Juan Ignacio Zavala
Parece una película de horror: como si fueran zombis, llegan por todos lados hombres cuyas carreras de éxito fueron 30 años atrás. O personajes que se hicieron los desaparecidos por la pésima fama pública que tenían están de vuelta.
De lo dicho por Mario Vargas Llosa, cada quien toma lo que quiere. “El detestado y detestable PRI”, dijo el Nobel peruano. Lo dijo en España mientras aquí en México los priistas organizaron uno de sus eventos políticos que no han podido adaptar al siglo XXI. Y es que no ha cambiado ese partido en nada porque siente que su única manera de vivir es como antes.
Vemos en los últimos meses actos, hechos, dichos que los priistas pretenden instaurar nuevamente, como parte de la vida pública nacional. El “detestado y detestable PRI” está muy emocionado y como no pudo regenerarse en estos diez años, pues recurrió a todos sus secuaces.
Parece una película de horror: como si fueran zombis. Llegan por todos lados hombres cuyas carreras de éxito fueron 30 años atrás. O personajes que se hicieron los desaparecidos por la pésima fama pública que tenían ahora están de vuelta. A todos ellos les dan un cargo en algún órgano del partido.
En este regreso al pasado están presentes la CNOP, el Frente Juvenil Revolucionario, la CNC, la CTM. Palabras como “sector”, “tiempos de la sucesión”, “unidad”, “expresiones de apoyo”, “consejo político”, “actos masivos”, las veremos constantemente en los medios de comunicación.
Sus modos y maneras: que ya se reunieron en un restaurante para que les tomen una foto, que ya se dieron un abrazo, que ya buscan estar cerca de los señalados, que ya salen con sus frases de caciques y su falsa amabilidad.
Y también están de regreso el cinismo y la demagogia como definición política. Es increíble que tengan a un líder como el señor Moreira, que gobernó de manera tan irresponsable el estado de Coahuila, lo endeudó, lo hipotecó, pero además engañó y defraudó.
¿Y qué es lo que hace el PRI? Lo defiende, lo apoya, gritan a los cuatro vientos que hay una campaña negra, que todo es guerra sucia. Para ellos denunciar delitos cometidos por uno de sus militantes es un asunto electoral.
El día de ayer aprobaron el método de selección de su candidato a la Presidencia. Armaron un evento para sacar un par de fotos. Previamente se repartieron un comité a modo para que gane el señor Peña. Decidieron que el candidato sea electo por militantes y por simpatizantes.
¿Y cómo saben quiénes son militantes? ¿Tienen un padrón? No, nunca lo han tenido, así que probablemente veremos en los próximos meses alguna suerte de afiliación masiva para que puedan tener uno de aquí a febrero.
En fin que están de vuelta, aunque lo cierto es que nunca se fueron, con todos sus trucos y mañas. Con sus personajes impresentables, con sus trampas y sus fraudes, su inclinación por el robo, sus conceptos trasnochados, sus maneras viejas, sus formas rancias y su cara falsa.
El mismo de siempre: el detestado y detestable PRI.
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