Para apuntalar el tambaleante mercado de la vivienda de Estados Unidos, dos senadores han preparado un proyecto de ley bipartidista por el cual se otorgarían visas de residencia a extranjeros que gasten al menos US$500.000 para comprar casas en el país.
La cláusula es parte de un paquete mayor de medidas de inmigración, de coautoría de los senadores Charles Schumer (demócrata, por el estado de Nueva York) y Mike Lee (republicano, por Utah), concebida para alentar más inversiones extranjeras en EE.UU.
Los extranjeros han representado una creciente proporción de los compradores de casas en el sur de Florida, el sur de California, Arizona y otros mercados golpeados con dureza. Compradores chinos y canadienses, entre otros, están aprovechando no sólo las grandes caídas en los precios de las viviendas de EE.UU. y la menor competencia de estadounidenses sino también tasas cambiaras favorables.
Para atizar esta demanda, la medida propuesta ofrecería visas a todo extranjero que haga una inversión en efectivo de al menos US$500.000 en bienes raíces residenciales, es decir, una vivienda unifamiliar, un condominio, o un tipo de casa conocido en EE.UU. como "townhouse", de perímetro más reducido y varios pisos. Los postulantes pueden gastar el monto total en una casa o sólo US$250.000 en una vivienda e invertir el resto en otras propiedades residenciales que pueden ser cedidas en alquiler.
La medida complementaría programas de visado existentes que permiten el ingreso de extranjeros a EE.UU. si invierten en nuevas empresas que creen empleos. Los partidarios de la iniciativa creen que la medida ayudaría a compensar a los muchos compradores potenciales estadounidenses que se están absteniendo de adquirir viviendas debido a la preocupación por sus empleos o porque deberían asumir una pérdida grande para vender su actual casa.
"Esto es una manera de crear más demanda sin que le cueste un centavo al gobierno federal", dijo el senador Schumer en una entrevista.
Los compradores internacionales representaron alrededor de US$82.000 millones de las ventas de bienes raíces residenciales en EE.UU. en el año terminado en marzo, frente a US$66.000 millones durante el periodo anual anterior, según datos de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios. Los compradores extranjeros representaron al menos 5,5% de todas las ventas de casas en Miami y 4,3% de Phoenix en julio, según MDA DataQuick.
Los extranjeros que inmigraran con la nueva visa no podrían trabajar en EE.UU. a menos que obtuvieran una visa de trabajo regular mediante el proceso normal. Podrían traer un cónyuge y todo hijo menor de 18 años, pero no podrían permanecer legalmente en el país con la nueva visa cuando vendieran las propiedades.
En el último año, los canadienses representaron un cuarto de los compradores extranjeros de casas, y compradores de China, México, Gran Bretaña e India representaron otro cuarto, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios. Para los compradores de algunos países, las reglas restrictivas de inmigración son "un disuasorio para comprar aquí, ciertamente", dice Sally Daley, agente inmobiliaria en Vero Beach, Florida.
Daley calcula que alrededor de un tercio de sus ventas este año han ido a extranjeros, un máximo hasta la fecha. "Sin ellos, estaríamos paralizados", dice Daley. "Están empleando a contratistas, comprando muebles y también están ayudando a la corrección del mercado al reducir el inventario".
Pero otros ejecutivos del sector recibieron la propuesta con escepticismo. Los compradores extranjeros "no necesitan un incentivo" para comprar casas, señala Richard Smith, presidente ejecutivo de Realogy Corp., firma dueña de marcas de inmobiliarias Coldwell Banker y Century 21. "Hay muchos estadounidenses dispuestos a comprar. Simplemente tenemos que reparar la economía".
La medida puede tener un efecto más directo en mercados exclusivos como San Marino, California, que se han vuelto populares entre extranjeros. Las normas más relajadas de inmigración podrían ser "estupendas" debido a la dificultad que tienen muchos compradores chinos para conseguir visas, dice Maggie Navarrro, agente inmobiliaria local.
Navarro recientemente vendió una casa por US$1,67 millones, alrededor de 8% más que el precio de venta, a un ciudadano chino que trabaja en el sector minero. Navarro dice que casi toda propiedad que ha puesto a la venta en San Marino "ha sido objeto de al menos una oferta de compra en efectivo al precio de venta por parte de un comprador de China continental".
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