El fantasma de la Gran Recesión, si es que alguna vez salimos de ella, vuelve a hacer acto de presencia en Estados Unidos. Aunque los más optimistas prefieren hablar de estancamiento, la última encuesta realizada por el Wall Street Journal entre 53 economistas apunta a que, a día de hoy, existen 1 de 3 posibilidades de que la economía del país se contraiga.
Bien, aunque la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan mejoró ligeramente en su última lectura, es cierto, que sus niveles siguen tonteando con mínimos históricos y recuerdan a los días posteriores al colapso de Lehman. Por otro lado, las solicitudes semanales de subsidio por desempleo siguen superando la cota psicológica de las 400.000 peticiones, es decir, se sigue sin generar suficiente empleo. La actividad manufacturera en la región de Nueva York continúa hundiéndose y la inflación sigue al alza.
En estas circunstancias cabe preguntarse qué tipo de escenario desataría una nueva recesión a este lado del Atlántico y qué repercusiones se registrarán en los distintos sectores del país, así como su efecto económico, especialmente en el mercado laboral. A continuación, explicamos punto por punto un resultado bastante fehaciente puesto de manifiesto por el portal 24/7 Wall Street.
1. Vivienda
El coste de las viviendas en las zonas donde los precios ya han caído en un 50% o más seguirá a la baja. Estas regiones suelen tener las mayores tasas de desempleo, los gobiernos locales se ven en apuros para ofrecer los servicios básicos y los potenciales compradores son conscientes de que los precios inmobiliarios podrían caer aún más. Los valores inmobiliarios en estas áreas podrían caer otro 20%. En el resto del país, el desempleo prolongado y la falta de voluntad de los bancos para prestar provocaría una inapetencia en el mercado inmobiliario, incluso con los tipos hipotecarios históricamente bajos.
2. Desempleo
El desempleo alcanzaría rápidamente el 10% en caso de una nueva contracción. En la recesión económica de 1982, la tasa de paro superó el 10% durante diez meses consecutivos y llegó a tocar un 10,8% durante dos meses. En estos momentos, la economía estadounidense vive una situación mucho más complicada que en 1982. Muchos empleados que trabajaban en sector manufacturero ven imposible su vuelta al trabajo y las fábricas donde trabajaban no volverán a abrir sus puertas. Muchas empresas han adoptado una política para mantener la mayor cantidad empleados temporales durante el mayor tiempo posible. Esto permite a las empresas despedir a la gente de forma rápida y sin indemnización.
La congelación de las contrataciones contribuyen a mantener entre 200.000 y 300.000 personas sin trabajo al mes. En el momento álgido de la recesión, en 2009, había cerca de seis personas que buscaban empleo por cada puesto vacante, de acuerdo con el Departamento de Trabajo. Si la economía vuelve a contraerse, el mercado de trabajo podría volver a ese punto.
3. Gasto del Consumidor
Una de las principales razones por las que la que el consumo de EEUU no se detuvo al comienzo de la última recesión fue que muchos ciudadanos aún contaban con acceso a préstamos con garantía hipotecaria concedidos en la cúspide del boom inmobiliario en 2005 y 2006. En el primer trimestre del año, la caída de precios de la vivienda ha reducido el capital inmobiliario de los estadounidenses hasta alcanzar casi el porcentaje más bajo desde la Segunda Guerra Mundial, según la Reserva Federal. Con más de 11 millones de hipotecas sobrepasando el valor del activo que lo respalda, el consumidor no tendrá ningún colchón si la economía continúa su deterioro en los próximos seis meses.
4. Renta Variable
Si la evolución de los mercados de renta variable toma como referencia lo ocurrido en 2008 y principios de 2009, el S&P 500 podría bajar desde su nivel actual hasta un mínimo de 676 puntos. Esta situación borraría de inmediato miles de millones de dólares de las cuentas corporativas, pensiones e inversiones. Las empresas serían menos propensas a invertir en nuevas fábricas, equipos y servicios. Muchos ciudadanos verían gran parte de sus pensiones esfumarse en un abrir y cerrar de ojos. Toda esta situación provocaría una enorme caída en el gasto del consumidor, lo que alargaría aún más las caídas en el mercado de valores.
5. Sistema financiero
El efecto sobre la mayor parte de la industria bancaria del país sería catastrófico, especialmente entre los bancos regionales y comunitarios, donde se registra el mayor número de créditos inmobiliarios residenciales y comerciales. La FDIC se vería obligado a pedir dinero prestado al Tesoro para poder cubrir el cierre ordenado de algunos de estas entidades. El número de bancos en quiebra podría alcanzar el nivel registrado durante la crisis de los bancos comunitarios años atrás, cuando más de 700 bancos y prestamistas hipotecarios tuvieron que echar el cierre o ser intervenidos. A ello habría que sumar el temor a que los impagos de deuda en Grecia acaben por hundir a algunos de los grandes bancos europeos. La caída del precio de las acciones de Bank of America es una clara señal de la tensión que todavía vive el sistema financiero de EEUU.
6. Deuda
El aumento del déficit y un rápido aumento de la deuda nacional estadounidense fue el principal motivo por el cual S&P rebajó la calificación crediticia de EEUU. La deuda pública alcanza ya los 14,7 billones de dólares, su nivel más alto de la historia, por lo que la preocupación está servida entre los inversores de bonos del Tesoro de EEUU si la no se comienza a controlar la situación. La incapacidad del Tesoro para controlar el gasto haría que el coste de asegurar dicha deuda se disparase . Esto a su vez podría llevar a una nueva rebaja de calificación de la deuda del gobierno.
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