05 octubre, 2011

Siria: una revuelta camino de la guerra civil

Entierro de soldado sirio

Fuentes oficiales sirias aseguran que 800 de sus soldados han muerto en la revuelta.

Los refugiados sirios en Líbano aseguran que los movimientos antigubernamentales que intentan sacar del poder al presidente Bashar al Assad están recurriendo cada vez más al uso de la fuerza.

"Definitivamente va a haber una guerra civil", comenta uno de los refugiados.

Sentado junto a un grupo de compatriotas que huyeron a pie a Líbano, como otros, no quiere ser fotografiado ni dar su nombre.

Los hombres, musulmanes sunitas, huyeron de su pueblo, Hitt, situado a un kilómetro de la frontera libanesa. Tras cruzar, optaron por quedarse con familiares y amigos.

Aseguran que la presencia del ejército sirio dentro y en los alrededores de Hitt hizo que allí sólo quedaran mujeres, niños y adolescentes.

"Estoy a unos pocos metros de mi familia y mi casa, y no puedo estar con ellos", dice uno de los hombres con voz emocionada. "Todo lo que podemos hacer es luchar, no importan las consecuencias".

Ataque del ejército

La semana pasada algunos de los refugiados hizo buena esa premisa.

Cuando algunas de sus esposas intentaron cruzar la frontera, fueron paradas por soldados sirios que las insultaron preguntándoles si iban a ver a sus hombres para tener sexo.

Enfurecidos, los maridos reunieron un grupo de 15 hombres y esa noche atacaron el campamento militar cercano a Hitt. La batalla duró cuatro horas. Algunas balas incluso atravesaron la frontera e impactaron en residencias libanesas.

Sólo dos de los refugiados resultaron heridos en un tiroteo sin importancia estratégica que sin embargo ilustra cómo la oposición en Siria está cada vez más dispuesta a usar las armas.

El Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas estima que unos 3.800 sirios cruzaron la frontera hacia Líbano, pero esa cifra es posible que sea mucho mayor porque muchos no han registrado su presencia ante el organismo o las autoridades locales.

Mientras hablan, los refugiados de Hitt, miran al otro lado de la frontera, a su pueblo, tan pequeño que sólo tiene una mezquita.

Campesinos o contrabandistas

Familia siria refugiada en Líbano.

Numerosos familias sirias de las cercanías a la frontera optaron por huir a Líbano.

Los hombres fuman de forma casi compulsiva, deslizan su rosario por entre los dedos y no paran de hablar por teléfono con su país para intentar conseguir noticias.

"Sólo hay dos tipos de hombres en Hitt, los que trabajan en el campo y los que contrabandean", comenta otro de los refugiados.

Se puede ganar un buen dinero pasando combustible de Siria a Líbano, donde es considerablemente más caro.

El autor de la revelación, cuando se le pregunta de cuál de los dos tipos responde: "¿Yo? Yo trabajo en derechos humanos".

Otro de los hombres rechazó hablar: "No nos estás consiguiendo armas, así que qué sentido tiene esta entrevista".

Los demás aseguran que once de sus vecinos, un oficial y diez reclutas, estuvieron en el ejército, pero todos desertaron.

"En el ejército, nadie regresa tras los días de permiso. Van al hospital y simulan enfermedades".

Ninguno de los antiguos militares de Hitt está combatiendo. En cambio, están sentados en Líbano esperando ver qué acontece.

"Tienen sólo 18 años, no van a luchar", dice otro.

Batallas

En algunas ciudades sirias, se han registrado batallas entre el ejército y los desertores.

Las ciudades de Homs y Rastan, en el centro del país, se han revelado como los lugares que más resistencia han ofrecido a las autoridades.

El gobierno retomó el control de Rastan el sábado tras cinco días de intensa batalla. En Homs se habla de enfrentamientos a diario.

La mayoría de los soldados desertores que se las han arreglado para salir de Siria han ido a Turquía, donde han formado el Ejército Sirio de Liberación.

No está claro con cuántos hombres cuenta o si tiene alguna perspectiva de convertirse en una fuerza de combate efectiva.

Desde el principio de las protestas en Siria, hace más de seis meses, hubo elementos armados y violentos en la oposición. La cuestión es hasta qué punto han crecido.

Muchos manifestantes insisten en que quieren que su revolución siga siendo pacífica.

La dificultad hasta ahora, a pesar de la enorme pérdida de vidas, no hay perspectiva de un final al punto muerto entre las fuerzas de cambio y la continuidad en Siria.

Los funcionarios sirios aseguran que han muerto 800 soldados y policías. Naciones Unidas estima que civiles han muerto unos 2.700.

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