La historia en breve
Ciro Gómez Leyva
Despiadada fue la respuesta del presidente Felipe Calderón a la insinuación del ex presidente Vicente Fox para buscar una tregua con los “grupos violentos”.
Dijo Calderón en entrevista con Carlos Loret de Mola: “Imagínate que en este momento a los criminales que lanzaron la gasolina, de la manera más cobarde y ruin, les demos amnistía y los dejemos libres. ¿Pues qué es eso?”
Y para no dejar duda, subrayó: “No sé cuáles sean las ideas y los fundamentos de eso. Creo que para amnistía y tregua con los criminales ya tuvimos demasiados años y ahorita estamos pagando las consecuencias de haberlos dejado crecer en todo el país”.
Punto final al esbozo de debate que quiso abrir Fox: la idea es una estupidez mayúscula. Y clara advertencia desde ahora al peñanietismo: cualquier coqueteo con la idea de negociar lo que sea con los criminales será furiosamente bombardeada por la Presidencia de la República.
Calderón morirá con las botas puestas. Los últimos 15 meses serán una continuación de los 57 previos.
Así es que sobre el tema se puede escribir ya lo que fue la doctrina calderonista. La redactó desde hace año y medio, por cierto, el especialista y asesor de la PGR, el salvadoreño Joaquín Villalobos: “El narcotráfico es una amenaza estratégica. No se puede decir que algunos posibles acuerdos que existieron en el pasado entre mandos policiacos y delincuentes sean equivalentes a una negociación del Estado con los narcotraficantes de hoy. Además, resulta imposible que la autoridad de cualquier país realice acuerdos con delincuentes que rigen su comportamiento por los principios de violencia, crimen y muerte. La idea de negociar es una fantasía”.
Punto final.
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