13 septiembre, 2011

Arreglar todo el sistema de inmigración


¿Se resolverá todo el problema de la inmigración ilegal en Estados Unidos con proteger bien nuestra frontera con México? Por supuesto que no, pero tampoco servirá de mucho hacer de la vista gorda y facilitar el camino a la ciudadanía americana a todos los que violaron la ley emigrando a nuestro país ilegalmente.

Por desgracia, en nuestros días se espera que los políticos le den una cita jugosa de 30 segundos a la prensa y por ello les es fácil esconderse tras frases vacías y generalizaciones.

De hecho, esa es precisamente una trampa en la que los políticos deberían evitar caer cuando se habla de inmigración. Mi colega de Heritage James Jay Carafano dice que algunos políticos se están arriesgando a que los encasillen en el argumento de que todo lo que hace falta es asegurar la frontera. “Desde hace varios años, el mantra de los republicanos ha sido un ‘asegurar primero la frontera’. Eso les permitió parecer firmes con el asunto de la inmigración ilegal mientras esquivaban el tema de una reforma ‘integral’. Es una mala estrategia. Sugiere que, si la administración Obama arregla el problema de ‘asegurar primero la frontera’, no habrá problema para impulsar la amnistía”.

Verdaderamente. Lo que hace falta es arreglar todo el sistema y eso incluye hacerle frente a la grave escasez de libertad económica y de poder escalar económicamente en el mundo que impiden cualquier iniciativa significativa para controlar adecuadamente el flujo de la inmigración a nuestro país.

Una estrategia correcta incluirá la necesidad de asegurar la frontera, pero también mejorar las deficiencias de nuestras actuales leyes de inmigración para ayudar a simplificar el proceso de inmigración legal. Una estrategia así permitirá que los agentes de la ley tengan las herramientas adecuadas para garantizar que se puede verificar el estatus migratorio de los trabajadores. Además, una estrategia inteligente también reconoce la necesidad de trabajadores temporales en nuestro país, especialmente a inmigrantes altamente calificados que pueden ayudar a crecer nuestra economía.

Aunque no existe una fórmula mágica para arreglar todas las deficiencias del sistema de inmigración en nuestro país, esto no significa que debamos ignorar la necesidad real de proteger nuestra frontera, especialmente en un momento en que nuestro vecino del sur está luchando por contener a grupos organizados de criminales con sólida financiación. Como el reciente atentado mortal en un casino al norte de México ilustra, a estos violentos criminales mexicanos no les interesa la suerte de los inocentes atrapados en el fuego cruzado.

Hay que asegurar nuestra frontera, no solamente para que la violencia en la frontera con México no se extienda, sino también porque así se afectan las actividades delictivas internacionales que incluyen el cruce ilegal de la frontera. Algunos pasan por alto este último punto y sostienen que deberíamos hacer caso omiso de la violencia en México y que hay que darle luz verde al plan que se burla del Estado de Derecho y premia con el camino a la ciudadanía a los que emigraron a nuestro país ilegalmente.

Mientras Estados Unidos siga haciendo caso omiso de sus propias leyes y siga creando más incentivos para la inmigración ilegal –como el contemplar siquiera la posibilidad de una amnistía–, seguiremos viendo más tragedias humanas a manos de criminales que exponen a condiciones infrahumanas a los extranjeros que quieren cruzar ilegalmente la frontera México-Estados Unidos.

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