14 octubre, 2011

Chávez reparte $1,500 millones a Cuba y al Alba

Venezuela gastó más de $1,500 millones en tres años para financiar decenas de proyectos en Cuba y en otros de sus países aliados -que iban desde la ampliación de los aeropuertos de la isla hasta el reemplazo de bombillos en Bolivia- pese a que la nación petrolera ha tenido que endeudarse masivamente en los últimos años para cumplir con sus obligaciones, según un documento del gobierno venezolano.

El 88 por ciento de los desembolsos, realizados entre enero del 2007 y mayo del 2010, fueron destinados a financiar proyectos cubanos, destacó el documento del Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (BANDES) al cual El Nuevo Herald tuvo acceso.

La veracidad del documento fue confirmada por el diputado opositor Julio Montoya, quien acusó al gobierno del presidente Hugo Chávez de endeudar a Venezuela mientras que simultáneamente financia los proyectos de sus aliados.

“No es posible que Venezuela siga aumentando su deuda externa, al extremo que ya supera los $125,000 millones, y el presidente continúe financiando el gobierno cubano, el de Nicaragua y el de Bolivia”, expresó Montoya, diputado por el partido Un Nuevo Tiempo.

“Mientras que en Venezuela hay graves problemas en la infraestructura y sus sistemas de comunicaciones están sencillamente destartalados, el presidente Chávez brinda financiamiento para arreglar aeropuertos y sistemas ferroviarios cubanos”, señaló.

Según el documento de 58 páginas, el BANDES, a través de su Fondo Autónomo de Cooperación Internacional (FACI), otorgó “créditos solidarios” por más de $980 millones a 100 compañías cubanas que participan en el programa “empresas gemelas”.

El documento no identifica los nombres de las compañías ni sus actividades, limitándose a reseñar que operan dentro de “cinco sectores industriales” y que el financiamiento forma parte del fortalecimiento de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

Otros documentos del gobierno venezolano hacen alusión a la existencia del programa de “empresas gemelas”, pero tampoco brindan mayores detalles, señalando sólo que la iniciativa pretende “replicar en otro lugar de Venezuela una empresa privada exitosa ubicada en algún punto del país”.

Montoya expresó preocupación por la facilidad con que Chávez dispone como si fueran suyos los recursos de los venezolanos, realizando desembolsos millonarios a espaldas del país.

“Nos tenemos que informar sólo a través de esta vía, cuando lo denuncian los funcionarios […]. Es una discrecionalidad total. El [Chávez] no informa a nadie en este país de la manera en que dispone los recursos”, expresó.

El informe del BANDES muestra la existencia de discrepancias entre las autoridades de Cuba y Venezuela sobre un desembolso de $150 millones realizado para ayudar a la isla a superar los daños provocados en el 2008 por los huracanes Ike y Gustav.

El desembolso fue ordenado por Chávez en abril de ese año como “un financiamiento especial”, otorgado con carácter de urgencia por la estatal Petróleos de Venezuela, S.A., pero cuando el BANDES trató de realizar las gestiones para registrar la operación como un crédito, las autoridades de La Habana desestimaron la solicitud.

“Luego de reiteradas solicitudes por parte de BANDES de la conformidad por parte de Cuba del convenio, en julio del 2009, el ministro Rodrigo Malmierca del MINCEX, informó que dicha operación no sería un préstamo sino una operación no reembolsable de acuerdo a compromisos asumidos por el Comandante Presidente [Chávez], ante lo cual el Ministro Ali Rodríguez informó que desconocía de dicho compromiso y que efectuaría las consultas pertinentes”, señaló el documento.

“A la fecha, dicha consulta no se ha materializado, quedando ambas instituciones en una exposición en virtud de que no se ha documentado dicha operación. Esta situación ha sido reiteradamente notificada a los niveles superiores”, añadió.

Otros proyectos cubanos financiados por Venezuela involucran numerosos créditos desembolsados por el FICA para financiar el sector ferroviario, y otros préstamos por más de $45 millones otorgados para financiar los aeropuertos internacionales Juan G. Gómez, de Varadero-Matanzas, y el José Martí de La Habana.

El país petrolero también suministro varios créditos para ayudar a Cuba a ampliar su red eléctrica, el mayor número de ellos otorgados en el 2007.

Aunque por menores montos, otros países del ALBA también consiguieron en Venezuela una oportuna fuente de financiamiento.

El gobierno nicaragüense recibió cerca de una veintena de desembolsos para programas de asistencia a pequeños productores agrícolas, por montos que iban desde algunos miles hasta varios cientos de miles de dólares. También recibió varios millones de dólares para financiar el mantenimiento de redes de distribución de agua y alcantarillado, servicios odontológicos en zonas rurales, el mejoramiento del sistema de correos, un proyecto de mecanización agrícola, y la compra de motos y de autos de patrullaje para la policía.

La asistencia venezolana a Bolivia incluyó desembolsos para cubrir los gastos de deportistas y técnicos que participaron en los Juegos Deportivos del ALBA, el programa de sustitución de bombillos para ahorrar energía a un costo de $10 millones, y pagos por decenas de millones de dólares dirigidos al Fondo Especial de Financiamiento de Bolivia.

En Ecuador, Venezuela financió la adquisición de equipos de telecomunicaciones, el mejoramiento de “la cadena productiva y comercial” de la industria del cacao, y realizó pagos clasificados como “ayuda de emergencia”.

El gobierno de Chávez también desembolsó $85 millones para la remodelación de aeropuertos en Haití, y financió plantas de producción de jugo de uva en Brasil, programas de construcción de viviendas en Belice, la construcción de viviendas en Antigua y Barbuda, el programa “apadrina una escuela en Africa”, la construcción de Aldeas Universitarias en Gambia, y a la Universidad Arcis de Chile.

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