NUEVA DELHI—El ejemplo de India puede servir de advertencia para América Latina y el resto de los mercados emergentes que aún exhiben tasas envidiables de crecimiento. En el fondo, India está pagando el precio de permitir que la inflación infecte su economía.
El banco central, más conocido como el Banco de la Reserva de India, se reúne esta semana para decidir si volver a aumentar la tasa de interés de referencia, que se ubica en 8%.
El problema de India, donde la inflación ya se aproxima a niveles de dos dígitos, también se manifiesta en otras economías emergentes, aunque en forma más moderada. En medio de la caída de la demanda de las economías desarrolladas, el crecimiento pierde fuerza en países como China, Corea del Sur y Brasil donde la escasez de alimentos, la pujante demanda interna y los aumentos salariales han generado brotes inflacionarios.
La situación deja a los bancos centrales en una encrucijada.
Las autoridades podrían subir las tasas de interés para combatir la inflación, pero corren el riesgo de exacerbar la desaceleración de sus economías. Pero si no inician un ciclo de ajuste monetario, la inflación se podría desbocar lo que obligaría a los bancos centrales a elevar las tasas en forma más pronunciada más adelante.
Brasil ha dejado en claro que está más preocupado por el enfriamiento de la economía que por la inflación. El banco central redujo la tasa de interés de referencia la semana pasada pese a que la inflación acumula un alza de 7,2% entre enero y agosto, una combinación peligrosa en un país con un historial de hiperinflación.
El banco central indica que hay que dejar que la política monetaria surta efecto. Una vez que el recorte de tasas se traspase a la economía, la desaceleración de la actividad acabará con el brote inflacionario, asegura. Los indicadores de crecimiento futuro, como las encuestas entre empresas manufactureras y los pedidos de exportaciones, apuntan a un enfriamiento. El banco central opina que una reducción de tasas en este momento ayudará a prevenir una desaceleración más profunda en los meses venideros.
China y Corea del Sur enfrentan una situación parecida. Los índices manufactureros han caído a sus niveles más bajos desde la crisis financiera. La inflación en China, no obstante, sigue en niveles altos. Cifras oficiales divulgadas el viernes muestran una inflación de 6,2% acumulada en un año entre agosto de 2010 y 2011. La inflación en Corea del Sur aumentó 5,3% en agosto frente al mismo lapso del año previo, el mayor nivel desde 2008.
En India, en tanto, 11 alzas de tasas en 18 meses han frenado a la décima economía del mundo. La confianza de las empresas ha descendido y el crecimiento se ha desacelerado en cinco trimestres consecutivos. El ajuste monetario, sin embargo, no ha reducido la inflación. El aumento de los precios genera preocupación de que la inflación está demasiado arraigada en la economía y que se necesiten nuevas alzas de tasas pese al enfriamiento de la economía mundial.
Abundan las teorías sobre las causas del actual predicamento indio. Algunos lo atribuyen a las malas cosechas que dispararon los precios de los alimentos. Otras a las consecuencias indeseadas del aumento en los niveles de escolaridad en las áreas rurales, que ha reducido la oferta de trabajo infantil y ejercido una presión alcista sobre los salarios.
Otros analistas culpan al banco central. "Este ha sido un problema persistente y refleja un fracaso de la política macro", dice Ajay Shah, economista del Instituto Nacional de Políticas y Finanzas Públicas, un centro de estudios del gobierno en Nueva Delhi. La inflación ha sobrepasado la meta del banco central desde 2006, recalca, mucho antes del salto en los precios de los alimentos.
Shah cree que Duvvuri Subbarao, el gobernador del Banco de la Reserva de India, ha perjudicado el combate contra la inflación al poner en duda la efectividad del ajuste. Seis días después de un alza de tasas en mayo, Subbarao manifestó que la política monetaria "no es un instrumento efectivo para controlar la inflación proveniente de las presiones sobre la oferta. No es realista, bajo estas condiciones, esperar que el Banco de la Reserva cumpla una meta de inflación en el corto plazo". El banco central ha intensificado su campaña de aumentos de tasas en los últimos y sorprendió al mercado con una serie de incrementos de medio punto porcentual.
La economía del país está pagando el precio. El crecimiento en las ventas de automóviles ha decaído y el crecimiento está por debajo del 8%. Aunque se trata de un ritmo dinámico, es considerado insuficiente para cumplir las promesas de reducción de la pobreza y creación de empleos.
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