26 octubre, 2011

Según especialistas, el uso de informantes es habitual y afirman que unos 90 agentes de diversos órganos del mundo trabajan en México

Aurora Vega y José Carreño Figueras
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CIUDAD DE MÉXICO, 26 de octubre.- Especialistas en seguridad coinciden en que la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) ha contratado desde hace muchos años a mexicanos para realizar labores de infiltración a organizaciones criminales.
Según los especialistas, alrededor de 90 agentes de diversas agencias de inteligencia del mundo trabajan en México.


Samuel González Ruiz, ex fiscal fundador de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO, hoy Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada) de la PGR, afirmó que este sistema tiene operando en nuestro país desde hace muchos años.
Indicó que el gobierno estadunidense les llama “fuentes confidenciales” y se trata de mexicanos que son contratados ex profeso para llevar a cabo infiltración de organizaciones del narcotráfico, desde las cuales se tiene información relevante.
“Son fuentes confidenciales, personas que la DEA o el FBI  (Buró Federal de Investigación) contrata como agente para realizar cierto tipo de trabajo que les permite ingresar en esa organización, pero no son esos agentes americanos, sino que son personas mexicanas pagadas por Estados Unidos para hacer una función”, precisó González Ruiz.
El especialista internacional en materia de seguridad pública y delincuencia organizada indica que la operación de infiltrados en las organizaciones ha operado desde hace por lo menos 50 años en nuestro país y la historia ha dado cuenta de ello.
Actualmente  “son mexicanos que reciben cierta paga por parte del gobierno norteamericano por hacer cierto tipo de función y esto no es nuevo se ha hecho siempre, así han trabajado toda la vida comprando la información”.
El investigador precisa que Estados Unidos no viola la soberanía nacional, ni tampoco atenta contra la seguridad interior.
“Sus fuentes confidenciales son mexicanos que trabajan para un gobierno extranjero, situación que está permitida en la legislación actual”, dijo Samuel González Ruiz, experto de alto nivel en la Oficina de Naciones Unidas contra la Drogas y el Delito, en Viena, Austria, en donde fue Asesor Interregional para Asuntos de Justicia Penal.
En tanto José Luis Piñeiro, especialista en seguridad nacional y Fuerzas Armadas, indicó que en la actualidad se conoce que 90 agentes de diferentes agencias de inteligencia del mundo trabajan en nuestro país para hacerles llegar información a sus gobiernos.
Para el investigador, la presencia de personas infiltradas que son pagadas por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos en nuestro país demuestra que el gobierno mexicano no tiene la capacidad, ni tampoco la experiencia para llevar a cabo este tipo de actividades.
“Esta información significa que el gobierno mexicano es incapaz de llevar a cabo labores de inteligencia, y que no tiene la capacidad de infiltración en el esquema del crimen organizado y el resultado es catastrófico”, dijo el especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Esta situación, agrega, manifiesta la dependencia policiaco-militar que tiene México de Estados Unidos, y que no solamente es a nivel de entrenamiento. “Esto significa que la seguridad interior y el combate al crimen organizado depende de agencias norteamericanas”.
El investigador dijo que el gobierno mexicano tiene que llevar a cabo una rendición de cuentas y explicar en qué materia se tiene  presencia de las agencias norteamericanas, y aunque no se den nombres dijo que es necesario que se explique cuántos y para qué tareas el gobierno de Estados Unidos opera en el territorio nacional.
EU rechaza haber penetrado cárteles
La Embajada aclara que la colaboración antinarco se desarrolla con “pleno respeto a la soberanía y a las leyes mexicanas”
El gobierno de Estados Unidos negó ayer que esté participando en acciones directas en contra de la delincuencia organizada en México, aunque dijo que coopera contra el crimen transnacional en la región.
“En acuerdo con las leyes mexicanas, el gobierno de Estados Unidos no realiza operaciones de procuración de justicia en México. Ese es un trabajo para las autoridades mexicanas”, precisó en un comunicado la Embajada estadunidense en México, que es encabezada por Earl Anthony Wayne.
La prensa mexicana reprodujo ayer un artículo del diario The New York Times que afirma que la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) había infiltrado a bandas mexicanas de narcotraficantes para lograr la captura de sus líderes.
De acuerdo con el diario estadunidense, las corporaciones de ese país lograron infiltrar algunas de las organizaciones más peligrosas de México, lo que ha permitido que las autoridades mexicanas pudieran capturar o eliminar a unas dos docenas de capos de mediano y alto nivel.
“Se ha reconocido que estos esfuerzos han fragmentado varios de los más grandes cárteles mexicanos en grupos criminales más pequeños —y presumiblemente menos peligrosos—. Sin embargo, la violencia continúa, al igual que el flujo de drogas ilegales hacia el norte”, señala The New York Times.
En su texto, la embajada estadunidense destaca que su gobierno comparte la responsabilidad en promover la resolución de estos problemas.
Añade que las autoridades estadunidenses admiran el “valeroso esfuerzo que el gobierno de México está haciendo para luchar contra las organizaciones transnacionales” y afirma que cooperan “de cerca con las autoridades mexicanas en dicho esfuerzo”.
No obstante, aclara que la colaboración se desarrolla en “pleno respeto a la soberanía y a las leyes mexicanas”, para el mutuo beneficio de ambos y de sus metas compartidas. Entre las formas de colaboración, la embajada precisa que se ha entregado equipos, se promueve la capacitación y se desarrollan intercambios de información.
