que estaban bajo custodia tras confesar el crimen. Los hombres tienen entre 18 y 37 años de edad. Los Zetas, una de las organizaciones criminales más sanguinarias de México, están en medio de una encarnizada guerra con el Cartel del Golfo por territorio en Monterrey.

Agence France-Presse/Getty Images

Familiares de una de las 52 víctimas de la masacre en el Casino Royale en Monterrey.

El asesinato ha dejado perplejos a los mexicanos. En la tarde del pasado jueves, un grupo de seis hombres con pasamontañas entró al Casino Royale y vertió gasolina en la entrada, incendiándolo. Decenas de víctimas, en su mayoría mujeres de edad madura que jugaban bingo, quedaron atrapadas en parte porque muchas salidas de emergencia habían sido bloqueadas por el casino, de acuerdo con testigos. Empleados del lugar y personas que presenciaron el crimen dicen que esto incrementó la cantidad de muertos sustancialmente.

El presidente mexicano, Felipe Calderón, ha llamado a lo ocurrido un acto de terrorismo. Pero muchos mexicanos creen que hay muchas culpas para repartir.

Los fiscales federales, por ejemplo, están investigando porqué cinco oficiales de policía que estaban a solamente una cuadra del casino, aparentemente no reaccionaron cuando ocurrió el crimen ni persiguieron a los responsables. Funcionarios del gobierno hace tiempo que culpan a las policías municipales de no actuar contra los traficantes de droga por temor a represalias o porque reciben dinero de ellos.

Otra gran pregunta es por qué las puertas de emergencia estaban trancadas. Los empleados del casino dicen que las salidas estaban bloqueadas desde hace tiempo por orden de los administradores. En México, muchos propietarios de negocios dicen que temen que sus clientes se vayan sin pagar y dejan las puertas aseguradas, sin preocuparse por las inspecciones de seguridad, que de hecho no son usualmente realizadas con rigor.

"Se abrió la caja de Pandora sobre qué es corrupción y qué es terrorismo", escribió Raúl Benítez, un experto en crimen organizado, en el sitio web Animal Político, lamentando la combinación de deshonestidad y conducta criminal que lleva a las masacres.

Los propietarios del casino publicaron una declaración en la que señalaron que habían cumplido con todos códigos de seguridad, pero que la documentación se perdió en el incendio. Algunos empleados del casino, sin embargo, dijeron que no podían recordar ninguna inspección de las medidas de seguridad contra incendios. Los dueños del casino no respondieron a llamadas de este diario.

Jasmin Leticia Uresti, de 20 años de edad, quien trabajaba en el casino monitoreando videocámaras, dijo que creía que las salidas bloqueadas explican gran parte de las muertes, incluyendo las de 13 de sus compañeros.

Uresti describió los detalles de su propia fuga. "El casino se llenó de humo casi instantáneamente y nadie podía ver. Me caí al suelo tres veces y una sobre el mostrador del bar. La única razón por la que salí fue porque sabía dónde estaba la salida para empleados. Si uno no conocía el camino, moría", dijo.

Otros cuestionan en primer lugar por qué estaba operando el casino. El alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal, ha dicho que aunque el casino debería haber sido cerrado por las autoridades por carecer de la correspondiente licencia para apuestas, tenía, al igual que otros, protección especial de juez, por razones que no están claras.

La principal teoría en Monterrey es que el incendio fue desatado luego de una disputa sobre dinero de "protección" que el casino tenía que pagarle a un grupo delictivo. Los casinos, que se han proliferado en los últimos años en México, en muchos casos tienen estrechos lazos con el crimen organizado y frecuentemente funcionan con grandes cantidades de efectivo. Dinero de extorsiones, o cuotas, es comúnmente pagado a grupos criminales.

Esos acuerdos son usuales en el norte de México y los analistas dicen que también es común que cuando hay disputas respecto a los pagos, los criminales incendien locales como castigo a sus dueños.

Independientemente de lo ocurrido el jueves en el Casino Royale, es poco probable que haya muchos cambios en Monterrey. Los grupos del crimen organizado siguen pidiendo dinero a las empresas locales, incendiándolas o matando a sus empleados cuando los propietarios no pagan, dicen los analistas.

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