La historia en breve
Ciro Gómez Leyva
Diluida en el amontonamiento noticioso, pasó de largo la cifra que el INEGI dio a conocer el martes sobre el ingreso mensual de los mexicanos en 2010. Vista en perspectiva, la nota puede ser considerada una de las peores del año.
El ingreso mensual promedio reportado por INEGI fue de 8 mil 605 pesos. Proyectado a 12 meses da un ingreso anual de 103 mil 260 pesos. Si la cantidad se divide entre la cotización promedio del dólar en 2010, que fue de 11.50, se tiene un ingreso per cápita de 8 mil 979 dólares. Pongamos 9 mil dólares: 25 dólares diarios.
Es decir, la primera década del siglo XXI concluyó sin que la economía mexicana se vigorizara lo necesario para romper con solvencia la barrera de los 10 mil dólares por cabeza. Malas, malas noticias. País de jodidos, diría el clásico.
En enero de 2007, recién iniciado su gobierno, el presidente Calderón echó mano de las proyecciones de Goldman Sachs para declarar que la economía mexicana sería una de las cinco más grandes del mundo en 2050.
Parecía una broma, pero en función del potencial económico del país, sus ventajas demográficas y geográficas, su capacidad para modernizarse y equiparse, su talento humano, mejores condiciones políticas y un avance sustantivo en productividad, calidad, seguridad jurídica y abatimiento de la corrupción, Goldman Sachs calculaba que el ingreso per cápita de los mexicanos (entonces tocaba los 8 mil dólares), rondaría los 18 mil dólares en 2025, los 36 mil en 2040 y los 53 mil en 2050.
Algo muy grave está pasando en México para que, cinco años después, aquella proyección parezca una fantasía.
Una broma de mal gusto.
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