La DEA detona captura de capos
La actividad de órganos extranjeros en territorio mexicano, como es el caso de la DEA (Drug Enforcement Administration) ha derivado en la captura de importantes líderes de las organizaciones criminales.
Tal es el caso de la detención, en junio del 2006, de Francisco Javier Arellano Félix, El Tigrillo, considerado el líder del cártel de Tijuana. La aprehensión se efectuó durante un operativo que abarcó varias ciudades de Estados Unidos, en el cual fueron aprehendidas más de 100 personas presuntamente ligadas al narcotráfico.
En esa captura, el gobierno federal y el norteamericano destacaron que debido al trabajo de inteligencia e intercambio de información fue capturado Francisco Javier Arellano Félix quien quedó a la cabeza del cártel de Tijuana tras la captura de su hermano Benjamín y la muerte de Ramón, otro de los jerarcas del clan.
Otro hecho donde participó personal contratado por la DEA  en México es el caso de Arturo Beltrán Leyva, El jefe de jefes, quien cayó abatido en diciembre del 2009 en el estado de Morelos. En esa ocasión la Secretaría de Marina y el gobierno estadunidense reconocieron que su localización se había llevado a cabo por trabajo de inteligencia de la agencia norteamericana.
Otro caso es la detención de Teodoro García Simental, El Teo, jefe de plaza del cártel de Sinaloa, quien mantenía una disputa contra el cártel de Tijuana.
La Secretaría de Seguridad Pública federal precisó que la detención se llevó a cabo por información de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, que les informó el lugar exacto donde se encontraba el presunto criminal.
De acuerdo con la dependencia federal, personal infiltrado de la DEA le habría colocado un chip al narcotraficante con el objetivo de seguir sus movimientos.
Con licencia para infiltrar
El gobierno mexicano ha infiltrado a las organizaciones criminales con sus propios agentes de manera activa desde los años 50.
Se trata de personas  que han sido capacitadas ex profeso para ingresar a los grupos delictivos o cárteles del narcotráfico. Incluso también se han contratado a criminales que informan sobre las operaciones que llevan a cabo las organizaciones delictivas y sus líderes, de acuerdo con funcionarios de la PGR.
En marzo pasado se emitió el acuerdo A/016/11, publicado en el Diario Oficial de la Federación, donde el procurador general de la República le transfiere a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) la facultad para infiltrar a policías federales.
En ese acuerdo se establece que “el objetivo es garantizar la seguridad nacional y preservar la integridad física y el patrimonio de los mexicanos por encima de cualquier otro interés, y que el reto que implica el crecimiento y expansión del crimen organizado exige que las leyes e instrumentos con que cuenta el Estado para combatirlo se adecuen a la realidad”.
El acuerdo precisa que “se delega en el titular de la SIEDO, la facultad para autorizar la infiltración de agentes de las policías federales para investigaciones en materia de delincuencia organizada, con el objeto de abarcar el conocimiento de las estructuras de organización, formas de operación y ámbitos de actuación de las organizaciones criminales que participan en la comisión de los delitos previstos en la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada”.
Temen que México haga lo mismo
Expertos estadunidenses no descartan que el Cisen también tenga informantes del otro lado de la frontera
La revelación de que las agencias de inteligencia estadunidenses tienen informantes en los cárteles del narcotráfico causó poca o ninguna sorpresa en Estados Unidos.
 “Uno tampoco debería asumir que el gobierno de México no está haciendo lo mismo”, comentó Armand Peschard-Sverdrup, del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS).
“Me imagino que el Cisen (Centro de Investigación y Seguridad Nacional) tiene sus fuentes privadas en Estados Unidos”, dijo, a su vez, George Grayson, mexicanólogo del Colegio de William y Mary. “Las agencias de inteligencia en todas partes del mundo tienen sus contactos e informantes confidenciales”, añadió.
De acuerdo con fuentes familiarizadas con operaciones de inteligencia, los esfuerzos estadunidenses por “penetrar” las organizaciones criminales con base en México se acentuaron los dos últimos años, a raíz de ataques o intentos por atacar a funcionarios estadunidenses, incluso la muerte de Jaime Zapata, un agente de Migración y Aduanas adscrito a la Embajada estadunidense en México a principios de 2011.
“Es importante diferenciar entre infiltración por agentes y/o un esquema de informantes”, subrayó Peschard-Sverdrup, que se preguntó sobre la posibilidad de que haya trabajos conjuntos de ese tipo.
Al respecto, el especialista del Centro de Estudios Mexicanos Woodrow Wilson, Eric L. Olson, precisó que no se trata de agentes de la DEA, sino de informantes que en la mayoría de los casos son delincuentes también.
Entrevistado por Grupo Imagen Multimedia, Olson agregó que “las autoridades mexicanas saben que esto sucede y, aunque no están totalmente de acuerdo, tampoco lo están prohibiendo”.
El estudioso de la actualidad mexicana precisó que infiltrar a los cárteles de narcotraficantes es una herramienta que usa la policía en Estados Unidos para tratar de combatir y destruir a grupos criminales.
“Jesús Vicente Zambada Niebla, alias El Vicentillo, era un informante de la DEA, según sus abogados, pero la DEA asegura que el verdadero informante era Humberto Loya Castro; estos sujetos ya están frente a los tribunales. Los servicios de espionaje estadunidense no sueltan nombres hasta que ya tienen bien armado y estructurado cada caso”, dijo el experto.

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