En reuniones privadas con líderes del partido, Andrés Manuel López Obrador ha advertido: “El PRD ya no tiene remedio; el futuro es Morena (Movimiento de Regeneración Nacional)”.
AMLO está convencido de que el PRD ha llegado a una curva histórica que podría desembocar en su desaparición. O en la refundación, como dicen los amarillos. Y el tabasqueño no ve otra salida que aglutinar en Morena a las fuerzas de la izquierda nacional.
Para AMLO, el PRD está liquidado. Sin remedio.
Se lo acabaron las tribus, los conflictos internos, los caudillismos, las trampas electorales, los cochupos en cadena nacional, la violencia, las amenazas, los bloqueos, la tomas de calles y avenidas, los abusos de sus gobiernos, los odios.
Y ante la crisis interna —permanente e interminable—, el consenso de algunos perredistas es poco alentador, aunque realista: buscar posicionarse como segunda fuerza política en las próximas elecciones presidenciales y mantener la Jefatura de Gobierno del DF. “El 2018 sería nuestro año”, comentan.
Al parecer, el PRD no da para más.
Lo ocurrido el domingo pasado, cuando reventaron su elección interna, ha provocado más fracturas de lo que se cree. Fue una irresponsabilidad tan grave como dañina para el futuro del partido. Un golpe directo al corazón del PRD, que arroja saldos lamentables.
El origen de la debacle dominical del partido fue la negativa de Marcelo Ebrard para integrar una planilla única, mediante consenso entre las tribus amarillas capitalinas, para renovar el Congreso y el Consejo en el DF. Planilla de unidad, pues, a fin de evitar lo que finalmente sucedió: el rompimiento, la fractura interna.
“No”, fue la respuesta tajante de Ebrard. Su rechazo generó tensión, estiró de más las endebles cuerdas que unen al PRD y llevó al partido al precipicio. Cuando supo que perdería la elección interna, provocó reventarla.
¿Por qué Marcelo no aceptó la planilla de unidad? Por dos razones:
Primera: por su soberbia natural. Por su altanería política. Y como lo dicen en el partido: “Porque Marcelo Ebrard jamás ha entendido la lógica del PRD. Y su arrogancia lo pierde. Su centralismo asfixia a las delegaciones. No acepta sugerencias”.
Y eso, la soberbia —el pecado de los estúpidos—, suele perder a políticos, a líderes, al ser humano.
Segunda: al apostarle todo a la Red Ángel. ¿Qué es eso? Nada menos que la red madre que tutela a todos los programas asistenciales del GDF. Apoyo económico a cambio de votos. Y Ebrard calculaba que a través de este mecanismo aseguraría alrededor de un millón de votos.
Le apostó todo a la Red Ángel. Pero el cálculo le falló. El “ángel” de Marcelo no voló.
Hubo otro error de cálculo de Ebrard: creyó que su aceptación ciudadana —cada vez más a la baja— era suficiente para asegurar el control de las fuerzas políticas del PRD en el DF. Erró. Marcelo no tiene ese dominio. En las delegaciones lo apoyan por conveniencia, más no por convicción. El falso izquierdista no lo entendió. Su soberbia lo perdió. Y le cobró facturas muy altas.
¿Cuáles? Prácticamente debilitar sus posibilidades de ser el candidato presidencial del PRD. Ebrard fue la mano que meció la cuna el domingo pasado, pero lo desnudaron, evidenciaron y castigaron: a su operador político, el jefe delegacional en GAM, Víctor Hugo Lobo, le fueron suspendidos sus derechos políticos en el partido, por ser responsable de haber reventado la elección interna. A Lobo lo chamaqueó Marcelo.
¿O acaso en algún momento Ebrard ha salido en defensa de Lobo? No. Ni lo hará. Marcelo es especialista en dar la espalda. Sólo le tiene lealtad a Manuel Camacho. Alguien le dijo, hace tiempo, a Víctor Hugo Lobo, que tuviera cuidado con Marcelo Ebrard, que no confiara en él. Puso oídos sordos. Y allí están las consecuencias.
El PRD cayó en un abismo negro. La izquierda, extraviada. Ebrard, debilitado.
¿Y AMLO? Anunciando los funerales del PRD y viendo pasar el cadáver de su rival: Ebrard.
ARCHIVOS CONFIDENCIALES
* 19 PUNTOS. Será que gran parte de los ciudadanos ya se han dado cuenta de que el PRI se opone, hoy, a las reformas que necesita el país, o que mutiló la reforma política y mantiene enterrada la laboral, evitó las candidaturas ciudadanas para 2012, rechaza el revocamiento de mandato y aún mantiene la imagen de un partido antidemocrático y autoritario. Por lo que sea, pero la encuesta Parametría-La Razón sólo le da ventaja de 19 puntos sobre el PAN en posibilidades de ganar la Presidencia. Con 46% del PRI, el PAN 27%. PRD: 17%. Y, por experiencias electorales, esa diferencia no suele ser definitiva a ocho meses de una elección presidencial.
* ¡ESOS DIPUTADOS! Muy delicaditos con los medios por divulgar sus aventuras etílicas pero, eso sí, muy irresponsables: botaron la minirreforma política para irse de puente. Por eso los ciudadanos los califican como los menos confiables y más irresponsables. Valen mil. Nunca cambien.
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