La demanda de oro por parte de los distintos bancos centrales representó en el tercer trimestre de 2011 un total de 148,4 toneladas, lo que supone la cifra más alta en 23 años y confirma el radical cambio de tendencia de las instituciones, que hasta 2010 habían sido vendedoras de oro en los mercados durante casi veinte años, según reflejan los datos del informe trimestral publicado por el Consejo Mundial del Oro (WGC por sus siglas en inglés). Matthew Lynn: el oro, único ganador de la crisis del euro.
Esta cifra representa el mayor volumen de compras desde que la consultora GFMS, que proporciona los datos con los que el WGC elabora sus informes, comenzara a recopilar sus datos en 2002, mientras que antes de esa fecha los bancos centrales sólo habían sido compradores de oro en 1988, cuando adquirieron 180 toneladas del metal precioso, indica Financial Times.
"El WGC declinó identificar a los bancos centrales compradores de oro por razones de confidencialidad y se limitó a señalar que se había producido la entrada de muchos con la intención de incrementar sus reservas de oro", señala el diario.
"El WGC declinó identificar a los bancos centrales compradores de oro por razones de confidencialidad y se limitó a señalar que se había producido la entrada de muchos con la intención de incrementar sus reservas de oro", señala el diario.
A nivel global, la demanda de oro en el tercer trimestre experimentó un incremento interanual del 6%, hasta las 1.053,9 toneladas, lo que equivale a un valor récord de 57.700 millones de dólares (42.740 millones de euros).
Según los autores del informe, este incremento de la demanda de oro vino provocado principalmente por las compras de oro por inversores, que adquirieron 468,1 toneladas, un 33% más, equivalente a unos 25.600 millones de dólares (18.963 millones de euros).
En concreto, el informe señala que la demanda de oro en lingotes y monedas creció un 29%, hasta 390,5 toneladas, con un valor equivalente de 21.400 millones de dólares (15.851 millones de euros).
"El incremento de los niveles de inflación, la rebaja de crédito de EEUU, el empeoramiento de la crisis de deuda en la zona euro y el deslucido comportamiento de diversos activos impulsaron a los inversores a aumentar sus reservas en oro para salvaguardar su riqueza", indicó Marcus Grubb, director gerente de WGC.
"Dadas las comprobadas propiedades del oro para reducir el riesgo es probable que los inversores continúen buscando protección de la incertumbre económica, que no da sintomas de relajarse", añadió.
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