15 septiembre, 2011

¡Lárguense!

¿El presidente municipal de Monterrey, Fernando Larrazabal, hoy bajo la sombra de la corrupción, merece continuar?

Martín Moreno

“La política es demasiado seria como para dejarla en manos de los políticos”, reza la frase. Y es justo ahora cuando mejor se aplica, al ver la vergonzante e indigna actuación de algunos gobernadores, alcaldes y legisladores que, si por los ciudadanos fuera, ya estarían en su casa. Los Larrazabal, Medina, Chuayffet y compañía no resistirían una reelección.

¿El presidente municipal de Monterrey, Fernando Larrazabal, hoy bajo la sombra de la corrupción, con su hermano Jonás ligado a transacciones financieras —mordidas, pues—, merece continuar? No. La encuesta de BGC-Excélsior arroja que 59% pide que deje el cargo. “Si no se retira, puede haber expulsión”, advirtió José Luis Luege. Ni los panistas lo quieren. Si el PAN pretende recuperar confianza, debe separar de su cargo al alcalde regio.

¿El gobernador priista, Rodrigo Medina, debería seguir en el Palacio de Gobierno, ante la evidente descomposición social y dominio de la criminalidad en la que han caído Monterrey y sus alrededores? No. Medina no ha podido con el paquete. Y punto. Aferrarse al puesto solamente contribuirá a un naufragio mayor de la seguridad en Nuevo León.

¿Es Emilio Chuayffet —emblema del PRI más añejo y mañoso, que salió por la puerta trasera de la Secretaría de Gobernación tras su torpeza histórica al sabotear y anular los acuerdos de San Andrés Larrainzar y, hoy, nuevo presidente de la Cámara de Diputados—, el síntoma más alentador para la política mexicana? No. Chuayffet es una amenaza para la democracia en 2012. Significa la vieja forma de hacer política: si no pierdo, arrebato. Primero el PRI, luego el país. ¡Ah, pero es enviado de Toluca! Sobran palabras.

A Larrazabal, Medina y Chauyffet los une un lazo: el hartazgo ciudadano. Los nuevoleoneses se han juntado por miles en la Macroplaza para gritar: “¡Ya estamos hartos del gobernador y del alcalde! ¡Lárguense! ¡Fuera Rodrigo Medina!” Y ya recolectan firmas para que se vaya.

Y el mexiquense es uno de los legisladores más improductivos en la historia de las legislaturas. ¿Quién recuerda algo positivo de Emilio Chauyffet? Nadie.

Pero no son los únicos.

Allí están los Mario Marín o Ulises Ruiz, quienes difícilmente hubieran librado la reelección. O legisladores que han utilizado la curul para privilegios personales, como Emilio Gamboa Patrón, quien no registra una propuesta legislativa, discurso o postura que haya beneficiado realmente a los mexicanos. El perredista Zeferino Torreblanca, en Guerrero, seguramente tampoco habría sido reelecto en la gubernatura. ¿O el michoacano Godoy, el tamaulipeco Eugenio Hernández o el duranguense Hernández Deras, hubieran sido ratificados?

Aún más: ¿se hubiera votado por Felipe Calderón para ser reelecto en la Presidencia, si la figura de la reelección existiera en México, inclusive, para los presidentes?

De ahí la urgencia para votar por la reforma política ya aprobada en el Senado, pero que han atorado —por órdenes del todavía gobernador Enrique Peña Nieto— los diputados priistas. ¿La razón? El miedo al escrutinio ciudadano tras ser evaluados. Seguramente muchos no serían reelectos.

En esa reforma se incluyen las candidaturas ciudadanas. ¿Y para qué las queremos?, dicen los priistas. ¿Por qué postular a los Juan Ramón de la Fuente, Isabel Miranda de Wallace o Alejandro Martí, si allí están los Chuayffet, Gamboa Patrón o Rojas Gutierrez? Los reciclables.

Por eso debe aprobarse la reforma política congelada por los priistas en San Lázaro. Apoyar a organismos ciudadanos como Reelige o Castiga, que impulsa la reelección de gobernadores, alcaldes o legisladores, así como las candidaturas ciudadanas.

De lo contrario, seguiremos sufriendo los cinismos de los Larrazabal, Medina, Chuayffet y compañía.

ARCHIVOS CONFIDENCIALES

*LOS AZULES. “El PAN no tiene dueño”, advirtió Josefina Vázquez Mota. ¿Mensaje a Los Pinos? Lo cierto es que el grupo que “couchea” a JosefinaCarlos Medina Plascencia, Ernesto Ruffo, Rodolfo Elizondo— ha decidido no ceder a Ernesto Cordero un centímetro de la competencia electoral dentro del panismo. ¿Y Santiago Creel? Si bien registra un estancamiento en la intención de voto, sus grupos de apoyo dentro del panismo no son desdeñables. Desde ahora se vislumbra un escenario: si Creel no crece y Vázquez Mota sigue repuntando, ¿aguantarían el delfín de Los Pinos, el aparato de gobierno y, sobre todo, la voluntad presidencial, una declinación de Santiago en favor de Josefina?

*DORANTES. Cuatro años y siete meses ha pasado en prisión el fotógrafo Sergio Dorantes, acusado del asesinato de su esposa, Alejandra Dehesa. Ante la inconsistencia en las pruebas y la fabricación de un “testigo” que reconoció haber recibido dinero para culpar a Sergio, procedería legalmente el desistimiento de la PGJDF. Hay elementos para ello.

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