El pozo de los deseos reprimidos
Álvaro Cueva
Milenio Televisión fue la primera cadena en reaccionar a la tragedia
El jueves 25 de agosto vivimos una emergencia nacional y no, no es porque la tragedia del Casino Royale valga más que muchas otras de las que han ocurrido en este país en los últimos días, en los últimos años.
Fue una emergencia nacional porque se trató de un atentado terrorista tan salvaje como el del 11 de marzo de 2004 en Madrid.
¿Y nuestra gran televisión mexicana? Bien, gracias. Transmitiendo sus telenovelas, sus “talk shows” y sus comedias importadas.
Por menos de la mitad del horror que Monterrey vivió la tarde del jueves pasado, los medios de Londres o Buenos Aires se hubieran paralizado.
Aquí no sólo no se paralizaron, se han dedicado a presumir su silencio con el paquete de justificaciones más absurdo que la humanidad entera hubiera escuchado a lo largo de su historia.
La televisión abierta de este país ya ni siquiera nos está tratando como tontos, nos está agrediendo y, lo más delicado de todo, se está convirtiendo en cómplice de este terror.
Si sus cabezas no hacen algo de inmediato, el futuro los juzgará con un rigor tan violento que ni con todo su poder ni con todos sus millones alcanzarán a cubrir la factura.
¿Qué fue lo que sucedió a nivel televisión la tarde y noche del jueves pasado? Todo y nada.
Las televisoras regionales de Nuevo León se entregaron a la nota siendo Multimedios Televisión la más ruda, la que ofreció la visión más completa de los hechos.
A nivel nacional esto se puso terrible. A diferencia de lo que Televisa o Azteca llegaron a hacer en otros años ante las grandes noticias de México y el mundo, haga de cuenta que en Monterrey no estaba pasando nada.
Ni siquiera sus sistemas noticiosos o sus canales inteligentes se tomaron la molestia de sacrificar un minuto de sus emisiones para realizar algo especial.
Ante una catástrofe de esta magnitud, no basta con una mención en noticieros. ¿O sí?
Milenio Televisión fue la primera cadena en reaccionar entregándose a la tragedia desde las 16:45 y sin soltarla ni por un solo instante hasta después de la medianoche.
ForoTV parecía que iba a hacer lo mismo, pero no, para su gente era más importante hablar de la nueva temporada de Plaza Sésamo o de cualquier otra cosa antes que del caso Casino Royale.
No y ni hablemos de lo que pasó durante el mensaje en vivo de Alejandro Poiré.
Foto: Cuartoscuro
No hubo un solo canal abierto o privado, de todos los que estaban transmitiendo noticias en directo esa noche, que no interrumpiera ese discurso para darle continuidad a su programación regular.
¡Y era Alejandro Poiré! ¿Así o más grave?
¿Qué está pasando en México?, sí, pero también, ¿qué está pasando con la televisión mexicana? ¿Cuál es el juego? ¿De qué se trata?
CNN en español, Telefórmula y los canales públicos, que también hicieron lo suyo, se cuecen aparte porque su modelo es diferente, ¿pero dónde estuvieron El Canal de las Estrellas, Azteca 13 y sucursales anexas? ¿Dónde?
Y no, que no nos salgan con los cuentos de la prudencia, de que están cuidando la buena imagen de México o de que no se quieren convertir en promotores del delito porque por cada una de estas historias yo les puedo aventar cuatro de su programación actual y ocho de la de antes, que contradicen cualquiera de estos argumentos.
Si están amenazados o censurados, díganlo para ponernos de su lado porque ya no vivimos en 1968.
México no les va a perdonar en 2020, ni a ellos ni a sus flamantes periodistas, que se traten de lavar las manos con el viejo truco de “yo quería pero no podía”. Ya no somos esa sociedad.
Además, sí es muy irritante que pasen tantas cosas en tantos puntos de nuestra nación, que uno se siente a ver noticiarios y que las notas que no son de color, tengan que ver con los intereses políticos y económicos muy concretos de cada empresa.
Ahí está la diferencia respecto a 1968, a 1982 y a una larga lista de momentos oscuros de nuestra historia.
Antes, de alguna manera, la televisión era víctima. Hoy, está sacando provecho de mil formas distintas. Por tanto, no hay dolor, hay complicidad, hay cinismo.
¿Usted está conforme con lo que vio en la mayoría de los canales de la televisión mexicana la tarde y noche del jueves 25 de agosto?
Y para que vea que no es un asunto exclusivo de la tragedia de Monterrey, ¿usted normalmente está conforme con el seguimiento que se le da en televisión a las grandes noticias nacionales?
¿Entonces por qué no se queja? ¿Por qué la prensa especializada no critica? ¿Por qué asumimos con tanta pasividad algo que en cualquier otra parte del mundo sería un escándalo?
¿No se da cuenta de que al callar, usted también está formando parte de esto? ¿Y le gusta? ¿Se lo merece?
El jueves 25 de agosto vivimos una emergencia nacional. ¿Y nuestra gran televisión mexicana? Bien, gracias. Transmitiendo sus telenovelas, sus “talk shows” y sus comedias importadas. ¡Felicidades!
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