JAVIER E. DAVID
NUEVA YORK (Dow Jones)--El euro se prepara para otra semana en la que estará a merced de las noticias de Grecia, cuando han pasado apenas unos días desde que se firmara el acuerdo que busca reducir la amenaza que representan los problemas financieros del país.
El primer ministro griego, George Papandreou, estremeció al mundo esta semana al llamar a una votación nacional respecto al recién negociado acuerdo de rescate, lo que empujó al euro a un mínimo de cerca de tres semanas de US$1,3608. Aunque el plan fue abandonado rápidamente, la decisión generó días de agitación política y volatilidad en el mercado que hizo que los analistas se cuestionaran si el país se retiraría del bloque monetario de 17 naciones.
La moneda única se negociaba en US$1,3788 la tarde del viernes en Nueva York.
Salvo una gran sorpresa en el frente económico, el implacable flujo de noticias de Europa seguiría dominando la dirección del euro, especialmente dado que la próxima semana se darán a conocer pocos indicadores económicos importantes.
Las preocupaciones sobre la deuda soberana prácticamente relegaron a un segundo plano la sorpresiva rebaja de la tasa de interés del jueves por parte del Banco Central Europeo, así como la cifra de empleo mensual en Estados Unidos. Los analistas lamentaron el efecto que Grecia está teniendo a nivel mundial, que ven como desproporcionado en cuanto a su tamaño e importancia relativa para la economía mundial.
Bloomberg News "Todo el mercado mundial está siendo subyugado por un país del tamaño de Delaware", señaló Thomas Molloy, operador jefe de FX Solutions. "El mundo está tratando de recordarse a si mismo que hay más que sólo Grecia, [pero] justo detrás de Grecia está Italia".
La calma relativa de la moneda única ha desafiado el alza en el rendimiento de los bonos a 10 años de Italia, que esta semana se expandió a un récord de 450 puntos base sobre los instrumentos comparables de la deuda alemana. Los inversionistas siguen sin estar convencidos de si los esfuerzos de reforma que está adoptando Italia podrán reducir su creciente deuda pública, que en cerca de US$2 billones representa alrededor del 120% de su producto interno bruto.
Los problemas financieros de Italia han obligado al BCE a comprar su deuda en los mercados, en un intento por controlar las presiones de venta producto de la incertidumbre sobre Grecia. En tanto, una cumbre de los 20 mayores países industrializados y en desarrollo culminó el viernes sin un plan de acción concreto para los problemas de deuda de Europa.
La falta de resolución llevó a algunos analistas a predecir nuevos problemas para el euro.
"Esto parece un ambiente bajista para el cruce EUR/USD y los activos de riesgo y sugiere que el euro caerá probablemente bajo los US$1,36 la próxima semana", señaló el viernes Chris Turner, titular de estrategia cambiaria de ING Bank, quien en un informe dijo que la reunión del G-20 fue "una decepción".
Los analistas afirman que el nuevo presidente del BCE, Mario Dragi, emitió un mensaje importante al romper con el énfasis testarudo en la inflación adoptado por su predecesor, Jean-Claude Trichet. Aunque eso socavará la ventaja en cuanto a las tasas de interés que posee la moneda única ante el dólar y el yen, los mercados alabaron el esfuerzo para apoyar el crecimiento.
En tanto, los mercados también están atentos a más señales de que Japón podría vender yenes para mantener debilitada a su moneda. El lunes, el Banco de Japón intervino de forma masiva en los mercados cambiarios luego que el dólar cayera ante el yen a un nuevo mínimo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, cerca de Y75,31. Los observadores del mercado señalan que las tasas de interés ultra bajas en Estados Unidos y las preocupaciones sobre la economía hacen que sea más probable que el dólar vuelva a visitar sus mínimos récord. El viernes, el dólar se cotizaba a Y78,16.
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