31 octubre, 2011

La solución De la Fuente

A Y M U N D O R I V A P A L A C I O
Estrictamente personal
La solución De la Fuente

Muchos devaneos, indecisiones y mensajes cruzados, pero finalmente, a decir de perredistas de diferentes tribus, la solución para la candidatura al Gobierno del Distrito Federal será Juan Ramón de la Fuente. No es oficial, ni formal, pero la voz que corrió es que fue un ofrecimiento directo del Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, que concluyó meses de gestiones del superasesor político del mandatario capitalino, Manuel Camacho.

La solución De la Fuente genera inquietudes y molestias entre los aspirantes que, cercanos por amistad o alianza con Ebrard, estaban en la fila de la izquierda para la sucesión. Mario Delgado, el secretario de Educación, anteriormente de Finanzas y muy cercano de Ebrard, que inyectó centenas de miles de pesos a su precampaña, no estará más a gusto que Alejandra Barrales, al ser desplazados por alguien que el propio gobernante había desechado hace unos meses.

Barrales, líder de la Asamblea de Representantes, la mejor posicionada de la izquierda en las encuestas, le ayudó a Ebrard a mantener la gobernabilidad y a sus intereses políticos, por lo que de salir un candidato de fuera del horizonte, se podría tomar como un agravio. Otro lastimado es el Senador Carlos Navarrete, quien más ha invertido en busca de la candidatura, y que se veía como una ficha dentro de la alianza de Ebrard con Los Chuchos, que controlan la dirigencia del PRD, con sólo la Diputada local como adversaria de peligro.

De la Fuente sólo se equipara con Delgado en preferencias electorales, pero está cuatros veces debajo de Barrales y Navarrete, y tres del procurador Miguel Mancera, quien aunque no está haciendo precampaña, siempre figura alto en las encuestas para el gobierno capitalino. Pero el ex rector de la UNAM no fue buscado por su alto rédito electoral, sino por su perfil de celebridad, dentro de la lucha en el campo de las percepciones.

La lógica que llevó a buscar a De la Fuente fue que ante lo que se ve como inevitable, la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto por el PRI, se tuviera que una figura con prestigio y de penetración mediática para detener el efecto de aplanadora del mexiquense que, estiman, sucedería en el Distrito Federal. La idea fue desechada por el propio Ebrard, pero retomó vuelo en coincidencia con un reciente acto donde Peña Nieto dijo que apoyaría la candidatura de Beatriz Paredes, la ex líder nacional del PRI en el Distrito Federal.

Los procesos de selección de candidatos se han movido en los últimos años, de decisiones verticales a búsqueda de figuras con apoyo de la sociedad. El fenómeno mediático de Peña Nieto, sin embargo, ha distorsionado la toma de decisiones. El análisis superficial de que es solamente un producto telegénico, empuja, como el caso de De la Fuente, a pensar que la batalla será en la televisión, sin reparar en que hay mucho más trabajo político debajo de él, que el que le quieren reconocer.

La obsesión con la imagen de Peña Nieto se encuentra en lo superficial, no en la sustancia, con sus adversarios soslayan, por ejemplo, su alta calificación en el Estado de México como gobernador, donde su inversión en televisión jugó un papel marginal. A ese error de diagnóstico se le pueden sumar otros, como la eventual reacción de los desplazados ante una imposición exógena. Otra es la reacción del presidenciable Andrés Manuel López Obrador, que se ha distanciado del ex rector por sus coqueteos con el Presidente Felipe Calderón. No fue casual que cuando reapareció De la Fuente, el Partido del Trabajo y Convergencia, dijeron que no apoyarían a nadie a un miembro fuera de la alianza que tienen con el PRD.

Si Camacho, que es el coordinador de esa alianza de izquierda, ignoró a esos dos partidos y convenció a Ebrard de De la Fuente, ahora el trabajo será persuadir a toda la izquierda que es él o la derrota ante el PRI, pues si no lo logra, el único perderor será Ebrard. Claro que le queda una puerta de salida: al no ser un hecho consumado ni anunciado, Ebrard puede dar marcha atrás y reconsiderar la oferta a De la Fuente.

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