22 agosto, 2011

¡Jódanse! es el mensaje

La historia en breve

Ciro Gómez Leyva

Nunca, y vaya que es un decir, la distancia geográfica con México me había parecido tan ilustrativa. Lo que se ve de lejos es un país donde pasa todo sin que pase nada.

Dos típicas semanas de escándalos, muertos, capturas y ahora una balacera afuera de un estadio de futbol, combinadas con el guión de los políticos que dan vueltas para no moverse.

Acusaciones por el manejo deshonesto del dinero público que lo más probable es que no lleven a nada en el país donde no pasa nada. Quince días en que, para Ripley, se siguió hablando de un periodo legislativo extraordinario. Se fueron mayo, junio, julio y la mitad de agosto, pero siguieron diciendo que en la última entrada podría haber periodo extraordinario. ¿Cómo se le llama a eso?

¡Jódanse! ha vuelto a decretar la generación del fracaso, ahora reforzada por la parálisis “táctica” del joven peñanietismo y el pasmo josefino-maderista del PAN.

¡Jódanse una vez más! Es la expresión que queda después de sus excusas ostentosas. ¿Y el urgente freno a la pobreza, la educación de mala calidad, la reforma hacendaria que reduciría la evasión y aumentaría la base gravable, la reforma de telecomunicaciones, la energética de segunda generación, la laboral, la de Seguridad Nacional, el fortalecimiento de las autoridades locales en la lucha contra el crimen, la reforma política de fondo?

Rollo y rollo. Nada y nada. Se acaba el verano. Otros 365 días se van a la basura. Y nada y nada. Con o sin recesión y crisis, el mundo despunta, innova, avanza, deslumbra. ¿Nosotros? Cada vez más asolados, afligidos, atrasados e insignificantes seguimos debatiendo nuestros rezagos y jugando al debate.

¡Jódanse! es el mensaje.

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