27 agosto, 2011

¿En serio? Apuntes pensando en Monterrey

Historias del más acá

Carlos Puig

Se anunció el reforzamiento de vigilancia en la entidad, pero la solución no está en atascar de ejército cada recinto. El Presidente dedicó el final de su discurso a repetir reclamos a EU, tanto por su adicción a las drogas como por la venta de armas. ¿En serio? Yo quiero vivir en un país sin violencia, aunque el vecino venda lo que quiera o se meta en el cuerpo lo que le dé la gana.

De mal en peor. Agosto de 2011. Foto: EFE

1. En menos de tres minutos, unos animales llegan a un casino en una avenida importante de Monterrey. Llegan en un comando, en fila. Son al menos cuatro autos. Se instalan en las puertas del establecimiento a vista de todo mundo. Bajan con armas, descargan bidones de gasolina, incendian el lugar. La primera reacción del gobernador Rodrigo Medina (ver entrevistas del jueves) es culpar al gobierno federal por andar dando permisos a casinos. ¿En serio?

2. El alcalde Fernando Larrazábal, en sus primeras declaraciones, menciona una y otra vez a una magistrada. Porque según él el problema es que el casino estuviera abierto, no que unos animales anden en la ciudad que ¿gobierna? como Pedro por su casa y llegaran a incendiarlo. ¿En serio?

3. La magistrada también se deslinda de lo que dice Larrazábal.

4. Leí todo esto y me dieron ganas de lavarme las manos.

5. Alguien en la prensa, o en Twitter, o en la radio, dice que hay que tomar en cuenta que estos señores le pidieron a la gente que se saliera mientras rociaban el lugar con gasolina. ¿En serio?

6. Aún no sacaban a los muertos y uno ya podía leer una gran discusión sobre si lo que estábamos presenciando era o no, técnicamente, terrorismo. Inteligentísimas discusiones en medio del horror.

7. A tres años del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, aquel del “si no pueden, renuncien”, esto es parte de la evaluación de la ONG Causa en Común: “La autoridad simula un resultado que no corresponde con la percepción ciudadana y justifica sus avances en métricas numéricas que pretende sean consideradas como cumplimiento; sin embargo, estas cifras no han solucionado el fondo de la problemática y no se alcanzan los objetivos para los que fueron creados cada uno de los puntos del acuerdo.

“Si analizamos los cambios en la incidencia delictiva es importante recalcar que se han incrementado en los últimos tres años, particularmente los delitos que más afectan a la sociedad, como el homicidio y el secuestro. Los homicidios se incrementaron de 28,018 a 35,053, que representa un incremento de 25.1%, y el secuestro incrementó 39% al pasar de 907 a 1,2621”.

8. Habrá que esperar a los peritajes, pero todo indica que el establecimiento no cumplía con las medidas de protección civil necesarias: puertas de emergencia que no abrían, etcétera. Es decir, era un establecimiento mexicano, operado por empresarios que operan en México, solapado por autoridades mexicanas, protegido seguramente por amparos o decisiones judiciales de tribunales mexicanos, tramitados por abogados mexicanos. Yo asisto diario a uno de esos establecimientos. Nuestra normalidad, pues.

9. Transparencia mexicana: 24 horas después del incendio, mientras escribo esto, es imposible saber de quién es el casino: que si de los Aguirre, que si los Madero.

10. Escribe Marcelino Perelló en Twitter: los hijos de puta son hijos de puta, no tengo nada que exigirles.

11. Se apuraron algunos a culpar a quien dio el permiso del casino. ¿Cuando se atente contra una Iglesia, a quién culparán? Supongo que lo del estadio de Santos fue culpa de la Femexfut. La granada de Morelia debe haber sido culpa de Hidalgo.

12. Estamos a punto de cumplir cinco años en esto. Vale la pena preguntar qué indicador, qué dato duro señala que hay algún avance en términos de nuestra seguridad cotidiana, de debilitamiento real de los criminales y sus organizaciones, del número de homicidios, de eficiencia de los jueces, de honestidad de los cuerpos policiacos… algo.

13. La valentía de sus operadores, su perseverancia, no puede ser el único indicador de éxito o fracaso de una política pública.

14. De la evaluación de Causa en Común sobre el acuerdo de hace tres años: “Debemos reflexionar sobre el estado de inseguridad en el que vivimos, los magros avances institucionales, las deficiencias de las corporaciones, la ausencia de coordinación, entre otros temas que merman nuestra seguridad.En resumen, la falta de compromiso de los actores políticos involucrados ha dado como resultado un cumplimiento simulado”.

15. El viernes, la sensación entre un par de expertos y observadores de este fenómeno es que los delincuentes han dado un salto cualitativo en sus métodos y víctimas. Y que, al menos en la experiencia internacional, pasa mucho tiempo en que se regrese al estado anterior.

16. El gobernador y el secretario de Gobernación anuncian el reforzamiento de vigilancia en “este tipo de establecimientos”. Similar respuesta después de lo sucedido en el estadio de Torreón. No hay policía ni ejército que alcance. La solución no puede estar en atascar de ejército cada recinto, cada establecimiento.

17. El Presidente dedicó el final de su discurso a repetir reclamos a Estados Unidos, tanto por su adicción incurable a las drogas como por la venta indiscriminada de armas en aquel territorio. ¿En serio? Yo quiero vivir en un país sin violencia, aunque los vecinos se vendan entre ellos las armas que quieran y se metan en el cuerpo lo que les dé la gana.

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