El joven estadounidense Chris Jeon habla con los rebeldes libios.
- Chris Jeon, de origen coreano, quería 'unas vacaciones divertidas'
- Viajó en avión hasta El Cairo y de allí llegó a Libia en autobús
- Los rebeldes libios lo aceptaron y lo rebautizaron con un nombre árabe
- Ahora se llama Ahmed El Maghrabi Saidi Barga y no tiene billete de vuelta
- 'Ésta es una de las pocas revoluciones reales', asegura el joven de 21 años
Es, posiblemente, el único rebelde libio que no tiene la más mínima idea de lo que está haciendo. Sólo quiere unas vacaciones "cool".
Se llama Chris Jeon, es estadounidense, dejó las clases de matemáticas en la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA), compró un billete de avión y se fue a Libia. El Christian Science Monitor lo descubrió en medio del desierto, viviendo con los rebeldes, armado con una AK-47 que nunca ha manejado en su vida. No habla ni siquiera el idioma.
"En la primavera dije a mis amigos que quería venir aquí a luchar con los rebeldes, ayudarlos a derribar a Gadafi, serían unas vacaciones cool", explicó el joven de 21 años a un reportero que confesó no salir de su asombro cuando lo descubrió.
'No se lo diga a mis padres. Ellos no saben que estoy aquí', pidió a un periodista
Hace dos semanas compró un billete de Los Ángeles a El Cairo, al llegar allí se montó en un autobús, cruzó la frontera con Libia y se unió a los rebeldes.
Lo curioso es que Jeon no tiene ascendencia árabe, ni libia, sino que es un estadounidense de origen coreano que no tiene por qué estar en el frente de batalla en el desierto. Él mismo confiesa que no sabe mucho de asuntos libios, ni las interioridades del conflicto. Ni siquiera tiene experiencia en armas ni ideas políticas.
Lo máximo que admite es que estar allí es "cool", entre otras cosas, porque le permite ser parte "de una historia que se está haciendo". "Ésta es una de las pocas revoluciones reales. Simplemente quise venir aquí a ver cómo están las cosas", dijo.
Sin billete de vuelta
Los rebeldes le han abierto los brazos y lo han bautizado con un nombre árabe. Ahora se llama Ahmed El Maghrabi Saidi Barga.
Jeon no viajó solo. Llevó su cámara de vídeo para "tomar unas imágenes calientes" y espera que los combates se aceleren y terminen rápido, porque debe regresar a la universidad en septiembre para cursar el último año de Matemáticas, ya que se gradúa en la primavera.
De todas formas, el joven no tiene aún un pasaje de regreso porque sólo voló con uno de ida. En el fondo, admite, cabía la posibilidad de que perdiera el vuelo de vuelta si era hecho prisionero o moría. Para qué, entonces, molestarse en comprar el billete de regreso.
"Si me capturaban o algo así no quería estar gastando otros 800 dólares", dijo. ¿Y la familia en Estados Unidos? "Bueno, haga lo que haga", imploró al periodista, "no se lo diga a mis padres. Ellos no saben que estoy aquí".
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