25 octubre, 2011

PRD: chuchineros y 2012

¿Cómo llegar ante los votantes cuando es un partido incapaz de respetar su elección interna?

Martín Moreno

Reventar la elección interna del PRD tiene responsables directos: en el DF, el jefe delegacional en GAM, Víctor Hugo Lobo —al servicio de Marcelo Ebrard—, así como la dirigencia nacional, al haber permitido, en los estados, la injerencia de gobernadores en el proceso, menospreciando a la militancia amarilla. Ebrard consintió la operación. Lo demás fue consecuencia.

La renovación del Consejo Nacional, Congreso y consejos estatales tenía dos misiones clave ordenadas por Los Chuchos: ser mayoría en los 248 espacios del CN, para posicionar a Ebrard como candidato presidencial y, de paso, terminar con el reinado político de René Bejarano y Dolores Padierna en la Ciudad de México, pero la situación se les salió de control por no tener mayoría en el DF y reventaron, una vez más, al partido.

¿Las consecuencias? Inevitable ruptura entre Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard. Por más que lo nieguen, corren ya por caminos diferentes. Y más: Ebrard no crece más allá de cuatro puntos en las preferencias electorales rumbo a 2012, por más que lo inflen con millonarias campañas publicitarias, plumas y voces afines a su causa e inútiles viajes al extranjero, como el reciente a Kuwait.

Hoy, lo más viable para el PRD es que Ebrard decline en favor de AMLO, que era el plan original. La posible candidatura presidencial de Marcelo reventó también el domingo pasado. No se vislumbra otra salida para la crisis perredista.

Lo ocurrido en el PRD bien podría ser la puntilla para la izquierda mexicana en la próxima presidencial. ¿Cómo llegar ante los votantes, cuando es un partido incapaz de respetar su elección interna?

Izquierda dividida. AMLO vs. Ebrard. De regreso al cochinero electoral. Peor, imposible.

A las 2 de la madrugada del domingo pasado, militantes al servicio del jefe delegacional en GAM, Víctor Hugo Lobo —a las órdenes de Marcelo Ebrard—, tomaron por asalto el local donde se resguardaba la paquetería electoral y ahí comenzó el escándalo. Lo demás fue consecuencia:

Perredistas salieron a las calles a exigir la expulsión de Marcelo Ebrard del PRD. ¡Marcelo, entiende, el perredismo no te quiere..! ¡Sacaremos a Marcelo del partido..! En el fondo de estos gritos, hay un viejo agravio del falso izquierdista contra la izquierda: fue uno de los operadores del fraude electoral de 1988, que permitió a Carlos Salinas llegar a Los Pinos. A muchos no se les olvida.

“La elección interna fue otro chuchinero”, explotó la secretaria general del PRD, Dolores Padierna, contra el presidente de su partido, Jesús Zambrano, que hace mancuerna política con Jesús Ortega, ex líder perredista. Los Chuchos.

“Quieren desacreditar a Ebrard”, clamó Zambrano.

“(Bejarano) quiere una negociación para repartirse las posiciones en el Consejo y en el Congreso”, gritó Ortega.

“Sí, se necesitaba a quién… Na’más faltaba”, respondió (¿?), cantinflesco y atropellado, Ebrard, al ser cuestionado sobre las acusaciones de haber reventado el proceso interno del PRD.

Todos contra todos. En el fondo: la candidatura presidencial.

Ahora, el PRD anuncia otra elección el domingo próximo. Pero el daño está hecho. Es un partido que opera bajo las tres “D”: dividido, debilitado y desacreditado.

Pobre izquierda.

ARCHIVOS CONFIDENCIALES

* RIZZO LO DIJO. Ante la polémica generada por el presidente Calderón en sus declaraciones a The New York Times, respecto al PRI y sus supuestos acuerdos con el narcotráfico, es más que pertinente recordar parte de lo que, de manera textual, manifestó en febrero pasado el ex gobernador priista de Nuevo León, Sócrates Rizzo, durante su intervención en la Universidad Autónoma de Coahuila: “La violencia del crimen organizado apareció en el país cuando desaparecieron los acuerdos de los gobiernos federales priistas con el narcotráfico, en los que se establecían rutas de trasiego y se limitaban otros espacios. De alguna manera se tenía resuelto el conflicto del tránsito (de drogas); yo no sé cómo lo hayan resuelto otros gobiernos, pero había un control y había un Estado fuerte y un Presidente fuerte y una Procuraduría fuerte y había un control férreo del Ejército y entonces de alguna manera decían ‘tú pasas por aquí, tú por aquí, pero no me toques aquí estos lugares’; algo pasó. Todo se definía desde la Presidencia de la República. Todo se decidía desde la capital y los gobernadores eran menos independientes. El control del narcotráfico se perdió con la llegada al gobierno federal de mandatarios emanados de Acción Nacional”. Hasta aquí lo expresado por Rizzo. Diga usted, lector: ¿lo dijo o no lo dijo?

* PRI PUNTEA. La encuesta de BGC-Excélsior ubica al PRI a la cabeza para ganar la elección presidencial, con 50% de preferencia. Le siguen el PAN (27%) y el PRD (16%). Arroja también que Peña Nieto, Vázquez Mota y AMLO se mantienen como favoritos de sus partidos.

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